El equipo del pueblo y también del poder
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- Impensable, Boca ha vuelto a los tiempos del cabaret. “Pero pibe, ¿vos sabés lo que es un cabaret?”. Esa fue la respuesta, una década atrás, del DT Bambino Veira a Diego Latorre, que describía aquel ¿viejo? “Mundo Boca”. “Ahora hay más teléfonos celulares”, justificó Carlitos Tevez la aparición de los deslices en las redes sociales. Una frase de estos tiempos señala que lo que se dice o hace delante ya de dos personas deja de ser privado. A los futbolistas les alcanza con una. Hay una fila de botineras que los esperan. La extorsión o la fama fugaz son tentadoras.
- Curioso, el presidente de Boca, Daniel Angelici, lució enérgico para criticar los deslices privados de sus jugadores. Advirtió sanciones de aquí en más, aunque inicialmente se había exhibido en cámaras en tono supuestamente gracioso a ver si encontraba él alguna foto de Ricardo Centurión “en bolas”. No pareció ni gracioso ni enérgico cuando le tocó hablar en cambio de los barras bravas. ¿Por qué el club no expulsó como socios a los barras que fueron al entrenamiento a a apretar a los jugadores que salen de noche? Nada sobre ellos. Sí, supuestamente, para el empleado que permitió que eso ocurriera.
- Se vienen horas importantes para el Mundo Boca. El partido contra Rosario Central por la Copa Argentina que, por un lado, podrá definir si Boca puede seguir soñando con la Copa Libertadores, un torneo para el que lograría su boleto hasta Atlético Tucumán, que carece de millones pero no del mérito deportivo que le sigue faltando al club de la Ribera. Por otro lado, el partido ante Central, por lo que sucedió en el duelo anterior, nos hace recordar que Boca es hoy el equipo no sólo del pueblo, sino también del poder. Es cierto, todo lo que sucede en Boca tiene mayor repercusión, para bien y para mal. Pero también, muchas veces, tiene mayor protección. Si el escándalo de los barras apretando jugadores hubiese sucedido en otro club, prensa, gobierno y justicia habrían intervenido de otro modo. Es Boca. Un club con mucha coronita. Y con poco fútbol.
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