Una bala que desequilibra

Panorama de Neuquén

Justo el día en que comenzaba la fiesta del gas y del petróleo en la provincia que es promesa de grandes negocios en ese rubro, un hecho violento, inesperado y casi irremediablemente trágico puso al gobierno frente al desafío de analizar correcciones en la vida interna de la Policía y evaluar si la capacidad de respuesta política de sus ministros está a la altura de los acontecimientos.

Transcurridos ya unos días desde que el cabo Fabián Escobar casi mata con su arma reglamentaria calibre 9 milímetros al delegado gremial de UPCN Luis Bastidas, la estrategia del gobierno de jugar al medio se empezó a esmerilar por la presión de los diferentes actores sociales que esperan definiciones más comprometidas. En pocas horas hubo definiciones de la Justicia con un detenido, primero con preventiva y después con prisión domiciliaria; dos marchas, una en contra del accionar de la policía y otra a favor, y una lluvia de opiniones que ponen en jaque ese lugar de equilibrio en el que Gutiérrez busca afirmarse.

Bastidas estuvo “a pocos centímetros” de transformarse en otro caso Fuentealba, el docente al que el cabo de la Policía Darío Poblete mató de un disparo. En aquella ocasión también fue a quemarropa, como el tiro de esta semana, pero con una pistola lanzagases. Sucedió en una protesta de docentes realizada el 4 de abril de 2007 en la Ruta 22, a la altura de Arroyito, y tuvo tanto impacto social que clausuró la carrera política del exgobernador Jorge Sobisch.

La metáfora de los centímetros se refiere entonces a algo más que a la escasa distancia que hubo entre la zona de ingreso del proyectil en el cuerpo de Bastidas y los órganos vitales. Es una lectura política sobre un suceso que aún tiene una alta sensibilidad en esta provincia.

El gobernador mostró reflejos el primer día con una declaración de condena al uso del arma del policía –“no tiene justificación” o “no se respetó el protocolo”, dijo– y visitó primero al herido más comprometido y después fue a ver al cabo Omar Bravo, que también fue internado pero por contusiones en su ojo izquierdo. El resto fueron intervenciones de práctica sobre el trabajo que debe efectuar la Justicia para evaluar las conductas y aplicar las condenas.

Por el desproporcionado uso de la fuerza policial, el cabo Escobar está con prisión domiciliaria y acusado de homicidio en grado de tentativa. También se abrió una causa para juzgar la responsabilidad de los dirigentes y militantes de UPCN que ingresaron por la fuerza, enfrentando con empujones y golpes a los policías de guardia del Ministerio de Trabajo, Ambiente y Seguridad.

Por el momento Gutiérrez no avanzó con ninguna respuesta institucional más profunda, pero tiene a una Policía en estado de deliberación y a responsables políticos de áreas de gobierno que, al menos en este caso, fallaron en la contención de las demandas a tiempo. El reclamo de UPCN por la recategorización de más de cien agentes fue germinando en la cara del ministro del área, Jorge Lara, hasta que se hizo planta.

La posibilidad de cambios en la institución policial y en el gabinete fue una especulación que circuló desde el miércoles. “Hoy no hay nada de eso”, dijo una fuente oficial consultada que, con su respuesta de contenido temporal, mantuvo a flote la duda sobre el tema.

En el gobierno no esperaban una reacción de UPCN de estas características, teniendo en cuenta que es un gremio de relación flexible con el oficialismo. Además creen que el policía que disparó “se asustó” y que no hubo otro tipo de connotación detrás de esa acción, como por ejemplo un hecho premeditado para perjudicar a la gestión. Sin embargo, hay conciencia en el oficialismo de que deben surfear sobre la historia de una institución que en los últimos veinte años cargó en su cuenta otros muertos y heridos en situaciones de protesta social.

Un vocero de la oposición definió a la Policía neuquina con la siguiente comparación: “No es la Bonaerense, pero tampoco las Carmelitas Descalzas”.

Bastidas estuvo “a pocos centímetros” de transformarse en otro caso Fuentealba. La metáfora es una lectura política sobre un suceso de alta sensibilidad.

“No es la Bonaerense, pero tampoco las Carmelitas Descalzas”, definió un vocero de la oposición al comportamiento de la Policía neuquina.

Datos

Bastidas estuvo “a pocos centímetros” de transformarse en otro caso Fuentealba. La metáfora es una lectura política sobre un suceso de alta sensibilidad.
“No es la Bonaerense, pero tampoco las Carmelitas Descalzas”, definió un vocero de la oposición al comportamiento de la Policía neuquina.

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