Malas y buenas

Datos

Fontanarrosa se preguntaba si las malas palabras eran malas porque les pegaban a las otras. Nosotros nos preguntamos: ¿existen las buenas palabras?
Esas palabras serían buenas porque le regalan caramelos a las más chiquitas… ¿los monosílabos, por ejemplo? Si las malas palabras insultan, las buenas deberían halagar. Algo así como insultos al revés. Por ejemplo: ¡Bendita sea la madre que te recontraparió! o, ponéle, “¡Sos una remil buena mina!”. Es verdad, suenan un poco raro, pero podría ser un aporte para equilibrar el humor cotidiano, ¿no?

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