Cemento, una historia que merecía ser mostrada

En el mismo lugar donde funcionó por casi dos décadas, se presentó el documental que homenajea al templo del rock por excelencia. Lisandro Carcavallo, su realizador, habló con “Río Negro”.

Lisandro Carcavallo fue por primera vez a Cemento cuando tenía 14 años y como muchos otros entendió que después de esa primera experiencia no se despegaría más de uno de los mayores templos que haya dado la cultura del rock.

En la mente de este chico maduró con el tiempo la idea de un legado para ese lugar irrepetible que lo marcó para siempre. Hoy Carcavallo es un joven realizador audiovisual que finalmente pudo materializar su homenaje, que en definitiva es el de todos los que alguna vez pisaron aquel entrañable espacio donde todo era posible. En el marco del Bafici y en el mismo lugar donde funcionó desde 1985 hasta 2004, Carcavallo acaba de estrenar “Cemento, el documental”.

“Es una reivindicación de un espacio que fue necesario para nuestros artistas de la contracultura del rock y que hoy lamentablemente ha sido transformado en un estacionamiento”, cuenta Carcavallo a “Río Negro”.

P- ¿Cómo fue el trabajo de recopilación para una época donde no era fácil registrar testimonios?

R- Fue un gran laburo de producción. Una búsqueda constante de biógrafos, músicos y artistas que tuvieran material que nos pudieran ayudar. La misma Katja Alemann nos ayudó un montón y la verdad que pudimos recopilar muchísimas cosas muy interesantes.

P- ¿Con qué te encontraste cuando empezar a desmenuzar ese material, principalmente de los primeros años?

R- Era como te lo contaban. Veíamos las cosas que nos llegaban y la verdad que era todo maravilloso. No sólo es como te lo contaban, sino más increíble aún. La verdad es que se te pone la piel de gallina cuando lo empezás a ver. Imágenes con el lugar en plena construcción con Omar (Chabán) y Katja haciendo performances en medio de los obreros e interactuando, improvisando… Lo mismo el día de la inauguración que fue una locura. Son imágenes muy interesantes para comprender la importancia que tuvo Cemento y el origen que tuvieron algunas cosas.

P- Seguramente a los músicos en el documental, y en todo momento después de la tragedia de Cromañon, se les debe hacer difícil hablar de Chabán…

R- En ningún momento plantean la no responsabilidad por lo que pasó. Lo se sí se rescata en el documental es lo que fue Omar como gestor cultural, teniendo un sitio como Café Einstein en plena dictadura y poco después generar algo tan grande como Cemento, que le dio oportunidades a un montón de bandas under de ese momento y que hoy son consagradas. Claramente eso tiene que ver con una apuesta cultural de parte de él.

P- ¿Qué te sorprendió, más allá de lo conocido, a medida que ibas recopilando el material?

R- No hay una cosa en particular porque la verdad son muchas las cosas increíbles que pasaban, desde lo teatral hasta el rock. La presentación de “Gulp!”, el primer álbum de Redondos, fue histórico.

P- Es tu primer trabajo como cineasta, ¿como fue eso de motivar a los entrevistados para que colaboraran con sus testimonios?

R- La palabra clave fue Cemento. Hubo mucha predisposición para estar en la película. Con esas ganas de todos, se hizo mucho más simple. Con las primeras entrevistas que tuvimos, hicimos un trailer un año antes de la fecha pautada para la presentación. Y fue a propósito. Nadie sabía quién era Lisandro Carcavallo, pero al ver que lo estábamos haciendo era con mucha seriedad, respeto y dedicación, todo se simplificó. En casi 20 años de historia hay mucho por contar. En los 80’s tocaron Sumo y los Redondos, después llegará el turno de la Renga, los Ratones, Divididos… Luego, en los 90’, será el tiempo de Los Brujos, Babasónicos, Juana la Loca, las bandas de punk rock… En los 2000 las bandas de rock barrial. Cemento siempre fue un lugar de oportunidades.

P- ¿Cómo recibió la gente el documental?

R- Fue sumamente emotivo, me encontré con gente en la puerta llorando… La verdad es que es muy difícil explicarlo. Fue una mezcla de sensaciones porque por un lado estábamos reivindicando a Cemento y por otro dolía entrar al lugar y verlo transformado en un estacionamiento (depende del Ministerio de Educación del Gobierno porteño). Creo que todos merecíamos estar ahí adentro al menos una vez más, presenciando la película y celebrando lo que nos dio el rock. Hay un proyecto de transformar ese lugar en un museo del rock y que siga contribuyendo a la cultura como siempre lo hizo Cemento.


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