La muerte de las formas

Panorama nacional

Nno hay que ir muy atrás para encontrar un antecedente sobre el controvertido trámite que llevó a la suspensión del camarista Eduardo Freiler, sospechado de enriquecimiento ilícito. En julio pasado, cuando el juez Julián Ercolini citó a indagatoria a Alejandra Gils Carbó en una causa por fraude y cohecho, el diputado Pablo Tonelli, también miembro del Consejo de la Magistratura, admitió que el gobierno podría remover a la procuradora por la vía del decreto. La iniciativa fue abortada en el acto por Elisa Carrió: “Se debe respetar la Constitución, aun ante delincuentes como Gils Carbó”. Nadie ha dicho que el desplazamiento de cuestionado Freiler de la Cámara federal haya violado la Constitución. Ni él mismo lo insinuó. Pero el procedimiento estuvo en el umbral de la ilegalidad. El caso Freiler abre una edad del barro en la gestión de Cambiemos, en la que en adelante será difícil mantener la ropa limpia. Para el gobierno de Mauricio Macri implica al mismo tiempo, la muerte de las formas.

El oficialismo consiguió el jueves una mayoría circunstancial en el Consejo de la Magistratura, el organismo encargado de elegir, supervisar y sancionar a los jueces. En las horas que demandó el reemplazo de uno de los representantes de la oposición por el Senado, el oficialismo obtuvo los dos tercios necesarios para suspender a Freiler y mandarlo a juicio por mal desempeño en sus funciones. Fueron escasas tres horas, entre las que el ultrakirchnerista Ruperto Godoy se vio imposibilitado de votar -la justicia decidió separarlo del Consejo porque no es abogado- y juró su sustituto, el peronista Mario País. Se hubiera necesitado de la colaboración del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, la autoridad ante la que son puestos en funciones los consejeros, para que Pais llegara a tiempo a votar. Lorenzetti tenía un pedido formal del jefe del bloque, Miguel Pichetto, de dos días antes, para que dispusiera la jura. Pero Pais sólo logró que Lorenzetti le tomara juramento cuando ya era tarde. ¿Habría votado el nuevo consejero contra la suspensión de Freiler? Nadie puede saberlo.

Lo ocurrido el jueves durante el plenario del Consejo representa un perfecta inversión de roles. En ese ámbito se libran desde hace mucho tiempo sordas batallas por el poder. En junio de 2015, hace poco más de dos años, la entonces presidenta Cristina Kirchner ordenó demorar la salida de un vuelo de Aerolíneas Argentinas que iba llevar desde Resistencia a Buenos Aires al consejero Gustavo Valdés, representante de la oposición por Diputados en el organismo. Valdés sólo logró llegar al plenario cuando ya se había consumado el desplazamiento del juez José María Cabral de la Cámara de Casación penal con el voto de la mayoría kirchnerista. A Cabral le tocaba pronunciarse en ese tribunal sobre la inconstitucionalidad del acuerdo con Irán por l a AMIA. Se descontaba que acompañaría ese criterio. Junto con la de la procuradora Gils Carbó, la remoción del juez Freiler ha sido uno de los objetivos tempranos del presidente Macri. El oficialismo había tropezado con la oposición kirchnerista en el Consejo cuando intentó su desplazamiento en mayo. Después del espaldarazo electoral del domingo, halló su ventana de oportunidad. Por la ventana, precisamente. Freiler es una pieza probada del dispositivo de protección de la ex presidenta Kirchner en la justicia. Además, todo indica que el origen de su patrimonio es inconfesable. Un objetivo tan elevado como el desarticular un sistema que valida corrupción e impunidad en la justicia desde por lo menos una década, merecía otro desenlace.

“El presidente inauguró una etapa de decisionismo. Hay menos ingenuidad y un mayor ejercicio de poder. Hay kirchnerismo “, se escuchó en el despacho de un senador del peronismo. No representaba precisamente una crítica. Desde el manejo de los resultados en la provincia de Buenos Aires del domingo último, que han sido un espejo de las manipulaciones que hizo el kirchnerismo en 2009 y 2015, el gobierno ha hecho mucho en estas horas para seducir a los que practican un tipo de ética que busca siempre tener razón. Néstor Kirchner sin duda lo habría reconocido.

Los resultados deberán ser revalidados en dos meses. Incluso con la incógnita bonaerense, representan un espaldarazo a la gestión de Cambiemos, que se impuso en números provisionales en 10 provincias, 6 de ellas gobernadas por otro signo. Han mostrado que cualquiera sea el partido, en la Argentina el poder alinea y la oposición fragmenta. Probablemente en octubre asistiremos a una nueva confirmación de esta idea.

En ese ámbito se libran desde hace mucho tiempo sordas batallas por el poder. Lo ocurrido el jueves en el plenario del Consejo representa una perfecta inversión de roles.

Las PASO han mostrado que en la Argentina el poder alinea y la oposición fragmenta. Probablemente en octubre asistiremos a una nueva confirmación de esta idea.

Datos

En ese ámbito se libran desde hace mucho tiempo sordas batallas por el poder. Lo ocurrido el jueves en el plenario del Consejo representa una perfecta inversión de roles.
Las PASO han mostrado que en la Argentina el poder alinea y la oposición fragmenta. Probablemente en octubre asistiremos a una nueva confirmación de esta idea.

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