Con un Dárgelos encendido, Babasónicos repasó sus éxitos en Neuquén

“Soy hermoso, soy hermoso…”

Adrián Dárgelos desfila, lento y provocativo, disparando miradas lascivas con destino directo a las primeras filas de una sala Rainbow llena. Miradas no necesariamente dedicadas a las mujeres.

Eran miradas también para ellos, pero para avisar que ellas eran suyas al menos por esa noche. Porque cuando Dárgelos descarga lascivia también es para decirte que sí, que está mirando a tu novia y qué.

Y estaba Babasónicos y frontaman provocador y sensual. Ese breve pero intenso tramo de “Puesto” resume en qué se convirtieron esos cinco tipos de Lanús después de 25 años haciendo rock, rock alternativo, rock folk, folk psicodélico, boleros roqueados, rocks abolerados o lo que sea.

La gira “Desde adentro – Impuesto de fe” con la que la banda celebra un cuarto de siglo juntos pasó por Neuquén con dos impecables shows a sala a llena en Casino Magic.

Versionando en modo acústico buena parte de sus hits, la gira que los mantendrá ocupados de escenario en escenario hasta fin de año, los Babasónicos hicieron algo más que desenchufar sus mejores temas.

Metieron manos en ellos, revolvieron sus tripas y lo que resultó fue un setlist precioso en arreglos, casi todos ellos ejecutados por Diego Uma, multi instrumentista y jugador de todo el escenario, literalmente. No menos fue el inmenso Carca, una rara vis del rock argentino.

La segunda noche babasónica en Neuquén, que la del domingo, comenzó apenas pasadas las 21, cuando las luces de la sala Rainbow del Casino Magic bajaron y en la penumbra del escenario apareció la figura de Mariano Roger, quien sin más comenzó con el punteo acústico de “El colmo”.

Detrás suyo aparecieron Diego Uma; Uma-T Tuñón; el bajista Gustavo Tuta Torres; Diego Castellano, antes conocido como Panza; y Carca. Todos ellos abordaron sus instrumentos y se acoplaron a la canción. Por último, apareció Dárgelos con una blusa de alas caídas… digamos.

Si la gira celebra los 25 años de Babasónicos como banda, también la celebración del personaje creado por Adrián Rodríguez, un pibe de barrio de Lanús. Ese personaje es Adrián Dárgelos, su alter ego sensual y erótico, provocador e irreverente. O lo que es lo mismo, una estrella de rock. Un Sandro extremo de estos tiempos.

El show que cerró el paso de Babasónicos por Neuquén mostró a una banda suelta recorriendo su catálogo de hits reconvertidos as partir de sutiles y precisos arreglos instrumentales y corales, donde la voz traída desde el fondo de las cavernas de Carca hizo de feliz contrapunto con la de Diego Uma y del propio Dárgelos.

La noche siguió con “Irresponsables”, “Yegua” y “Puesto”, que marcó el primer gran momento caliente de la noche. “Putita”, “Como eran las cosas”, “Sin mi diablo”, “Rubí”, “Natural”, “Deléctrico” y “Los calientes” marcaron el camino de los grande éxitos reversionados para la ocasión, una ocasión que también contó con dos temas nuevos, “Vampi” y “El maestro”. El cierre incluyó el medley “Zumba / Yoli / Viva Satana / La Roncha”, un conjunto de viejas canciones, exceptuando “Yoli”, del disco Jessico, acaso el comienzo de la historia babasónica tal como la conocemos.

Si la banda supo llevar su cancionero más popular a una dimensión más delicada fue en buena medida a la ejecución multiinstrumental de Diego Uma, hermano de Dárgelos. El tipo se rodeó de toda la percusión posible sobre un escenario, desde una marimba hasta un xilofón. También aportó vientos con flauta traversa y saxo y hasta guitarras en algunos tramos. También Carca hizo lo suyo con percusiones varias y cuerdas para que Babasónicos paseen su modernidad y sensualidad por los oídos de una multitud que se dejó llevar por Dárgelos, una estrella como Dios (y el Diablo, sobre todo) mandan.

Si la gira festeja los 25 años de Babasónicos como banda, también es la celebración de Dárgelos, ese rockstar creado por Adrián Rodríguez.