El presidente de Irán pierde popularidad

El moderado presidente iraní, Hassan Rouhani, se presentará en mayo próximo como candidato presidencial, en procura de ser relecto una vez más.

No le será fácil alcanzar su objetivo, porque su popularidad está algo disminuida como consecuencia de su acuerdo con la comunidad internacional congelando el peligroso programa nuclear iraní, que ciertamente preocupaba enormemente a todos, pero naturalmente no despierta simpatía entre el pueblo iraní.

Se lo acusa de haber sido demasiado indulgente con su contraparte. Y se lo critica duramente por haber presuntamente cedido demasiado, a cambio de muy poco. Muy particularmente en materia de levantamiento de las sanciones económicas impuestas por la comunidad internacional, algunas de las cuales aún subsisten, como respuesta a las permanentes violaciones de los derechos humanos de los iraníes por parte del gobierno severo de la oligarquía clerical que conduce a Irán.

Si esto sucediera, los conservadores, esto es los clérigos más “duros” de la patológica “teocracia” iraní, podrían eventualmente recuperar algo del poder que en su momento tuvieran -y la influencia consiguiente- en tiempo de las presidencias del también “duro” Mahmoud Ahmadinejad. La relación de Irán con el resto del mundo podría entonces volver de pronto a tensarse. Y la exportación de terrorismo incrementarse.

Pero lo cierto es que Rouhani tiene hoy un 69% de apoyo popular. Aunque tenía un 82% en junio pasado, de modo que no es posible negar que ha perdido, bastante rápidamente, parte de su prestigio y popularidad. Todo un tema.

Las campañas electorales de Hassan Rouhani se apoyan en tratar de diferenciarse lo más posible de la arbitrariedad y del extremismo rígido que caracterizaran a las poco aplaudidas gestiones del ex presidente Ahmadinejad. Y en asegurar a sus votantes que gozarán de un clima de cierta liberalidad, cuando se compara su actual gestión con la de los clérigos más duros que, por lo demás, son en los hechos, los verdaderos dueños del poder y de la economía toda en el país de los persas. Inmensamente ricos, entonces.

(*) Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones Unidas.


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