Cuadros

Redacción

Por Redacción

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Rosa de la Coruña y Antonio de Ferrol llegaron a Argentina huyendo de la pobreza. La “morriña” aparecía a veces pero se iba rápido como corrida por recuerdos de miseria, frío y desconsuelo. En la pieza colgaban cuadros ovalados de ambos padres. Un día desapareció uno y al poco tiempo el otro. Nadie dijo ni preguntó nada. Fue como si se clausuraran los recuerdos y se cancelaran las esperanzas.
Los vieron por última vez a los veinte años y nunca más.
Y el nunca más fue aquel día después de aquella carta. Nunca volvieron a España y ya no tenía sentido volver. Aquel día se oficializó el destierro, se cortó el cordón familiar y el océano se hizo tres veces más grande y frío.


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