El corredor de la muerte se reabre en Florida

A las 18 del jueves 24 de agosto, Mark James Asay será ejecutado en la Prisión Estatal de Florida, casi tres décadas después de ser condenado a muerte por doble asesinato. Será el primer reo en más de año y medio al que se le aplique la pena capital en ese estado norteamericano. Morirá por inyección letal.

En un país en el que el año pasado fueron ejecutadas 20 personas y donde se impusieron 30 nuevas sentencias de muerte, su caso ha despertado mayor interés en la opinión pública estadounidense porque la suya será la primera ejecución en Florida tras un limbo legal de más de 18 meses en el que quedó cuestionada la constitucionalidad de 200 condenas a muerte en ese estado.

La última ejecución hasta ahora allí fue la de Oscar Ray Bolin Jr. el 7 de enero de 2016 por el asesinato de tres mujeres en los 80.

Unos días después de esa ejecución, la Corte Suprema de Estados Unidos consideró inconstitucional el procedimiento por el que se había venido imponiendo durante décadas la pena capital en Florida. Y el estado entró en un período de “caos” legal, según la definición repetida por expertos en la materia.

Hizo crecer el interés del caso el hecho de que el gobernador de Florida, el republicano Rick Scott, sea un férreo defensor de la pena capital y que, a propósito de la misma, esté envuelto en una batalla legal con una de las fiscales del estado, que además es la primera persona negra elegida para ese cargo.

Desde 1979, en Florida han sido ejecutadas 91 personas, según los datos oficiales del Departamento de Correccionales. Es además el segundo estado norteamericano con más personas en el corredor de la muerte: 366, por detrás de California, que tiene 700 aunque desde que se reinstauró allí la pena de muerte los ejecutados han sido 13.

Durante décadas, la ley estatal de Florida fijaba que era necesario un mínimo de siete votos de los 12 de un jurado para que éste pudiera recomendar la condena a muerte de un acusado. El juez después decidía si la imponía o no, y podía ordenarla aunque el jurado no la hubiera recomendado.

Lo que ocurrió en enero de 2016 es que la Corte Suprema de Estados Unidos determinó que el hecho de que un juez pudiera dictar condena a muerte con independencia de lo que considerara el jurado no se ajustaba a la Constitución.

“La Sexta Enmienda requiere que sea un jurado, y no juez, el que determine que se cumplen todas las condiciones para imponer una condena a muerte”, escribió la jueza Sonia Sotomayor en la argumentación de la decisión de la Corte Suprema.

Quedaron entonces cuestionadas dos centenares de condenas a muerte y las dos ejecuciones a las que se había puesto ya fecha para el 2016 quedaron en suspenso. Una de ellas era la de Asay, prevista inicialmente para el 17 de marzo de ese año.

La cámara legislativa de Florida modificó entonces la ley, suprimiendo la potestad del juez frente a una recomendación contraria del jurado y elevando a diez los votos necesarios para dictar una pena capital.

Y cuando el cambio estaba hecho, el Tribunal Supremo de Florida fue el que se pronunció en contra porque consideró que una condena a muerte debe ser impuesta por unanimidad. En marzo de este año, el legislativo de Florida aprobó los nuevos cambios.

Asay fue condenado a muerte en 1991 con la recomendación de un jurado en el que nueve miembros votaron por la pena capital y tres lo hicieron en contra. Su defensa ha intentado que vuelva a ser sentenciado en base a los pronunciamientos de los tribunales. Pero ha sido en vano.

La Justicia reconoce que su condena se produjo bajo un procedimiento que ha sido declarado inconstitucional. Pero su proceso de apelación, con el que la condena se convirtió en firme, concluyó antes del pronunciamiento de la Corte Suprema.

El 3 de julio, el gobernador Scott firmó la orden de su ejecución. “Ésta es una de las obligaciones más solemnes del gobernador”, dijo su portavoz. “Su principal preocupación son las familias de las víctimas y el carácter definitivo de una sentencia”, añadió.

La Prisión Estatal de Florida, en la que será ajusticiado Asay, es una de las tres del estado en la que hay celdas destinadas a quienes esperan ajusticiamiento y es la única que alberga una cámara de ejecuciones. Desde el 2000 el método es la inyección letal, aunque la silla eléctrica se emplea si así lo solicita el condenado.

Si no se producen cambios de último momento, Asay se convertirá el 24 de agosto en el primer blanco ejecutado en Florida por la muerte de un negro. El veredicto consideró probado que el 18 de julio de 1987 fue con su hermano y un amigo en busca de prostitutas en la ciudad de Jacksonville y acabó inmerso en una pelea con un hombre negro, al que acabó matando con la pistola que llevaba. Después se cruzó con un travesti blanco y, antes de que tuviera lugar el servicio sexual que había pactado, volvió a sacar su arma y le pegó seis tiros.

Asay será el ejecutado número 24 durante el mandato del gobernador Scott, que llegó al cargo en el 2011. Es el número histórico máximo de condenas a muerte firmado por un gobernador de Florida.

Con él está en pugna la demócrata Aramis Ayala, que es la primera persona negra elegida para el cargo de fiscal en Florida. Ayala demandó en marzo a Scott por haberle quitado más de 20 casos de asesinato después de que ella anunciara que no buscaría la pena capital en ningún proceso bajo su jurisdicción, sino que sustituiría su petición por la de cadena perpetua.

“Tengo la libertad de tomar la decisión y utilizar la discreción que me garantiza la Constitución”, dijo Ayala, que acusa a Scott de limitar la independencia de la fiscalía y de extralimitarse en el ejercicio de su poder. “No existe ningún estatuto por el que esté obligada a pedir pena de muerte”.

En Estados Unidos, la pena capital está vigente en 31 de los 50 estados, aunque en el 2016, según los datos del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por sus siglas en inglés), sólo en cuatro se llevaron a cabo ejecuciones: Georgia (nueve), Texas (siete), Alabama (dos), Missouri (una) y Florida (una). Las 20 ejecuciones suponen la cifra más baja en 25 años.

*DPA

Si no se producen cambios de último momento, Asay se convertirá el 24 de agosto en el primer blanco ejecutado en Florida por la muerte de un negro.

En Estados Unidos la pena capital está vigente

en 31 de los 50 estados, aunque en el 2016 sólo en cuatro se

llevaron a cabo ejecuciones.

Datos

Si no se producen cambios de último momento, Asay se convertirá el 24 de agosto en el primer blanco ejecutado en Florida por la muerte de un negro.
En Estados Unidos la pena capital está vigente
en 31 de los 50 estados, aunque en el 2016 sólo en cuatro se
llevaron a cabo ejecuciones.

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