Estreno: CHIPS, el regreso del clásico motorizado a las calles de Los Ángeles

Hoy jueves se estrena “CHIPS: Patrulla Motorizada Recargada”, protagonizada por Dax Shepard -que también es el guionista y director del film- y Michael Peña. En esta entrevista para “Río Negro”, Shepard habla sobre la realización del largometraje, la dificultad de parecer motociclistas expertos y qué esperan que el público se lleve de esta película.

Jon Baker (Dax Shepard) y Frank “Ponch” Poncherello (Michael Peña) se acaban de enlistar en las fuerzas de la Policía Estatal de Caminos de California, en Los Ángeles. Cada uno por motivos muy distintos: Baker es un motociclista profesional destrozado, que está tratando de poner su vida en orden y recuperar su matrimonio. Poncherello es un agente federal encubierto que investiga un fraude multimillonario, que se sospecha puede ser un caso de corrupción dentro del mismo departamento de policía.

P- Cuando escribías CHIPS, ¿pensabas “voy a escribirme unas escenas increíbles en motocicleta” pero cuando llegó el momento de filmarlas tuviste dudas?

Dax Shepard- Tenía una lista de deseos de trucos de acrobacia que quería hacer, y luego tuve trucos que sabía que nunca podría hacer. Por ejemplo, sé que no puedo saltar un espacio de 30 metros en una motocicleta. Pero sí, mientras escribía CHIPS, me dije: “Oh, voy a ser capaz de sacar adelante eso, así que voy a filmarlo de esta manera para asegurarme de que el público pueda ver que soy yo”. Lamentablemente siempre hay una larga negociación con el proveedor de seguros, que pasa por una lista detallada de cada acrobacia. Tuvieron una gran decisión sobre cuáles se me permitía hacer.

Pero la compañía de seguros fue muy generosa al permitirme hacer muchas de las acrobacias que quería hacer. Si me hubiera accidentado, no sé quién habría dirigido al día siguiente. Cuando estás actuando en una película y te lastimás, se pueden reorganizar los horarios, lo que puede hacer que la producción gane cuatro o cinco días mientras el actor se recupera. Pero como director, lastimarme podría haber causado un retraso en la producción. Afortunadamente, nunca pasó nada durante la realización de la película.

P- Con esta película conseguís combinar tu amor por las motos con dirigir. ¿Qué tienen en común, y cómo son diferentes?

DS- La razón por la que amo conducir motocicletas, y específicamente en una pista, es que cuando lo estoy haciendo tengo que estar presente, en ese momento. Quiero decir, si mi mente empieza a divagar, voy a estrellarme. Es así de simple. Otras personas meditan o tienen ejercicios de concientización, pero para mí, si estoy en una pista durante cuatro horas, esas son cuatro horas en donde no voy a tener un solo pensamiento que no sea el motociclismo.

En ese sentido, me parece que dirigir es muy parecido: en el set, siempre hay un problema directamente en frente de mí en el que tengo que centrarme y resolverlo, y ese proceso no permite ninguna distracción exterior. Hay mucha paz que bloquea el ruido exterior y los pensamientos externos. Así que andar en motos y dirigir películas me dan la misma sensación.

Dax Shepard, en su rol de director, habla con Michael Peña.

P- No conocías a tu coprotagonista, Michael Peña, en absoluto antes de que fuera elegido como Ponch. ¿En qué momento te diste cuenta de que ustedes dos podrían sacar adelante el “bromance” que define la relación de Jon y Ponch?

DS- A pesar de que no conocía a Michael personalmente, siempre quise que interpretara a Ponch. Le tuve que pedir a un amigo en común que le hablara bien de mí, y luego básicamente tuvimos una cita a ciegas en un restaurante. Eso salió bien, y Michael se comprometió a hacer la película. Realmente llegamos a conocernos durante los ensayos, donde descubrimos que somos tan diferentes uno del otro, como lo son Jon y Ponch en la película. Al mismo tiempo, descubrimos, para mi gran alivio, que teníamos muchísima química. Dado que la película depende de esa química, tengo que decir que tuvimos suerte.

P- A diferencia tuya, Michael no es un fanático de las motos. ¿Tuviste que venderle que andar en una era lo mejor del mundo?

DS- No, definitivamente estaba dispuesto a hacerlo. Michael tomó lecciones y se dio cuenta de que el truco de montar una motocicleta es no ser consciente del hecho de que estás montando una motocicleta, especialmente si está interpretando a un personaje que sabe hacerlo. La mayoría de la gente pensaría que la cosa más difícil de realizar en la película es conducir sobre un coche o hacer un salto loco. Pero realmente se requiere más precisión para recitar tus líneas, manejar una motocicleta y seguir al coche de la cámara a dos metros de distancia. Michael hizo todo eso, perfectamente.

P- Filmaste CHIPS en Los Ángeles, que es famosa por sus autopistas bloqueadas por el tráfico. Pero cerraste una o dos durante la producción. ¿Cómo se sintió eso?

DS- Fue increíble. En un punto estábamos en una autopista cerca del Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y conducíamos en la dirección equivocada. Y todos estos otros automovilistas estaban al otro lado de la carretera viéndonos filmar -y jugar al football entre escenas-. Fue uno de mis mejores momentos durante la producción, por supuesto.

He vivido en Los Ángeles por veintiún años, y he estado atrapado en esas autopistas muchas veces, por lo que tener el control de una, incluso por sólo unos pocos días, me hizo sentir casi omnipotente. “¡Esta es mi autopista!” (risas)

P- ¿Cómo hicieron para filmar esa alocada escena de la bañera -donde están desnudos- sin reírse. ¿O lo hicieron?

DS- Como director de la película, es mi trabajo asegurarme de que cada pieza esté en el lugar que corresponda para contar esa historia, así que no podía pasar demasiado tiempo pensando en lo que mi personaje estaba experimentando en esa escena. Estaba tan consumido por la mecánica de filmarla que no pude parar y pensar: “¡Estoy desnudo frente al equipo de filmación, y Peña está a punto de caerse encima mío!” (risas)

Michael Peña, en el rol de Poncahrelo.

P- Supervisaste una gran cantidad de escenas acrobáticas y de acción. ¿Qué te sorprendió más durante la filmación?

DS- Bueno, esta película tuvo la mayor suerte de cualquier cosa de lo que yo haya sido parte, profesionalmente. En primer lugar, se suponía que iba a ser el peor año de la tormenta de El Niño de las dos últimas décadas, por lo que era un problema en potencia. Cada semana, durante la producción, trabajábamos de miércoles a domingo para poder filmar en la autopista los fines de semana y, por suerte, sólo llovió los lunes y martes durante todo ese tiempo. No tuvimos lluvia ni una vez durante todo el tiempo que filmamos, ¡hasta que realmente lo necesitamos! Esta fue una filmación bendita. La desventaja de esto es que nunca más tendré suerte como esta vez (risas).

P- Siendo un motociclista, sabés lo que se hace en las acrobacias y las habilidades que se necesitan para lograrlas. ¿Conocías a muchos de los dobles de riesgo antes de filmar?

DS- Son mis mejores amigos. Estos son todos los chicos con los que salgo a andar en la pista, siempre nos juntamos, salimos y andamos en nuestras motos juntos en Santa Clarita (California). Así que trabajar con todos ellos fue como: “Muy bien, nos están pagando para pasar el rato juntos. Esto es un sueño hecho realidad”.

P- Vieron varias veces la película con público presente. ¿Cuál fue el aspecto más sorprendente o gratificante de esa experiencia?

DS- Hay una gran escena de persecución en la película, que tiene acrobacias increíbles, mucha acción y de repente… Bueno, no voy a estropear la sorpresa. Se trata de una escena de tres minutos, donde el público pasa de gritar de risa a tener miedo por uno de los personajes. Experimenté la gama completa de emociones de la audiencia y la rapidez con la que suben y bajan. Fue increíblemente gratificante ver a la gente reaccionar como yo esperaba que lo hicieran.

P- ¿Fue difícil mantener ese equilibrio entre acción, diversión y emoción?

DS- Ese equilibrio fue definitivamente la parte más difícil de todo este proceso. La película tiene grandes escenas de acción muy realistas, comedia amplia, un villano que da miedo, y una creciente conexión emocional entre Jon y Ponch. Durante la postproducción, no se trataba de hacer las bromas más graciosas o la acción más grande; era más acerca de asegurarnos de que teníamos la cantidad correcta de cada uno de esos elementos, lo cual requirió mucho ajuste.


Temas

Cine

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios