Raqqa, la capital del yihadismo

H asta hace unos pocos años Al Raqqa era una ciudad bastante anónima en el norte de Siria, que recibía pocas visitas de extranjeros. ¿Qué los podía llevar a esa región desértica? Los cerca de 200.000 residentes vivían del agua del Éufrates y de la agricultura. Pero en la actualidad la fama de Al Raqqa tiene alcance mundial, pues es considerada la capital de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) en Siria, un país asolado por la guerra civil.

Sobre todo es el lugar desde donde los extremistas planean sus ataques en todo el mundo, dijo el enviado especial de Estados Unidos para la coalición anti Estado Islámico, Brett McGurk.

Se desconoce si los terroristas en España recibieron las órdenes desde Siria, al igual que en los casos que les precedieron. Najim Laachraoui, uno de los terroristas de París y Bruselas, había mantenido contacto con un líder del EI que se hace llamar Abu Ahmed. Las autoridades estiman que entonces estuvo en Al Raqqa.

Según las fuerzas de seguridad, casi todos los ataques perpetrados en Alemania fueron realizados por personas que han estado en el ciberespacio de “captadores” de EI y les han adiestrado, como Anis Amri, el que arrolló a numerosas personas en un mercadillo navideño de Berlín. Estuvo hasta el final guiado y acompañado desde Siria a través del móvil.

Para que las órdenes lleguen a miles de kilómetros, los extremistas emplean servicios de mensajería de cualquier celular. Los que se utilizan más frecuentemente son Whatsapp y Telegram, que ofrece al usuario un sistema seguro de encriptación. Para los servicios secretos de todo el mundo casi siempre es imposible leer los mensajes. Aun cuando tuvieran en sus manos el celular de un extremista puede que no consigan nada, pues Telegram tras un tiempo borra los mensajes automáticamente.

Y para dar órdenes a los simpatizantes, EI emplea además sus canales on-line, accesibles a usuarios de internet avezados. En noviembre del año pasado, los yihadistas publicaron en la revista “Rumiyah” un artículo en el que explican al detalle cómo un agresor con su vehículo puede perpetrar un ataque y se lo elogia como una de las armas más seguras y sencillas. Es propaganda de EI que no es posible controlar.

Pero los cerebros más importantes de los operativos estarían en Al Raqqa, aunque cuentan con el apoyo de seguidores en todo el mundo. Cada yihadista gestiona hoy “su propio pequeño portal”, explica el periodista Abdel Bari Atwan en su libro “El califato digital”. Según las fuerzas de seguridad, las pérdidas militares en Siria e Irak han hecho que EI haya propagado la ideología de un califato virtual. Y no se insta ya a los seguidores a viajar a las zonas en conflicto sino a actuar en sus países.

Asimismo, los extremistas emplean también un método clásico de grupos terroristas para pasar desapercibidos: las células secretas. Abu Musab al Suri, un influyente precursor de los yihadistas, elogió los operativos con células por propagar “la dimensión del terror y el temor”, según el experto Rüdiger Lohlker en su libro “Los salafistas”.

Desde el inicio de la ofensiva de las tropas sirias-kurdas en Al Raqqa, los extremistas han perdido más de la mitad de la ciudad. Los expertos están convencidos de que la capacidad de la milicia terrorista de cometer atentados desde allí se ha reducido . “Si estás bajo presión en Al Raqqa no te sientas y te pones a planear atentados. Luchas por salvar tu vida”, dijo un general de la coalición .

Pero, al parecer, parte de los líderes de EI han huido a otros territorios bajo control extremista, hacia el este. Guido Steinberg, experto en terrorismo de la fundación Berliner Stiftung Wissenschaft und Politik, está convencido de que hay atentados que se planearon a fines del 2013 . “Tememos que se vayan a llevar a cabo esos viejos planes sin que EI tenga que tirar de los hilos desde Al Raqqa”. El analista cree que no es previsible que vaya a acabar pronto el peligro de atentados . Estado Islámico tiene mucho “atractivo ideológico” y mucha gente joven se ha sumado a sus filas, explicó. “A todos ellos no los vamos a poder recuperar en los próximos años. No se les va a poder controlar. Son demasiados. Hay muchos más terroristas de Estado Islámico que los seguidores que tuvo Al Qaeda”, concluyó.

*DPA


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