de la guerra

Si bien inaugurada unas décadas antes de Cristo por los chinos, la ruta de la seda adquirió en la Edad Media su máximo esplendor. Los escritos de Marco Polo nos cuentan el larguísimo viaje de caravanas que desde Oriente, cruzando por el mundo árabe, penetraban Europa para comerciar diversos productos. El viajero y mercader veneciano cuenta en sus crónicas que en China existía una civilización refinada de arquitectura magnífica.

De aquella larga ruta quedan las ciudades míticas en la actual Uzbekistán: Samarkanda, Khiva y Bujará, por cierto maravillosas en su configuración y estado actual. La nueva y colosal ruta de la seda es desconocida para la casi mayoría de los argentinos, dado el sistemático cerco mediático que se ejerce a través de los medios masivos de comunicación más penetrantes que prestan casi nula atención al tema.

Los motivos son claros: se trata de silenciar un esquema alternativo a la globalización de Occidente que concentró riqueza en forma desaforada y destruyó decenas de estados-nación. China resulta con sus principales aliados en el proyecto (Rusia, India, Irán, Pakistán, Turquía, etc.) mediante el Banco Asiático de Inversión (57 países) el principal aportante. Las obras y proyectos en marcha son puertos, carreteras, trenes, fibras ópticas y zonas de logística en decenas de países de Oriente, África, Arabia y Eurasia cuyo valor alcanzaría los 500.000 millones de dólares en el 2025.

El cinturón marítimo proyectado, de gran importancia para China dado que el 90% de su comercio se desarrolla por vía, sale del este del país para atravesar el estrecho de Malaca en Malasia y, a través de Bangladesh, Sri Lanka y Pakistán, continúa a través del mar Rojo hacia el puerto del Pireo en Grecia. El brazo terrestre atravesaría China de este a oeste y, a través de la región de Xinjiang, llegaría a los países de Asia Central para continuar a Europa, una alternativa más rápida para el transporte de productos que la vía marina. En esa red de trayectos está incluida la ruta ferroviaria Madrid-Yiwu que abarca 51 enlaces con trenes de carga que conectan 27 ciudades del gigante asiático y 28 europeas. Se desarrolla además una línea de carga entre China y Laos, tren rápido hasta Tailandia y un corredor económico de casi u$s 48.000 millones con Pakistán, que comprende líneas férreas, carreteras, oleoductos, gasoductos, puertos y aeropuertos.

Con Rusia, además de los proyectos de infraestructura férrea de alta velocidad que une Beijing con Moscú (el Transiberiano Ruta de la Seda), China firmó en el 2014 un acuerdo interbancario para pagar obras de infraestructura y comercio con sus propias monedas (yuan y rublo), lo que significa otro duro golpe al dólar como moneda de los mercados mundiales impuesta luego de la Segunda Guerra Mundial.

La entrada oficial del yuan en los derechos especiales de giro del FMI la coloca como una moneda clave que vale la pena disponer por cada banco central de un país emergente.

China se asegura con este proyecto materias primas de las naciones que lo integran y la colocación de sus productos industriales excedentes, dada la caída del consumo en Occidente en la última década. Impulsar el desarrollo de países a través del consumo y la infraestructura asegura la venta de sus productos. El presidente Xi Jinping ha dicho hace pocos días que el proyecto multilateral es para traer paz, armonía y felicidad a los pueblos de Eurasia.

Mientras tanto Occidente a través de los EE. UU., Europa (algunos países de la UE han ingresado al Banco Asiático de Inversión) con Inglaterra incluida y Japón no integran dicha iniciativa, pero pivotean desde hace años la guerra de invasión directa e indirecta en siete países, destruyendo y dividiendo los mismos.

El nobel de la Paz y presidente saliente Barak Obama ha dejado su cargo con un récord: lanzó casi 78.000 bombas en los dos períodos de mandato (Medea Benjamin, “Drone warfare: killing by remote control”). El Consejo de Relaciones Exteriores de EE. UU. (CFR), que se especializa en política exterior y asuntos internacionales, publicó en su web que sólo en el 2016 el gobierno de Obama arrojó al menos 26.171 bombas.

Ya el 21/4/11 “The New York Times” informaba que de cada dólar pagado en impuestos u$s 0,50 se dirigían a la industria de armamento y vigilancia. Las amenazas de guerra con Corea del Norte, que permiten a EE. UU. absorber miles de millones de dólares de inversores preocupados que se refugian en esa moneda, financian sus déficits incontrolables (que los sostiene porque emite la moneda de los mercados mundiales, aunque ella carece de todo respaldo intrínseco) resultando una nueva aventura bélica provocada intencionalmente.

La estrategia china de una mayor presencia global, el esfuerzo aperturista y la interconectividad global (no se informa sobre el nuevo y monumental canal en Nicaragua que construye China para desplazar el monopolio del de Panamá) colocan prácticamente al país en el podio de la primera economía mundial.

Cambiemos entonces comercio y desarrollo por guerras y muertes artificialmente creadas.

*Abogado y docente de la Facultad de Economía de la UNC

La entrada oficial del yuan en los derechos especiales de giro del FMI la colocan como una moneda clave que vale la pena disponer por cada banco central de un país emergente.

La estrategia China de una mayor presencia global, el esfuerzo aperturista y la interconectividad global la ubican en el podio de la primera economía mundial.

Datos

La entrada oficial del yuan en los derechos especiales de giro del FMI la colocan como una moneda clave que vale la pena disponer por cada banco central de un país emergente.
La estrategia China de una mayor presencia global, el esfuerzo aperturista y la interconectividad global la ubican en el podio de la primera economía mundial.

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