Juana Molina se divierte al encontrar lo nuevo

Original y creativo, como cada una de sus producciones, es “Halo”, el disco que la actriz y música presentará el fin de semana en la capital neuquina. Una artista que busca no repetirse.

La actriz, cantante, compositora, productora independiente, videasta, Juana Molina el domingo venidero a las 21 presentará su disco “Halo” en Cine Teatro Español de Neuquén. La placa fue editada el pasado 5 de mayo y fue elegido por radios de Francia, Alemania y Estados Unidos como disco de la semana, y en la BBC de Londres sonó el primer simple y video de un repertorio conformado por una docena de pistas que abre “Paraguaya” y cierra “Al oeste”. Su presentación mundial fue en Niceto Club, ante mil personas y junto a sus músicos, el baterista y percusionista Diego López de Arcaute y Odín Schwartz en bajo, guitarra, sintetizador y coros, quienes también la acompañarán en Neuquén.

Un trabajo, como todos los de Juana, original, íntegramente suyo, una construcción muy valiosa en épocas de esquemas reiterados hasta el hartazgo en radios y canales de música.

P- ¿Cómo definirías la tarea de crear y difundir el disco?

R- La parte de difusión yo ya no la manejo. No puedo hacer mucho. Se necesita una gran dosis de fortuna. A mí me ocurrió que empecé a tener un público nuevo, con respecto al del programa de televisión, que tardó muchos años en formarse. Y ahora tengo la suerte de que las generaciones más jóvenes me sigan y para mí es muy gratificante porque quiere decir que el espíritu musical se mantiene vivo.

P- Y también está vivo tu espíritu creativo, si vale la expresión. Hay que crear una línea siempre diferente, que sale de la masificación industrial…

R- Bueno, el objetivo no es ser distinta, sino ser. Hacer algo que me represente, que yo sienta como necesario, sobre todo. O sea, tengo la necesidad de producir eso. ¿No? Muchas veces quiero hacer otra cosa y después me sale eso. No es que me lo propongo, surge así.

P- ¿Cómo es la reacción del público cuando exponés tu obra acá y por el mundo?

R- Creo que depende de muchos factores. En un principio no podía mostrar lo que hacía de una forma cabal porque me daba una gran timidez y mucho miedo, y lo que exponía en vivo no representaba lo que quería hacer. Aparecía primero la imagen de una persona temerosa que no puede manifestarse como debería y le hacía pasar un mal momento al público. No era algo que causara a propósito, no lo podía manejar. Y después, con los años, fui perdiendo ese miedo, fui ganando confianza y empecé a pensar más en lo que debía hacer y menos en el impacto o no impacto que pudiera lograr en el otro que es absolutamente imposible de gobernar.

En los comienzos cuando venía mucha gente porque yo era una comediante conocida, había personas que se levantaban y se iban. Quedaban muy poquitos una vez que se marchaban todos los que no les interesaba mi propuesta. Porque, aparte, la combinación de que no les atraía la música que hacía, estaba especialmente sumada al hecho de que yo no estaba cómoda en el escenario. Transmitía una incomodidad que provocada que muchos se fueran. Creo que las dos cuestiones se fueron modificando. El gusto de la gente y estar sobre el escenario, con los años. Al principio, unos pocos podían recibir lo que sucedía musicalmente, más allá de mi malestar. Eso me lo enseñó, digamos, un chico que una vez, en la primera fila, dijo: ¡Dale Juana, cantá! Me ubicó con esa frase y sentí que las 300, 400 personas que se iban y quedaban 20 ó 30 porque algo les llegaba más allá de todo el bochorno que era mi espectáculo.

Aparte, cuando yo empecé no estaba esta cosa actual tan mega producida en todo. Ahora sale un cantante nuevo y ya tiene la actitud de alguien habituado a pisar el escenario. No sé, una cuestión que me impresiona mucho ver. Como una especie de necesidad de exposición, más que nada. Cuestión que el tiempo se fue encargando de que las cosas se ubicaran y comenzó a venir cada vez más gente a mis presentaciones.

P- Fue una construcción.

R- Sí. Hay otras construcciones más rápidas, de todos modos, y no son menos meritorias por la velocidad en la que se hicieron. Pero, a mí me llevó ese largo tiempo.

P- Mientras escuchaba los temas de “Halo”, escuché pasajes étnicos, algo primigenio, ancestral; una sonoridad, una manera de reiterar ciertos sonidos y vocalizaciones que remiten a la música de las comunidades originales de Argentina que escuché por vez primera entonces.

R- Sí, bueno, creo que nadie se equivoca cuando da una apreciación de lo que oye, porque cada uno lo mezcla con la información que tiene, y si te suena así, seguro que tiene algo étnico. No es que yo lo haya pensado de esa forma. Es un hecho que no pienso las cosas antes de hacerlas, no tengo un concepto ni un objetivo más que tratar de que no sea igual al disco anterior.

P- El camino pasa por una evolución.

R- Es que a mí me divierte encontrar algo nuevo. Y de todas maneras, aunque yo me imponga y me obligue a generarlo, medio que el resultado final no sé si es tan distinto. Me da la sensación que cuando alguien abre uno de mis discos, por buena parte del material se da cuenta que es mío. Entonces, me encantaría hacer un trabajo en el que no se me perciba.

Perfil de una música y actriz

Juana Rosario Molina Villafañe nació en Buenos Aires el 1 de octubre de 1962. Su padre, Horacio, cantante de tango y compositor, le dio clases de guitarra desde muy niña; su mamá, la actriz Chunchuna Villafañe, la inició en los secretos de su enorme colección de discos. Con el golpe cívico-militar de 1976, la familia Molina emigró durante seis años, primero a Madrid y luego a París.

Juana regresó a Buenos Aires en el 1981. Se presentó a una audición para el programa de tevé “La Noticia Rebelde” y fue contratada. Tres años más tarde, ya tenía su propio espacio, para el cual creó la serie de graciosos y recordados personajes de “Juana y sus hermanas”, ciclo que se transmitió de 1991 a 1993 y le valió un Martín Fierro. Siete años después de su debut televisivo comenzó a escribir y grabar canciones y lanzó “Rara” en el 96, al que siguieron “Segundo” (2000), “Tres cosas” (2002), “Son” (2006), “Un día” (2008); “Wed 21” (2013), “Juana Molina en vivo” (2009), álbum doble y y “Halo” (2017).


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