Los números mandan

Nunca es triste la verdad lo que no tiene es remedio” (Joan Manuel Serrat). Los números de la economía argentina, bajo el prisma de un proyecto de desarrollo nacional, industrial y redistributivo del ingreso, muestran con preocupación la acumulación de trimestres sucesivos -medida de tiempo generalmente utilizada para definir la situación determinada de un sector o de la economía toda- hacia la baja de la actividad.

El informe de abril que agrupa a la cámara de textiles informa que se acumula dieciocho meses de retroceso ininterrumpido en la producción. Englobada en producción de pymes industriales, los datos relevados por CAME muestran que la caída de producción fue del 2,5% en marzo de este año frente al año anterior, acumulando 18 meses consecutivos de retroceso. El agro es el sector que evidencia alguna recuperación motorizado por el recupero de la rentabilidad del sector, consecuencia de la eliminación de las retenciones y la devaluación.

Los sectores más expuestos a las importaciones (calzados, marroquinería, textil, muebles) acumulan varios trimestres de retroceso. La actividad de las pequeñas empresas industriales venía en caída desde fines del año 2014 y en año 2015 la merma fue del 3,6 por ciento. Las últimas subas interanuales se registraron en agosto y septiembre de 2015 y fueron del 1,1 y 0,2 %. Desde ese momento, la producción industrial pyme no paró de caer.

El peor momento de 2016 se verificó en el segundo semestre, con bajas por arriba de 6 por ciento y de 7,8 por ciento en agosto, apunto CAME en su informe Nacional sobre 250 empresas. Según sus propias estadísticas, las ventas minoristas cayeron 4,1 por ciento en febrero y acumulan en el bimestre una merma de 3,3 por ciento.

El año pasado, ese indicador cerró con una baja de 7 por ciento, dinámica asociada al deterioro del poder adquisitivo del salario, de las jubilaciones y de las asignaciones familiares . El achicamiento del mercado interno para las empresas nacionales a raíz de la caída de las ventas se profundizó con la suba de las importaciones que desplazan a la producción local.

La encuesta de CAME registró un escaso 18 % por ciento de las empresas declara tener planes de inversión para este año. Un 23 por ciento evalúa realizar inversiones, mientras que el 54 por ciento no planea invertir y el 5 por ciento que no lo sabe. Apenas el 9 por ciento de las empresas considera que el actual es un buen momento para invertir; para el resto el contexto es entre regular, malo y muy malo.

El informe trimestral de abril de la consultora Ecolatina nos dice que se derrumba el consumo interno pero aumenta la adquisición de bienes en dólares (me refiero a los compras de los sectores de la población de mayor poder adquisitivo) producto del creciente atraso cambiario en un contexto de mayor apertura comercial. La consultora destaca que el gasto en los bienes de consumo masivo (necesidades básicas) continúa mostrando deterioro. Esto podría explicarse porque los sectores vulnerables tienen un peso muy elevado en el consumo de esos productos (asignan la mayor parte de sus ingresos al mismo) y su situación no muestra aún mejorías.

Se afirma que la confianza en los hogares más vulnerables se encuentra muy por debajo que la de los sectores de ingresos altos, y que buena parte de la brecha se explica por una mejora en las perspectivas de los segundos para adquirir bienes durables e inmuebles. Esto resulta evidente si se observa el aumento de permisos de obra de construcción en los barrios de mayor poder adquisitivo de la ciudad de Buenos Aires según informa la Cámara Inmobiliaria de la ciudad.

El sector automotriz que evidenció desde los inicios de la devaluación un repute segmentado por adquisición de importados mientras se profundizaba la crisis está dando señales de caída tanto en nuevos como en usados. Después de diez meses de alzas consecutivas en los patentamientos, el último día de abril mostró en los registros de 0 km una caída del 12,4% respecto de igual período del mismo mes de 2016.

El ultimo informe del Indec mostró que la economía retrocedió 1,9% en febrero respecto a enero de este año, una contracción del 2,2% comparada al mismo mes del año anterior. Se trata de lo que se conoce como estimador mensual de actividad económica, un índice que replica el comportamiento del PBI. Para el organismo la actividad registra una caída acumulada de 0,4% en lo que va del año. Todos estos valores justifican los resultados difundidos hace pocas horas por el Centros de Estudios Metropolitanos (UMET) que agrupa a varias Universidades del conurbano bonaerense. El resultado muestra que el 74 % ha cambiado las marcas de los productos que consume, limitando sus lugares de recreación; el 35 % dejó de comprar carnes con frecuencia, con un pico de 50 % en el segundo cordón del sur del conurbano.

Respecto al trabajo, el 38 % de los entrevistados afirma que él o alguien de su grupo familiar perdió el empleo en el último año; alcanzando picos del 47 % en el segundo cordón del conurbano. El 57 % dice que el sueldo no le alcanza y y el 57 % que familiares directos debieron buscar trabajos porque los ingresos son insuficientes. Mientras tanto, se mantienen la tasas altas de interés y dólares financieros baratos (los que vienen del exterior como deuda o para especular con tasas de interés altas que luego recompran sus dólares baratos para llevárselos), como objetivo para bajar la inflación. El endeudamiento en Lebacs no deja de aumentar (en el país hay más títulos de deuda en pesos que billetes de pesos) y casi el 40 % de la deuda en dólares emitida en lo que va del año fue destinada a financiar unos 7.820 millones de dólares que fueron fugados del sistema financiero formal (UMET).

El aparato productivo y el endeudamiento externo financian actualmente la fuga de divisas, viajes al exterior y gastos de productos importados .

La Argentina avanza en una esquema de redistribución de ingreso acelerado que impacta –aun sin la profundidad del futuro- sobre amplios sectores de las clases medias y por cierto de los asalariados.

Me permito, humildemente, corregir a Serrat: La verdad -en este caso – puede remediarse.

(*) Abogado. Docente de la UNC Facultad de Economía

Apenas el 9 por ciento de las empresas considera que el actual es un buen momento para invertir; para el resto el contexto es entre regular, malo y muy malo.

El Indec mostró que la economía retrocedió 1,9% en febrero respecto a enero de este año, una contracción del 2,2% comparada al mismo mes del año anterior.

Datos

Apenas el 9 por ciento de las empresas considera que el actual es un buen momento para invertir; para el resto el contexto es entre regular, malo y muy malo.
El Indec mostró que la economía retrocedió 1,9% en febrero respecto a enero de este año, una contracción del 2,2% comparada al mismo mes del año anterior.

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