El infierno sirio estremece en un documental de National Geographic

Sebastian Junger y Nick Quested estrenan hoy en National Geographic “Siria: Infierno en la Tierra”. “Río Negro” entrevistó en exclusiva a los realizadores que hablaron sobre cómo fue la realización de ese filme

El documental “Siria: Infierno en la Tierra” (Hell on Earth: The Fall of Syria and the Rise of ISIS, 2017) muestra la caída de ese país en el caos desenfrenado que permitió el surgimiento del Estado Islámico (EI), en Irak y Siria. Con una selección de casi mil horas de metraje crudo e impactante, Sebastian Junger y Nick Quested, que habían colaborado anteriormente en producciones cinematográfico sobre la guerra -“Restrepo” (2010), “Korengal” (2014) y “The Last Patrol” (2014)-, muestran la espantosa carnicería y las consecuencias políticas y sociales de la guerra de Siria y, lo más importante, su costo humano, al tiempo que hacen referencia al papel que tuvo occidente en la creación del EI.

Por medio de entrevistas exclusivas con activistas, periodistas, diplomáticos, trabajadores de derechos humanos, políticos y ciudadanos comunes y corrientes, además del uso de imágenes de archivo, “Siria: Infierno en la Tierra” pinta un retrato único de la vida en un país devastado por la guerra, desde una familia que vivía bajo el control del EI que finalmente logra huir a Turquía, guerreros kurdos en Sunyar y grupos paramilitares chiitas en Irak hasta guerreros afiliados a Al Qaeda en los alrededores de Alepo y Al Raqa.

Junger y Quested identifican meticulosamente las fuerzas que condujeron al mortal conflicto en Siria y facilitaron el surgimiento de los islamistas radicales que ahora se están organizando e inspirando operaciones terroristas en todo el mundo.

La película documental se estrenó recientemente a nivel mundial en el Festival de Cine de Tribeca 2017 y se proyectó en el Festival Internacional Canadiense de Documentales Hot Docs, en Toronto. Siria: Infierno en la Tierra estrena a nivel internacional en National Geographic en 171 países y 45 idiomas.

Estreno

Documental: “Siria: Infierno en la Tierra” (Hell on Earth: The Fall of Syria and the Rise of ISIS, 2017).

Emisión: Hoy, a las 21.

Canal: National Geographic.

Realización: Sebastian Junger, exitoso escritor y realizador nominado a los Premios Oscar, y su socio Nick Quested, ganador de un Premio Emmy.

P- Los conflictos han sido una rutina en su trabajo, ¿pero por qué le dedican su documental a la gente y qué tan importante es mostrar la situación en la pantalla al público?

SJ- Siria es la mayor tragedia de nuestra generación. Casi medio millón de personas han muerto. Desestabiliza una parte muy crítica del mundo. Creo que es de la mayor importancia explicar cómo funcionó.

P- Ambos han tenido la experiencia de cubrir guerras y fueron asignados en conflictos anteriormente en sus carreras. En su opinión, ¿esta situación en Siria es diferente de las cosas que han visto antes?

NQ- Me parece que todas las guerras tienen sus propias razones para ser y las propias de ser. Así que lo que tratamos de hacer es de definir esto en el contexto de la guerra misma, tratar de explicar cómo surgió este conflicto y mostrar la humanidad que existe incluso entre la mayor tragedia de nuestra generación. Es por eso que decidimos centrarnos en una familia, porque podés hacer su lucha identificable con todo el mundo en occidente. Y eso probablemente hace que sea muy similar a otras guerras porque, en muchas de ellas, hay familias de clase media o cualquier familia, en general, que son desplazados por la lucha. Estas son cuestiones con las que tenés que lidiar en cada caso.

P- Considerando que tenemos tantas noticias sobre Siria todos los días, ¿qué tan difícil fue encontrar un nuevo ángulo para enfocarse en el conflicto?

SJ- Bueno, las noticias sólo duran cinco minutos. Nosotros tuvimos 100 para jugar. Nuestra misión fue dar un paso atrás y proporcionar una comprensión de la dinámica de la guerra y las dinámicas que son comunes a muchas guerras civiles. También queríamos identificar una de las raíces de EI en la desastrosa invasión americana de Irak una década antes. Queríamos asegurarnos de que estaba claro para el público estadounidense.

Finalmente, EI es famosa por su increíble violencia pública, tortura y ejecución de personas inocentes. Queríamos demostrar que el contexto de la violencia pública se ha utilizado en casi todas las sociedades, incluida la nuestra, incluida la sociedad estadounidense hasta bien entrado el siglo XX. Queríamos tener una conversación honesta sobre este tipo de responsabilidad moral que el mundo entero mantiene en ese tipo de comportamiento.

P- Después de trabajar en este documental, ¿creen que la gente tiene demasiadas ideas equivocadas sobre Siria?

Nick Quested- No puedo hablar por otras personas. Estábamos tratando de aclarar cualquier malentendido, para tratar de contar cómo una serie de protestas en el sur del país, que comenzó con algunos niños escribiendo grafitis en las paredes que decían: “Doctor, eres el siguiente”, (NdR. Por el presidente Bashar al-Ásad), se convirtieron en protestas masivas a través de Siria. Y eso desencadenó una guerra civil que se convirtió en una jihad sectaria. En ese sentido, estábamos intentando contar la historia lo mejor que pudimos hacerlo.

P- ¿Qué riesgos afrontaron mientras estaban grabando este documental?

Sebastian Junger- Ir a Siria era, para un periodista occidental, virtualmente suicida después de cierto punto. Por lo tanto, obviamente, no lo hicimos, pero tuvimos la suerte de trabajar con gente, sirios en Siria, que fueron capaces de filmar imágenes para nosotros. También pudimos enviar a algunos periodistas, y Nick pudo ir al norte de Irak donde estaba un poco más seguro y filmar directamente.

P- El documental crea lo que se puede llamar una “conciencia instantánea” en la gente, un impacto emocional o reacción que desafortunadamente podría no ser de muy larga duración. ¿Cómo creen que su trabajo ayuda a que esta conciencia crezca? ¿Cómo creen que logran una consistencia verdadera sobre el problema en Siria?

SJ- Creo que es posible cambiar la conciencia de la gente y llevarla hacia una especie de compasión básica por el sufrimiento en el mundo. La solución para Siria es extremadamente compleja y no puedo esperar realmente que el público estadounidense se eduque y participe por sí mismo a un nivel muy profundo sobre los problemas en Siria, un país que está muy lejos. Pero creo que lo que podemos hacer es inspirar una especie de empatía y compasión básicas, particularmente con la historia que contamos acerca de la familia de refugiados que salió del territorio de EI a Turquía. Eso creo que es totalmente posible.

P- ¿Cómo fue estar en medio del conflicto? ¿Cómo fue la retroalimentación con la gente? ¿Cómo trabajan para hacer el documental?

NQ- No fuimos al norte de Siria porque es demasiado peligroso, así que escogimos a la familia cuando llegaron a Turquía y los seguimos. Yo los seguí, y luego básicamente construimos una red de periodistas y activistas en el norte de Siria para contar las historias que estábamos tratando de contar. Luego, fui a Jordania y al norte de Irak para cubrir la guerra desde esos ángulos. Así fue, básicamente, cómo lo hicimos.

P- En su opinión, ¿qué tan cercana está la posibilidad de poner fin al conflicto en Siria y cuán cerca está el final?

SJ- Creo que EI en el próximo año probablemente sea destruido en el campo de batalla. Es posible que las potencias de la OTAN, Estados Unidos y Vladimir Putin en Rusia, puedan llegar a un acuerdo que permita un acuerdo de paz y una efectiva división del país. Puedo imaginar que eso suceda. Funcionó en Bosnia con la ayuda de los rusos. Puedo imaginar que suceda de nuevo.

P- Obviamente filmaron muchas imágenes para este documental y probablemente muchas de ellas tuvieron que ser cortadas de la película final. ¿Cómo eligieron qué parte priorizar e incluir en el producto final?

SJ- El trabajo de hacer cine es averiguar cuál es el 1% que vas a utilizar, qué es lo que va a ser. Queríamos documentar la trayectoria de la guerra, queríamos explicar su mecánica y queríamos permitirle a la gente que tuviera una conexión emocional y personal con las personas atrapadas en ella. Básicamente, fuimos de un lado a otro entre esos tres hilos narrativos, tratando de crear algo que fuera convincente de ver e informativo.

P- ¿Pueden dar más detalles sobre las historias que conocen, sobre esas personas que trataban de salir del conflicto?

NQ- Sí, en realidad vamos a publicar en internet algunas historias adicionales de las familias. Después de que fueron devueltos por la Guardia Costera turca, pasaron una semana en un centro de detención en donde le robaron el pasaporte a Marwan (NdR el padre de la familia) y documentamos lo fácil que era en ese momento comprar un pasaporte falso sirio. De hecho, hicimos uno con el nombre de Sebastian. Tenemos un montón de imágenes de ellos tratando de buscar trabajo. Pero para una familia de inmigrantes en Turquía, el único trabajo disponible es prácticamente mano de obra, y tratar de sostener a una familia con eso es muy difícil. Así que la familia ha abierto un negocio y están vendiendo pequeñas cosas que la comunidad siria quiere.

P- Con todas estas experiencias, ¿cómo lidian con conceptos como la guerra y el poder y qué significa para ustedes estos conceptos en este momento?

SJ: La guerra ha sido parte de la experiencia humana durante decenas de miles de años.

NQ- Desde que la humanidad existe.

SJ- Y el poder es uno de los principios organizadores de la sociedad humana. Estos son rasgos humanos fundamentales y no creo que vayan a desaparecer. Pero creo que en una sociedad ilustrada basada en el estado de derecho y en los derechos humanos, la comunidad internacional puede tomar grandes medidas para proteger a los más débiles y para mitigar los efectos de la guerra. Creo que eso es totalmente posible.

P- Dijeron que es difícil ver el derramamiento de sangre, el contenido y la tragedia, ¿pero cómo fue para ustedes trabajar todos los días con este material, con esta tragedia, con todo ese sufrimiento que está sucediendo en Siria?

NQ- Obviamente, las imágenes son bastante angustiantes. Por suerte tuvimos un gran equipo de editores e investigadores, así que compartimos la carga igualmente con ellos. Encontramos compañía en la miseria, y casi formamos nuestro propio grupo de autoayuda en ese momento.

SJ- Sí, realmente tiene un efecto en uno. Sinceramente, recuerdo una noche después de mirar demasiado de esto, tuve una pesadilla en donde yo era un luchador de EI. De alguna manera me había convertido en uno y estaba luchando por el Estado Islámico. Y la otra noche tuve una pesadilla en donde había sido secuestrado por los talibanes. Por lo tanto, estas cosas definitivamente afectan a tu cerebro con seguridad.

P- Como dijeron antes, llegar a una solución a este conflicto es algo extremadamente complejo. ¿Creen que la comunidad internacional está haciendo todo lo posible o hay más por hacer?

NQ- Hasta que no haya un legítimo esfuerzo para mantener la paz no creo que nadie haya hecho todo lo posible. Creo que hay algunos esfuerzos militares sinceros para armar a ciertas facciones de la guerra que están luchando contra el Estado Islámico, pero todo el mundo podría estar haciendo mucho más. Cada país podría estar haciendo mucho más para resolver esta crisis, y sin resolverla no creo que vaya a haber seguridad para los países occidentales. Me parece que vamos a seguir viendo este tipo de ataques jihadistas de bajo costo, e incluso cuando la ideología haya sido vencida en el campo de batalla, no creo que necesariamente veamos una disminución en estos ataques en el extranjeros tampoco. Esos países tienen que aislar los problemas y decir que es un asunto de ideología y adoctrinamiento. Necesitan luchar esa batalla después, o ahora mismo, francamente.

P- ¿Tienen pensado seguir trabajando en este tema en el futuro? ¿Realizar nuevos documentales sobre esta crisis o cualquier otra en esa región?

SJ- He sido reportero de guerra desde principios de los 90’s en Bosnia. Me detuve en 2011 después de que mi amigo Tim Hetherington murió en Libia. Puedo verme dejando el tema de la guerra después de esto.

Sebastian Junger

Es un escritor destacado con el primer puesto en la lista de bestsellers del “New York Times” por sus obras “La tormenta perfecta” (The Perfect Storm: A True Story of Men Against the Sea), “Fuego” (Fire), “Una muerte en Belmont” (A Death in Belmont), “Guerra” (War) y “Tribu” (Tribe).

Como galardonado periodista, redactor asociado de “Vanity Fair” y corresponsal especial de ABC News, realizó la cobertura periodística de importantes noticias internacionales en todo el mundo y recibió los premios National Magazine y Peabody.

Es también documentalista y la película con la que debutó, “Restrepo”, un largometraje documental que codirigió con Tim Hetherington, fue nominada a un premio Oscar y ganó el premio del Gran Jurado en el Festival de Sundance de 2010.

Nick Quested

Es director ejecutivo y propietario de Goldcrest Films, en donde creó una de las principales marcas de documentales y ganó dos premios Emmy por su trabajo.

Produjo más de 35 películas, que incluyen “The Last Patrol”, “Korengal”, “Which Way Is the Front Line From Here? The Life and Time of Tim Hetherington” (2013), nominada a un premio del Sindicato de Productores y a dos premios Emmy; y “Restrepo”, nominada a un premio Oscar, todas de Sebastian Junger.

Quested es también un galardonado director de videos musicales que trabajó con artistas tales como Dr. Dre, Nas, Puffy, Sting, Master P, Cash Money y Trick Daddy.


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