Finlandia, entre el ocio y el trabajo

A pasos del lago Lemán en la plaza de Plainpalais, en pleno centro de Ginebra (Suiza), un grupo de manifestantes desplegó sobre el piso de esa plaza seca un cartel gigantesco con fondo negro y letras doradas que no dejó de llamar la atención de los transeúntes. “¿Qué haría usted si su ingreso estuviera asegurado?”, decía. Y así quedó como símbolo de una campaña que terminó en junio de 2016 con un referéndum que puso en tela de juicio la aprobación de un sueldo básico a los habitantes del país, con empleo o sin él, sólo por el hecho de existir.

Y por más tentadora que parecía la propuesta de “cobrar un sueldo sin trabajar”, fue rechazada por la mayoría de los suizos, aunque la idea está lejos de haber desaparecido. Y ahora, ha prendido en uno de los rincones nórdicos de Europa. A partir de este año, el gobierno finlandés lanza un plan experimental, que se suma a otras experiencias parciales desarrolladas en varios lugares del mundo.

Pero no se trata de una salida innovadora o revolucionaria. Décadas atrás, empleadores, sindicalistas, economistas y políticos de distintos partidos pusieron el grito en el cielo y argumentaron que garantizar un ingreso mínimo, universal e incondicional solo servía para fomentar la pereza y la haraganería, madres de todos los vicios.

Ahora, que los efectos de la globalización se hacen sentir y que la automatización está desplazando a los empleos tradicionales y a los menos convencionales, renace esa alternativa como un camino de reactivación de una economía atacada por todos los flancos. Un tema que este año pondrán sobre el tapete en el Foro Económico Mundial, en Davos, con la intención de analizar si estas transformaciones del mercado laboral han convertido al objetivo del “pleno empleo” en una fantasía.

La propuesta del gobierno finlandés, que sólo estará a prueba, más allá de ser la más importante de las ensayadas hasta ahora, responde a motivos más específicos y pragmáticos. Este plan experimental abarcará sólo a dos mil personas durante dos años, y tiene por finalidad medir y analizar el impacto que tendrá ese ingreso en la motivación para buscar trabajo y realizar actividades productivas que promuevan el crecimiento de la economía.

Los beneficiarios tendrán la libertad para utilizar ese dinero a su antojo sobre la base de que cada uno es responsable de sus acciones, y no perderán ese ingreso si consiguen un nuevo trabajo, como ocurre en los planes sociales actuales. Si esta ecuación funciona, se eliminarán gran parte de los generosos beneficios y ayudas. Y se prevé que el nuevo plan actuaría como incentivo para activar el mercado laboral. En un país que presenta una de las tasas de gasto social más elevadas del mundo con relación a su PBI, se sospecha que el sistema de asistencia social juega en contra. Y en lugar de promover la vuelta de los desempleados al trabajo o de generar pequeños emprendimientos se convierte en un incentivo para el ocio.

Con esta iniciativa, el gobierno espera evaluar si el ingreso básico universal podría contribuir a relanzar la alicaída economía finlandesa. La recesión económica, tras el ocaso y transformación de su emblemática empresa Nokia, y los problemas en otros sectores económicos clave como el forestal, aún no han sido totalmente superados. Un cóctel fatídico que azotó al país y elevó la tasa de desempleo hasta el 9,4% en el 2015, récord en los últimos quince años.

¿Pero cómo puede el hecho de garantizar un ingreso básico universal de manera incondicional contribuir a incrementar el empleo?

Varios analistas parten de la premisa en la que, sin considerar la edad, muchas personas estarían más dispuestas a aceptar empleos mal remunerados o que no cumplen con su ideal, si tienen la certeza de que no perderán ese ingreso básico. Por la misma razón, los empleadores estarían más dispuestos a contratar o a despedir gente, ya que ese ingreso actuaría como un amortiguador social. Pero aún no existe una respuesta cierta sobre los efectos económicos que produciría ese ingreso básico universal sobre el mercado laboral. El margen de incertidumbre, cuando se trata de evaluar conductas humanas en abstracto, es demasiado amplio.

Por esa razón, la decisión del gobierno finlandés de incorporar la experimentación, análisis y medición como el punto de partida para diseñar o implementar políticas públicas es transcendente. El resultado de este experimento podrá brindar algunas pistas y arrojar luz sobre si será algún día posible desvincular el ingreso con el trabajo.

(*) Abogado y diplomático

Y por más tentadora que parecía la propuesta de “cobrar un sueldo sin trabajar”, fue rechazada por la mayoría, aunque la idea está lejos de haber desaparecido.

Con esta nueva iniciativa, el gobierno espera evaluar si el ingreso básico universal podría contribuir a relanzar la alicaída economía finlandesa.

Datos

Y por más tentadora que parecía la propuesta de “cobrar un sueldo sin trabajar”, fue rechazada por la mayoría, aunque la idea está lejos de haber desaparecido.
Con esta nueva iniciativa, el gobierno espera evaluar si el ingreso básico universal podría contribuir a relanzar la alicaída economía finlandesa.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios