Andrea Camilleri: “El final de Montalbano ya está escrito”

A los 91 años, Camilleri recibió a la agencia Télam en su casa de Roma, donde habló de su personaje más famoso y de por qué dejó de escribir sobre la mafia.

En medio del éxito rotundo que disparó en la televisión italiana la emisión de nuevos capítulos de las andanzas de Salvo Montalbano, el creador del comisario más famoso de Sicilia, Andrea Camilleri, recibió a Télam en su casa de Roma y reconoció su “relación de amor-odio” con el personaje, reveló las ganas que a menudo tiene “de terminarlo” y dio pistas sobre el final de la serie “que está escrito hace más de diez años esperando a ser publicado”, y que llevará de título “Riccardino”.

Con 91 años y prácticamente ciego por un glaucoma que lo afecta hace tiempo, Camilleri (Porto Empedocle, Sicilia, 1925) se prepara para pasar la Pascua en su tierra natal. Hace dos años que no pisa suelo siciliano y añora dar un paseo por el muelle y respirar “su” mar.

Para la misma época está previsto que se publique en Italia “La rete di protezione”, una nueva entrega de la serie nacida en 1994 con “La forma del agua” y de la que en la Argentina se publica en estos días la colección de relatos “Muerte en mar abierto” (Salamandra).

Tras una vida como guionista y dedicado al mundo de la televisión y el teatro, Camilleri inició la serie del comisario Montalbano con 69 años. A la actualidad, van más de 25 libros dedicados al personaje. El último publicado en Italia, “L’altro capo di filo” (Sellerio, 2016), fue un doble suceso: se trató de su libro número 100. Sí, 100. Y el primero en el que, ya imposibilitado de distinguir más que formas, debió escribir dictándole a Valentina, su asistente desde hace más de quince años.

P- ¿Cómo vive el éxito que está teniendo la serie de Montalbano que emite la RAI? Los dos episodios nuevos llegaron al 49% de share, con más de diez millones de espectadores cada uno.

R- Lo vivo un poco asustado. Que una ficción tenga un público igual al del festival de San Remo, 10 millones de personas… asusta. Pero lo que me ha asustado de verdad es que, según la RAI, en 18 años de transmisión, desde el primero en 1999, han superado los 1.000 millones de televidentes, en un país de 60 millones de habitantes. La gente lo ve, lo vuelve a ver, una y otra vez, por generaciones. Es terrorífico.

P- ¿Ya se volvió autónomo Montalbano?

R- Sí. Mire, a menudo pongo en su boca algunas cosas de mis ideas políticas. Y hay lectores que me han escrito diciéndome que “no tengo derecho” a ponerle mis ideas políticas porque es, dicen ellos, “de todos nosotros”.

P- En la ficción Montalbano cumple 67 años, ¿se acerca el final?

R- El final lo tengo ya escrito, hace casi doce años. Pero es un final sin derramamiento de sangre. Tampoco se jubila: es lo máximo que puedo decir. Nació de un encuentro en París con Jean Claude Izzo, un escritor francés que murió muy joven, y Manuel Vázquez Montalbán… hablábamos de cómo terminaríamos nuestros personajes. Izzo habló de que lo iba a hacer herir gravemente; Manolo contó una historia complicadísima. Cuando me tocaba a mi justo sonó el teléfono, atendí y cuando volví ya estaban hablando de otra cosa. Pero por suerte, porque ellos dos murieron y yo quedé. Así que razonando sobre esto me vino a la cabeza una forma verdaderamente original de terminarlo. Cuando sienta que no puedo escribir más de Montalbano porque me enojé o llegué al límite de edad o al Alzheimer, ahí llamo al editor y le digo “publíquenlo, buenas noches”.

P- ¿En estos años nunca tuvo la tentación de cambiar ese final?

R- No. Tuve la tentación de terminar con Montalbano, sí, y a menudo. Un personaje de tal suceso es claro que termina condicionando también las otras cosas que escribo. Creo haber escrito otras cosas más importantes… pero el tema es Montalbano. Cada tanto le digo ‘vos sos un chantajista’. Porque cuando sale un nuevo episodio del comisario, los libros que no son de Montalbano se venden más. Ayuda a toda la obra. Y por lo tanto tengo una relación con él de amor y odio.

P- ¿Hace cuánto que no va a Sicilia?

R- Hace dos años. Cruzo los dedos ahora porque voy a ir pronto, y soy muy supersticioso. Quisiera ir el 12 e abril, pasar allá la Pascua y volver luego. Estar en Porto Empedocle, hacer un paseo por el muelle, respirar el aire de mi puerto. Cada vez que voy allí estoy bien.

P- Vigata, la ciudad donde se desarrolla la serie de Montalbano, es una suerte de alter ego de Porto Empedocle. ¿Es el comisario un alter ego suyo?

R- El tiene más de mi papá que de mi, que no tiene nada. Esto lo descubrió mi mujer. Una cierta manera de tratar a las personas, la lealtad, las bromas. Viví mucho en el campo, y también recuerdo por ejemplo el sentido que tenía mi padre por la comida y los alimentos. Igual que Montalbano.

P- En “Muerte en mar abierto”, el libro que se publica estos días en la Argentina, aparece un joven Montalbano, muy activo contra las mafias, un grupo que no suele ser muy representado en sus libros.

R- Yo no quiero que en mis libros la mafia tenga mucha importancia porque bien o mal se termina dándoles espacio, haciéndolos nobles, haciendo olvidar lo que son. En “El Padrino”, la maravillosa interpretación de Marlon Brando hace que se vuelva un personaje simpático, y era alguien que ordenaba asesinatos. Para hablar de la mafia hace falta andar con pies de plomo. El único libro que encontré capaz de hablar de la mafia sin hacerlos héroe es “Gomorra” (por el libro de Roberto Saviano).

“Pobre papa, es la única persona en este momento que tiene la cabeza bien puesta. Es un papa jesuita, y los jesuitas tienen una larga tradición en América Latina. Es un hombre coherente”,

dice Andrea Camilleri sobre el papa Francisco.

Datos

“Pobre papa, es la única persona en este momento que tiene la cabeza bien puesta. Es un papa jesuita, y los jesuitas tienen una larga tradición en América Latina. Es un hombre coherente”,

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