Viento de frente

Hay una razón interna y otra externa. Weretilneck lanzó un recorte de los gastos para reducir el desfasaje, pero esencialmente fue un mensaje a Nación para despejar sus pretendidos instrumentos financieros. Su desafío será el aval para los bonos en dólares, que alista como columna central para este año electoral.

Río Negro no está bien, más allá de cualquier intención. Nunca en las dos últimas décadas
–desde los 90– tuvo tantas dificultades, ni tantos conflictos en puerta. Igualmente, los gremios
–salvo ATE– todavía no reaccionaron. Los sorprendió en período vacacional o, tal vez, descreen de la eficacia oficial de la prometida baja de un 20% de las erogaciones.

En enero, Río Negro pagó sus salarios con un sobregiro del Patagonia, autorizado a último momento. En febrero los cumplirá con la venta de letras del Tesoro. Poca vida más tiene este engranaje de endeudamiento.

El Estado desembolsa o promete pagar unos 2.100 millones por mes. Casi 1.500 millones son salarios. Entonces, el reajuste no excluye a la partida de personal. La negociación será el inicio. Weretilneck resguardará plazos y porcentajes. La Justicia, otra vez en su mundo. Punteará en enero con un alza del 6%, acordado a fin de año. El STJ, con los mayores salarios, contradice al relato gubernamental, que pretendía demorar cualquier mejora para febrero o marzo.

El otro plano pertenece a las viejas fugas. Así, Weretilneck desempolvó –otra vez– el propósito de explorar guardias médicas, horas extras y licencias docentes. Antes no prosperaron las ideas sueltas de la función pública. Hoy, no está resuelto cómo será. Los técnicos fueron los primeros sorprendidos del anuncio de un proceso informatizado para verificar las ausencias docentes. El diseño está, pero falta para lanzarlo, dijeron.

El esquema es simple, consiste en un registro informatizado y centralizado de información. Educación podría conocer rápidamente cantidades y particularidades de las licencias. Esa posibilidad hoy no está. Parece increíble.

Weretilneck puso en agenda su ajuste. Mensaje para Macri. El rionegrino recibió una misiva inquietante: “El presidente está preocupado por la situación financiera”, le transmitieron. Esta visión coincide con el crítico diagnóstico que el diputado Sergio Wisky acercó al presidente cuando se juntaron en Villa Angostura. El desequilibrio financiero no ayuda a los avales pedidos.

Este año con elecciones, el gobernador precisa de los bonos
–aún sin número– para ejecutar obras. El martes lanzará su plan de infraestructura, basado en esos fondos. Prevé hacerlo con el resguardo de los intendentes. Los suyos no plantean objeciones.

El FpV curiosea una postura. Obviamente, el intendente Martín Soria plantó la resistencia y convocó el viernes a legisladores, pares y concejales a Las Grutas para condicionar cualquier apoyo legislativo. Aún así, algunos mandatarios del FpV asistirán al llamado gubernamental y lo hará el legislador Ariel Rivero.

Cambiemos y sus intendentes radicales tienen sus reparos. Nelson Iribarren será hoy anfitrión de una reunión del grupo en Playas Doradas. El apoyo municipal será importante ante Nación, más allá de las fallas fiscales. Los jefes locales piensan en cierta asignación automática. El gobernador compartiría esa posibilidad, según lo habló con algunos y les recordó de sus cesiones en los acuerdos petroleros o deuda de la Anses.

Aquel reparto no es novedoso. Entre Ríos prevé destinar un 16% a sus comunas. Pero, ese caso conlleva una experiencia . En noviembre, esa provincia pidió a Nación colocar 500 millones de dólares, pero sólo le autorizó 250 millones. Antes, otras colocaron sus títulos con éxito pero la administración entrerriana no pudo ubicar los suyos porque el mercado se encareció. Dejó todo paralizado.

Ese panorama también es incierto. Pero, siempre está la creencia del milagro salvador.

Weretilneck lanzará su plan de obras, con bonos en dólares, aunque deberá alinear el respaldo de intendentes, legisladores, Nación y mercado financiero.