Volver al mundo… de la deuda

Esta más que claro que la consigna “ estamos fuera del mundo y tenemos que volver al mundo” que tanto oímos durante los últimos años los argentinos fue una “chantada” mentirosa sobre una realidad inexistente. El mundo al que supuestamente pertenecemos evidencia decadencia económica y la práctica de valores morales que la mayoría intentamos no trasmitirles a nuestros hijos. La Unión Europea es un proyecto a la deriva económicamente muerto –con alguna excepción por cierto– y los EE. UU. inauguran el proteccionismo extremo, la xenofobia y una aceleración hacia la disminución del ingreso real de sus trabajadores. Argentina ha vuelto por fin al mundo, supuestamente del hemisferio occidental –ya lejos de los Brics y de Latinoamérica– pero sin “lluvia de inversiones”, aunque con lluvia de endeudamiento público , con tasas que oscilan entre el 6,5 y 7,5 % en dólares, más del doble de las que paga Bolivia, Colombia, Perú o incluso el Salvador. Se nos decía que el arreglo con los fondos buitre era como una varita mágica que generaría una automática confianza en la Argentina a la que todos esperaban se integre al mundo globalizado. Para ello tomamos deuda para pagar al contado el 7,7% en dólares derrumbando un éxito político y jurídico obtenido en la ONU como fueron los nueve principios internacionales para la reestructuración de deuda soberana. A la fecha arribamos casi a los 60.000 millones de dólares de deuda nueva en un año (contada la de las provincias y órganos interestatales, fuente Cefma), lo que significa un promedio de 4.000 millones de dólares de intereses anuales, o para que sea más claro: aproximadamente 600.000 millones de pesos de intereses al año. El presupuesto del 2017 prevé un endeudamiento público de entre 30 y 35 MD, ejecutado a la fecha más del 30%. El ministro de finanzas espera ahora tomar 20.000 MD más en los próximos meses.

La economía registró un desequilibrio de cuenta corriente de 15.853 MD en el 2016, incrementándose un 35,1% respecto del año anterior. La cifra surge del último informe de balance cambiario del Banco Central, lo que significa que el país alcanzó un déficit en el comercio de bienes y servicios equivalente a 3 puntos del PIB. Ello sumado al rojo de alrededor de 5 puntos del PIB de la cuentas fiscales. De esta forma , el gobierno alcanzó los déficits gemelos (de cuenta corriente y fiscal ) más altos de los últimos 20 años, duplicando incluso al último año del kirchnerismo. A pesar de la ideología liberal y eficientista, las políticas y resultados económicos de esta gestión resultan desastrosos. Ahora bien, desde otro enfoque podemos observar que en realidad para algunos sectores de la población esos resultados han sido excelentes: la importaciones aumentaron sensiblemente –el ministro de Hacienda anunció este año su crecimiento para bajar la inflación–, el turismo en el extranjero generó salida de divisas por casi 11.200 millones de dólares, el pago de intereses de la deuda fue otro rubro que aumentó sustancialmente, la remisión de utilidades de las empresas alcanza los 2.500 millones de dólares, además del creciente atesoramiento en dólares. La liberación total en la negociación de la divisa extranjera (la moneda dólar que el país no fabrica sino que adquiere por deuda o por exportaciones) se complementó con una continua extensión de los plazos para liquidar divisas por exportación que ahora alcanza los 10 años (el plazo que las empresas tienen para ingresar al país los productos que venden al exterior). Es decir, los dólares por ventas al exterior tienen diez años para reingresar. Por otro lado no existe hoy límite para traer y sacar dólares al país: se ingresa un día y se saca al otro, sin restricción alguna, para lo que el Banco Central siempre tiene que tener dólares disponibles para ello. ¿ Cómo los obtiene en un marco de caída de las exportaciones e incluso de baja de los precios de los productos primarios que exportamos o más, disminución del consumo “en el mundo al que volvimos a estar”? Pues tomando deuda en dólares en el mercado internacional, que esperaba ansioso que volviéramos a él . El diario “El País” de España en una nota del 15/11/16 ha dicho que la Argentina está garantizando “un festín de negocios” al sistema financiero internacional.

No hay duda de que la actual gestión considera que tomar deuda en dólares es la fórmula para pagar los gastos diarios de funcionamiento del país, facilitando además la fuga de capitales a todo el que quiera disponer de los dólares que sean necesarios . Este proyecto político intencional omite considerar que un factor determinante del déficit del Estado se produce vía aumento del gasto público (devolución del capital más intereses ), con el consecuente círculo vicioso que genera: más endeudamiento, más pago de intereses, pago de capital y refinanciación, que impactan en el presupuesto con incremento del déficit fiscal. En realidad cada toma de deuda en estas condiciones no hace más que aumentar el déficit del Estado .

Esta práctica en realidad es un objetivo de política financiera fiscal dado que no se piensa en pagar capital (desendeudar), sino refinanciar en forma permanente convalidando una deuda externa perpetua, que por cierto compromete todo desarrollo nacional. La deuda condiciona y esclaviza a los Estados, idea que nadie cuestiona en los círculos académicos especializados en el tema.

En eso estamos hoy. ¿Cómo estaremos mañana?

*Docente de la Facultad de Economía, UNC

El gobierno alcanzó los déficit gemelos (de cuenta corriente y fiscal) más altos de los últimos 20 años, duplicando incluso al último año del kirchnerismo.

Esta práctica en realidad es un objetivo de política financiera fiscal dado que no se piensa en pagar capital
(desendeudar), sino refinanciar en forma permanente.

Datos

El gobierno alcanzó los déficit gemelos (de cuenta corriente y fiscal) más altos de los últimos 20 años, duplicando incluso al último año del kirchnerismo.
Esta práctica en realidad es un objetivo de política financiera fiscal dado que no se piensa en pagar capital
(desendeudar), sino refinanciar en forma permanente.

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