“La chica que limpia”: alguien se encarga de la escena del crimen

De día, Rosa trabaja para una empresa limpiando espacios públicos, pero como no le alcanza el dinero, por la noche limpia un gimnasio de boxeo.

Con la misma perfección que cuida el hábitat de su hijo afectado por una enfermedad inmunológica, Rosa se encarga de la sangre en la lona de ring. Unos tipos muy pesados toman nota de sus virtudes y la contratan para limpiar otra sangre, la de una escena del crimen. Lo harán una vez. Y volverán a hacerlo otras tantas veces. Así, Rosa se convierte en la chica que limpia algo más que el polvillo de un museo. Pero también en algo más que la chica que limpia: es una pieza clave en el funcionamiento de una organización criminal.

¿Quién es la chica? Es Antonella Costa (“Garage Olimpo”, “Diario de motocicleta”, “Alma Mía”, entre otras), la actriz que da vida a este complejo personaje de “La chica que limpia”, la serie de 13 capítulos producida y filmada íntegramente en Córdoba que podrá verse desde hoy de manera gratuita por la plataforma Cine.Ar Play.

P- ¿Cómo llegás a Rosa?

R- Llego a través de Paola Suárez, la productora, que me llama directamente a mi teléfono y que se apresura a contarme el argumento de la serie. Fue muy acertado de su parte (risas) porque, la verdad, es muy interesante, muy atractivo. Y yo inmediatamente le dije que me interesaba (risas).

P- ¿Qué te atrajo del guión?

R- El argumento que me contó Paola era muy atractivo, pero cuando te dicen que es un policial se te prenden todas las alarmas, desconfiás, porque es muy difícil que la trama sea interesante, no sea predecible, trillada ni te recuerde “asombrosamente” a otras. Con todas esas alarmas leí el guión y eme encontré con algo muy bien trabajado y con personajes multidimensionales, todos interesantes para la historia. Y mi personaje siempre tan frágil, en riesgo permanente.

P- Entonces, ¿cómo es Rosa?

R- Es una chica que no lleva una vida de la que pueda esperar grandes sorpresas, salvo las que tienen que ver con la salud de su hijo que padece una enfermedad inmunológica y que por eso debe estar rodeado e un ambiente extremadamente limpio. Por eso, ella desarrolla una especial habilidad para limpiar el entorno de su hijo de manera muy puntillosa. Fue una circunstancia de la vida.

P- ¿Ya se dedicaba a la limpieza o lo hizo a partir de su hijo? Porque es curiosa esta relación entre su labor y el problema de su hijo, como también lo es la relación entre la pureza y la suciedad -en todos los sentidos- del trabajo que luego aceptará.

R- En la serie no se revela. Pero da a entender que debe dejar todos sus proyectos para dedicarse a su hijo y salir a buscar trabajo para sostenerlo.

P- ¿Cómo llegan estos criminales a ella?

R- Ella trabaja para una empresa que se dedica a la limpieza de espacios públicos como museos, hospitales. Pero se busca trabajos por fuera porque no le alcanza lo que gana. Y uno de esos trabajos es en un club de boxeo, donde tiene que limpiar la sangre de la lona del ring. Allí unos tipos se dan cuenta que es particularmente buena en lo que hace.

P- Ella acepta y pasa a formar parte de esa organización criminal de algún modo.

R- La vuelven a llamar porque además de ser buena limpiando escenas del crimen, no quieren seguir abriendo el juego llamando a otra. Y ella realmente necesita el dinero porque debe operar a su hijo en el exterior. Y carga el terrible peso moral por lo que está haciendo.

P- ¿Rosa supo desde el principio que limpiaba escenas de crímenes?

R- Sí, y esa es una de las dualidades más interesantes que tuve que afrontar como actriz. Rosa siempre supo que estaba haciendo algo ilegal. Ella nunca ve los crímenes, sólo los rastros, las huellas, pruebas. Sabe todo eso y vive amenazada por eso que sabe.

P- ¿Cómo va cambiando el personaje desde aquella Rosa que limpia museos a la Rosa que se sabe dentro de una organización criminal?

R- Es un equilibrio bastante delicado. Ella experimenta desconcierto y terror cada vez que tiene que limpiar una de esas escenas, sumado a las amenazas que la organización ejerce sobre ella y el hecho que apelen a sus servicios cada vez más seguido. Además de sus propios problemas personales en su casa, con su hijo. Todo eso le va pesando, va teniendo una progresión de agotamiento muy profunda. Eso hubo que trabajarlo particularmente porque no se graba cronológicamente sino por locaciones. Me tocaba filmar escenas de cuatro o cinco capítulos diferentes por lo que los estados de ánimo iban y venían de manera escabrosa.

P- ¿Hubo escenas que te impactaron filmar?

R- Recuerdo particularmente dos. Una es la que se filmó en una cárcel. Incluso antes de caracterizarme para esa escena, entrar a la cárcel me conmovió mucho. La otra fue una situación muy límite con el hijo que entré en un estado de mucha concentración con un plano secuencia larguísimo. Cuando cortamos me agarró un ataque de llanto muy fuerte también por la sensación de un hijo en riesgo.

P- También es interesante cómo Rosa lucha por la vida de su hijo trabajando con la muerte.

R- Bueno, eso que sí, es muy fuerte para ella, se va profundizando capítulo a capítulo. Sobre todo porque en la red en que está involucrada puede tener que ver con un caso que la toca en lo personal, más allá de su hijo. Más allá del dilema moral que la pueda atravesar, ya no tiene opción. Lo hace o lo hace.

P- ¿Se da cuenta Rosa de que es buena limpiando escenas criminales, encuentra fortaleza en eso? ¿Le cae la ficha en algún momento?

R- Sí, le cae la ficha.

La serie, seleccionada para uno de los certámenes del Incaa, ya estrenada con gran éxito en la plataforma GSN de Chanel 4 en

EE. UU. y en Inglaterra

Ficha técnica

de la mini serie

Título: “La Chica que Limpia”.

Origen: Córdoba.

Género: Policial.

Capítulos: 13.

Duración: 26 minutos.

Dirección: Lucas Combina.

Guión: Lucas Combina, Irene Gissara, Greta Molas.

Compañía productora: Germina Films (Jaque Productora SA).

Productora: Paola Suárez

Elenco: Antonella Costas, Beatriz Spelzini, Martín Rena, Marcelo Arbach, Felipe Tolosa, Alejandro Ramos, Hernán Sevilla, Pablo Tolosa, Sergio Oviedo, Yohana Pereyra, Eva Bianco.