La peña: El hombre de los cuentos y la realidad
Columna semanal
Jorge Vergara
jvergara@rionegro.com.ar
Datos
- “No quería que llegara el día en que me olvidara el final de un cuento”, le dijo don Luis Landriscina a un diario en una entrevista.
- Tiene 80 años en la actualidad, de los cuales 40 los pasó en los escenarios.
- Costumbrista por excelencia, impecable a la hora de describir el país, Landriscina entró en el tiempo del relato real, sin mucho cuento y sin exagerar posturas. Entró en los días en que uno siente que le duele el país, como le dolía a su entrañable amigo René Favaloro.
- Contó que su figura, en algún momento, resultó tentadora para dirigentes de un partido político que lo invitaron a integrar una lista de candidatos. Puso una sola condición y esa fue que todos renunciaran a sus sueldos si eran elegidos. Ocurrió lo obvio, no lo llamaron más.
- Landriscina admitió que es un conocedor del país, de los rincones de la Argentina y cada realidad era la razón para un relato. Desde esa mirada Landriscina se metió en el terreno de la dignidad y los ciclos que se cumplen.
- Estuvo enfermo y está en proceso de recuperación. Quiere volver al ruedo que si uno lo toma tal cual, significa que quiere volver a contar.
- Y entre los vaivenes de su vida relató que quedó “en la calle, salía de gira para pagar un crédito. Venía con el paquete de plata y no me alcanzaba para los intereses”, le contó a “Clarín”.
- Por estos días se siente particularmente reconocido por generaciones que tal vez jamás lo vieron en un escenario, pero que saben quién es. Lo atribuye a las redes sociales y a la modernidad que permite difundir pasado y presente sin demasiados obstáculos.
- “Me di cuenta de que YouTube es mi gran aliado. Lo mío ya está subido. Yo no sabía lo que era YouTube hasta que una nuera me dijo: ‘Si tiene la autoestima baja, venga’. Y me llevé la sorpresa: cuentos míos que tienen un millón de visitas”, agregó.
- Ladriscina le pone todo su empeño en estos días a la recuperación de su voz, la herramienta imprescindible para volver a ser el de antes.
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