Historia de un dedo

Datos

A una amiga le pasan cosas raras. La última vez que la vi tenía el dedo anular hinchado. Llevaba dos meses así. ¿Qué le pasó? Un misterio. Un día amaneció, se miró las manos y, de tan inflamado, parecía que el anular eran dos dedos en lugar de uno. El achaque era lo suficientemente fastidioso como para no olvidarlo pero lo justamente tolerable como para no ir al médico.
Hace dos días me escribió para contarme el desenlace de la historia del dedo. Finalmente decidió hacer una consulta médica. La doctora le dijo que el bulto era un quiste ganglionar y que no se preocupara. Además, imprimió un informe y se lo dio. Mi amiga lo leyó con atención. Debajo de las explicaciones médicas, se mencionaban posibles tratamientos, de los que uno le llamó la atención: “Tradicionalmente, la gente se golpea el dedo afectado con la Biblia familiar”. Mi amiga, con ataque de risa, se lamentó de no tener una Biblia. Igual, ya se le iba a ir, le dijo la médica.
Todo hubiera quedado ahí pero esa misma tarde fue a visitar a una amiga que cumplía años. Apenas entró en su casa se sorprendió al ver en la mesa un libro grande. Pero no era la Biblia, era la colección completa de los poemas de Neruda. Igual, le dio pie para contar la historia del dedo. La gente la miró entre extrañada y sonriente. “Al final, me golpeé el dedo con Neruda, que debería ser mejor que la Biblia, ¿no?”, me dijo. Pero no pasó nada.
Esa noche, como era de esperar, soñó con el dedo. Como los sueños se cuentan mejor en presente y en primera persona, aquí va el relato de mi amiga: “Estoy en la cama, mirando la bola que tengo en el dedo. De repente, empieza a crecer. Se hincha más, más y más. Me impresiona. Siento el dedo húmedo, y veo que empieza a salir pus. Ahora es el pus que no se detiene. ¡Mi dedo lanza pus para todos los rincones de la habitación! Hasta me entra un poco en el ojo. Hay tanto pus que tengo que limpiar las paredes. Un quilombo”.
Las historias de los sueños y de la vida son extrañas. De todas formas, mi amiga aún busca una explicación: al despertar esa mañana se encontró con que, más de dos meses después, el bulto de su dedo había desaparecido.

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