La peña: Maravilloso reencuentro con la radio
Columna semanal
Datos
- Qué fantástico fue el reencuentro. Casi inesperado, porque sólo atinamos a buscarle una salida cuando caímos en la cuenta de que no podíamos seguir viendo si no pagábamos.
- Y sí, volvimos a la radio casi como por arte de magia. Nos encontró el clásico de River-Boca sin saber para dónde disparar y disparamos a la radio. Ahí encontramos aquella calidez y aquellas escenas relatadas de las que nos habíamos alejado hace tantos años. Es que pasaron años desde que la tele se metió en nuestras casas, en que pasamos de lo público y escaso al cable, al satélite, al Fútbol para Todos. Y ese escenario que muchos pueden conservar, a otros se les complica por cuestiones de dinero. La radio, esa que nunca dejó de ser tal, nos estaba esperando para ofrecernos el partido del año.
- Volvimos a recrear imágenes, a presumir cuando un gol andaba merodeando el área, cuando un jugador simulaba o cuando el arquero estaba sufriendo demasiado.
- También pudimos intuir cuando alguien exageraba el relato que terminó en la nada.
- La radio nunca se fue, tal vez se quedó en el interior de otro aparato, tal vez se metió en el teléfono, pero siempre estuvo disponible para quienes quisieran volver a escuchar. Y el fútbol, el mismo que nos hizo migrar a las imágenes, esta vez nos devolvió al medio que en la voz de un buen relator y un buen comentarista nos fue dibujando las escenas que ahora se pagan.
- Fue como redescubrir la radio, como reencontrarnos después de años, esos mismos años en que la Tónomac o la Noblex nos hacían viajar a la final con el Borusia o a los mundiales. Otras voces están, pero casi imaginariamente volví a escuchar el “Ta ta ta ta gol” de Víctor Hugo, o el relato hasta quedar sin voz de José María Muñoz u Horacio García Blanco.
- La radio nos invitó a volver y volvimos a escucharla. La tecnología se metió también ahí, pero nunca pudo con ella. La radio nos invitó a imaginar.
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