¿Está condenada Cristina?

Panorama nacional

Días antes del balotaje de 2015, Horacio Verbitsky reveló en Página 12 qué convicción había llevado a Néstor Kirchner a apostar años antes a la improbable candidatura de Daniel Scioli para gobernador de la provincia de Buenos Aires. El periodista recuperó una frase soltada en ese entonces por Kirchner, que con el tiempo confirmó su poder predictivo: “Si Macri cruza de la Ciudad a la Provincia este proyecto se termina”.

Cualquiera sea la valoración de su gobierno, Scioli cumplió largamente con la tarea encomendada por Kirchner: garantizó el control de la provincia incluso más allá del tropiezo de las legislativas de 2009. Macri finalmente cruzó el riachuelo. María Eugenia Vidal ganó la provincia, lo condujo al triunfo en la elección presidencial y, como previó el ex presidente, le puso fin al “proyecto”. ¿Está condenada Cristina Kirchner en la provincia de Buenos Aires?

A un mes de la elección, las encuestas anticipan un triunfo de Cambiemos en ese distrito por una diferencia de entre dos y cinco puntos, revirtiendo el estrecho resultado de agosto en las PASO en favor de Unidad Ciudadana, la fuerza de la expresidenta. Un escenario similar se presenta en Santa Fe, pero es previsiblemente en la provincia de Buenos Aires donde se afianza la idea definitiva de cambio de época. Allí es donde la declinación del kirchnerismo resulta directamente proporcional al ascenso de Cambiemos. La elección del 22 de octubre podría así poner cierre al período de transición del gobierno de Macri –los complejos primeros dos años– y consolidar una nueva hegemonía política en la Argentina. Esa percepción se repite en todos los ámbitos desde la noche de las PASO del 13 de agosto.

De ser revalidado, todo indica que el tiempo de Macri podría ser duradero. El Indec difundió esta semana datos que confirman la recuperación de la actividad económica: el período abril-junio completó el tercer trimestre consecutivo de expansión a un ritmo promedio del 1% y se calcula en un 4% interanual (algunas consultoras hablan de más de 5%). El crecimiento se explica en el fuerte aumento del consumo privado, en 3,8% (aunque aún no termina de recuperarse el consumo familiar), y de la inversión, en 7,7% (con una fuerte incidencia de la construcción). Para el economista de FIEL Daniel Artana, un liberal crítico, según dónde se termine estacionando la tasa de inversión en relación al PBI (el presupuesto prevé en un 17% para 2018) se garantizará el crecimiento sostenido de 3% anual de la economía, una meta del gobierno de largo aliento.

Es decir, ya no se discute si se va a crecer, sino cuánto se va a crecer en los próximos años. Y la agenda de reformas se debatirá con una economía en movimiento. Además, en una perspectiva de recuperación gradual, el gobierno garantizó en el presupuesto para el próximo año un aumento de 21% en el gasto social, superior a la suba promedio del 15%. Mejoró las condiciones de acceso al crédito hipotecario y ampliará el alcance del financiamiento de los créditos para el plan Procrear, probablemente esta semana, en plena campaña.

Difícilmente Cristina Kirchner ignore este escenario.

La expresidenta dio un nuevo giro a su estrategia de campaña. Amplió el alcance de su mensaje a nuevas audiencias y se expuso a un intercambio con el periodismo independiente. Propuso una inesperada instancia de diálogo con Macri y coquetea con la idea de dar un debate público.

Sin embargo, no ha podido salir de la lógica del fin de ciclo. En una recorrida, el jueves, pidió “votar por el hoy, por el presente” en lugar de hacerlo por “una promesa de futuro”. Esa curiosa frase es en varios sentidos reveladora: la expresidenta ha desprovisto a su mensaje de un activo clave de la política, como es la esperanza. En su literalidad, votar por ella implica votar por el presente. Incapacitada para hablar del pasado parece haberse excluido, además, del futuro.

Una vieja frase de Kirchner recuperó su poder predictivo: “Si Macri cruza a la Provincia este proyecto se termina”.

En su literalidad, votar por la expresidenta implica votar por el presente. Parece haberse excluido ella misma del futuro.

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Una vieja frase de Kirchner recuperó su poder predictivo: “Si Macri cruza a la Provincia este proyecto se termina”.
En su literalidad, votar por la expresidenta implica votar por el presente. Parece haberse excluido ella misma del futuro.

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