Ventana indiscreta

Datos

Coco, un querido amigo afecto a los experimentos sociológicos, abría la ventana del living que daba a la vereda y me invitaba a contar las personas que miraban hacia adentro. Todos miraban. Las cortinas estaban semicerradas pero todos sentían la pulsión de violar visualmente el espacio privado. La curiosidad, una cualidad humana que tiene su costado patológico: el voyerismo, el fisgonear y el escudriñar. Los reality shows y las redes sociales como Facebook los explotan convenientemente al retroalimentar una sociedad orientada hacia la exhibición y el voyerismo. Paraíso del stalker: “Persona que se perdió de vista y trata de encontrarse en los demás”.

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