EE. UU. da un giro de 180 grados en la globalización

En libre comercio, globalización y organizaciones multilaterales, Estados Unidos dio un giro de 180 grados y en los hechos cuestiona al Consenso de Washington, una suerte de credo económico lanzado hace casi 30 años.

Durante la reunión de ministros de Finanzas y jefes de bancos centrales del G20 el pasado fin de semana en Alemania, los enviados de Donald Trump bloquearon la resolución de larga data que se oponía al proteccionismo y condicionaron su compromiso con el sistema comercial multilateral incluyendo la Organización Mundial de Comercio (OMC).

“Éste es obviamente un cambio muy significativo”, dijo Edward Alden, miembro principal del Consejo de Relaciones Exteriores y experto en comercio.

“Donald Trump es el primer presidente en más de 75 u 80 años que ha dicho abiertamente que cree que el proteccionismo podría tener sentido para Estados Unidos”, agregó.

Desde el comienzo de la posguerra, Estados Unidos ha impulsado la integración económica mundial, apoyándose en el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, que precedieron a la OMC, para promover el comercio internacional basado en normas.

En 1989 salió a luz el llamado Consenso de Washington, una batería de recomendaciones económicas avaladas por el FMI, el Banco Mundial y Estados Unidos que incluían la liberalización del comercio y el rechazo absoluto del proteccionismo, cosas que hoy la Casa Blanca cuestiona con toda fuerza.

Pero Trump ganó las elecciones con la promesa de corregir la desigualdad comercial que, a su juicio, roba empleos estadounidenses.

Trump quiere renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre su país, México y Canadá, y ha planteado pagar derechos de importación sobre ciertos bienes.

El déficit comercial crónico de Estados Unidos se situó en 502.200 millones de dólares en el 2016, ampliado por el déficit con China (347.000 millones), Europa (146.300 millones) y México (63.200 millones).

Eswar Prasad, execonomista del FMI, dijo a la AFP que Estados Unidos podría lamentar su reciente cambio ideológico.

“La omisión en el comunicado del G20 de la mención acostumbrada sobre el libre comercio puede ser una victoria para la agenda proteccionista de Trump, pero a costa de debilitar el liderazgo estadounidense en temas económicos globales”, dijo Prasad.

“Estados Unidos puede encontrarse cada vez más aislado en temas como la promoción del libre comercio y la lucha contra el cambio climático, a medida que otras economías importantes comienzan a colaborar más estrechamente entre sí en respuesta a la retirada de Estados Unidos”, sostuvo.

Pero otros argumentan que Estados Unidos tiene menos que perder en una guerra comercial que sus socios comerciales, otorgándole más peso en la negociación.

Mohamed El-Erian, consejero económico de la aseguradora alemana Allianz SE, dijo que el daño de Washington pueda sufrir por la política de “Estados Unidos primero” será menor que el infligido a “muchos otros países”.

“Otros (países) se enfrentan a una desagradable situación en la que aceptar un mal resultado es mejor que arriesgar algo mucho peor”, escribió El-Erian el lunes en una columna de Bloomberg.

Alden cree que las consecuencias dependerán de la escala y naturaleza las políticas que Washington termine adoptando.

“Si implican pequeños cambios en los acuerdos comerciales del Tlcan, y una moderada presión sobre China… estos podrían ser resultados potencialmente consistentes con la filosofía de la administración”, explicó.

“Pero si toman una línea mucho más dura, imponen aranceles a las importaciones o se alejan de acuerdos como el Tlcan, sería mucho más perjudicial para los otros países y para Estados Unidos”, consideró Alden.

Para China y México, Estados Unidos es por lejos el mayor mercado de exportación, por lo que esos países podrían ser los más vulnerables a las políticas agresivas de Washington.

“Creo que Europa es menos vulnerable y no es un blanco”, agregó.

No obstante, Peter Navarro, director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, acusó a Alemania de explotar la debilidad del euro para incrementar sus excedentes comerciales.

Dos de los nominados por Trump para cargos clave en el Departamento del Tesoro, David Malpass como subsecretario de asuntos internacionales y Adam Lerrick como subsecretario de finanzas internacionales, son conocidos como escépticos del FMI y el Banco Mundial, en los que Estados Unidos es el mayor accionista y financista.

*AFP


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