La Peña: Los humos y los humos con aromas
Datos
- Qué placer ver en pleno corazón de Buenos Aires decenas de parrillas repletas de asado compitiendo por ser los mejores. Y qué placer escuchar a muchos turistas del mundo elogiar la carne argentina.
- La fiesta Federal del Asado convocó a representantes de 23 provincias además de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que en los hechos es como una provincia más.
- Los que tanto le escapan al humo supieron que hay humos y humos, porque el humo del asado es humo con sabor a comida. ¡Y qué comida!
- Miles de argentinos se pasearon el fin de semana pasado por ese lugar sin molestarse por la mezcla de aromas, por el carbón, la leña. Es que la cita fue bien argentina, casi una invitación a hacer lo que mejor saben, los asados. Y en ese terreno escuché tantas variantes que podrían escribirse varios libros hablando de cómo hacer asados.
- Y eso que en este caso las reglas eran muy claras y no dejaban la posibilidad de explorar nuevas alternativas, nuevas tendencias, variantes que muchas veces suman. Los famosos asados a la chapa, al piolín, y tantos otros.
- Y la verdad me di cuenta lo poco que uno sabe de carnes y de asar carnes. Porque vi destreza, pero sobre todo capacidad para desenvolverse en medio del humo, las brasas, parrillas y carne de calidad. Y ahí el papelón podía ser mayúsculo. Sin embargo, lejos de importarme quién fue el mejor, me importó que cada provincia podría mandar cientos de presentantes para fiestas como esas, porque en cada casa hay un especialista, tal vez sin tanta ceremonia y sin tanto pergamino, pero que conoce de cerca los elogios de la familia, de los amigos que lo distinguen. Y pensé cuántos más modestos existen en cada casa, capaces de hacer con carne de menor calidad, un asado de excelencia.
- No sé si los argentinos nacieron con un don especial para el asado, pero parece que lo llevan en la sangre.
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