Manuel Fernández, el amigo neuquino de “Zama”

Nahuel Cano nació y vivió en esta ciudad hasta que se fue a cursar su carrera universitaria en Buenos Aires. Actor y director, fue protagonista de la película que intentará llegar a los Oscar.

Hoy tiene 34 años, unos cuantas películas y otros tantos premios en su haber, dirige su propia compañía de teatro y es actor a tiempo completo pero sus primeros pasitos en el teatro, fueron en Neuquén Capital y cuando era sólo un pequeño niño.

Tal vez, el más afamado de sus trabajos es su participación en “Zama”, el filme de Lucrecia Martel que fue seleccionado para ir en busca de una nominación al Oscar como “Mejor película de habla no inglesa” y también candidata al galardón de mejor película iberoamericana en los premios Goya españoles.

“Yo soy actor y trabajo y he trabajado en otras películas, pero fue particular la llegada a la peli porque yo no había casteado para este personaje y una semana antes de comenzar el rodaje recibí un llamado de la asistente de dirección preguntándome si quería hacer una prueba. Hice la prueba un jueves, el viernes me dijeron que estaba ok y el lunes se empezó a filmar la película. Fue todo muy sorpresivo. Yo tenía muchas ganas, había leído la novela, era una de mis novelas favoritas, Lucrecia (Martel) es una de mis directoras de cine favoritas. Es decir que fantaseaba con trabajar en la película pero fue sorpresivo igual”, contó el neuquino que abandonó el sur en busca del título de licenciado en Comunicación Social, carrera que más tarde prefirió dejar.

P- ¿Cómo llegaron a vos para convocarte para filmar “Zama”?

R- Yo había trabajado con Fabiana Tiscornia que es la asistente de dirección de Lucrecia en otra película, en “El Mural”, y ella me conocía de ahí. Por eso me llamó.

P- ¿Quién sos en “Zama”?

R- Mi personaje es Manuel Fernández. Es el escriba, el ayudante de Zama, el protagonista, y soy uno de los pocos personajes de toda la película que no lo desprecia a Zama o que le tiene cierto respeto, y aún así al final termina traicionándolo un poco de una manera un poco solapada.

P- ¿Cómo fue el proceso de composición de tu personaje?

R- Fue un trabajo bastante intenso, interesante para mi, por lo particular de tener que componer un personaje bastante importante dentro de la película. Sentía mucha responsabilidad por hacerlo. Lucrecia es muy detallista dirigiendo actores y sobre todo focalizó el trabajo en la construcción de la manera de hablar, de un habla particular. Entonces era encontrar una manera de hablar que no fuera actual, pero que tampoco fuera una invención, tiene algunas particularidades y algunas maneras de utilizar el sonido, la voz.

P- ¿Qué sentís de ser parte de una película que podría quedarse con un Oscar?

R- Obviamente yo estoy muy feliz, no sorprendido, porque no estamos sorprendidos con la repercusión de la película, pero si entusiasmado. También la filmamos hace dos años, entonces pasó mucho tiempo y estábamos todos, pero sobre todo yo, muy ansiosos con ver cómo había quedado la película, con verla, escucharla. Estamos muy contentos con que haya sido preseleccionada, es algo bueno para la película y para todo el equipo.

El pequeño Nahuel Cano iba a la escuela primaria número 1 de Neuquén Capital y allí además de estudiar lengua, matemática, ciencias naturales y sociales, iba a un taller de teatro .

Y justamente fue donde se plantó la semilla que luego de un tiempo germinó y terminó definiendo su futuro de adulto.

“Había hecho teatro de muy chiquito en un taller en la escuela, donde hice grandes amigos en mi infancia y después pasó ese momento, pero para mi eso fue siempre muy intenso. Fue muy raro porque éramos como una pequeña compañía de niños, hacíamos funciones en Plottier, en varias escuelas de Neuquén, habíamos hecho como una gira con una obra que habíamos inventado nosotros, obviamente con ayuda de la maestra. Entonces un poco las cosas que me gustan de hacer teatro, que es inventar cosas, hacer amigos, que es estar de gira, todas esas cosas las experimenté desde muy chico, en versión mini, pero que igual era algo raro, éramos niños y nos fuimos a hacer una obra de teatro a Plottier”, comenzó contando Nahuel sobre su primer acercamiento a las tablas, con una voz que reflejaba la sonrisa nostálgica que seguro estaba en su cara.

“Fue una experiencia creo que importante para todos, pero para mi fue fundamental, me marcó porque de ahí en adelante siempre quise hacer teatro”, cerró sobre su primer cruce con la creación teatral.

“Después de eso, en el secundario, en cuarto año, empecé a tomar clases de teatro en Bellas Artes y después en La Conrado Villegas con Elsa Hernández. Y el último año que estuve en Neuquén yo ya estaba entusiasmado con eso, también hicimos una obra con la que nos fuimos de gira a San Martín de los Andes y varias cosas así”, agregó el actor que ahora dirige su propia compañía “El Cuarto” y que en ese momento cursaba el secundario en el colegio Santa Teresa.

El destino, tal vez, estaba marcado. Es que en esos últimos años en la ciudad neuquina, y ya inmerso en el mundo de las bambalinas y los camarines Nahuel conoció a Rafael Spregelburd, que también actúo en “Zama”.

“Conocí a Rafael cuando fue a dar un seminario ahí (por Neuquén). Entonces le conté que me venía a Buenos Aires y a mi me parecía muy bueno lo que él estaba haciendo, le pregunté si podía tomar clases con él y el no iba a estar, pero me dijo que vaya al Sportivo Teatral que era un buen lugar, y así de casualidad llegué a un lugar que para mi fue muy importante, muy formador de lo que para mi es hoy hacer teatro”.

“Yo me vine acá a Buenos Aires cuando terminé el secundario, hasta los 17 años viví en Neuquén y apenas me vine acá estudié unos años la carrera de Comunicación y después empecé a trabajar con bastante continuidad en el teatro entonces me empecé a dedicar full time a esto”, agregó sobre su partida de la ciudad que lo vio nacer y a la que vuelve de vacaciones, a visitar familia y por ahora a nada más.

“Vuelvo por mi familia y por esas circunstancias pero nunca volví a trabajar ahí. Es como una pequeña deuda conmigo mismo porque la verdad que me gustaría. No se dio, siempre digo que es un poco extraño porque he trabajado en Europa, en varios lugares de Latinoamérica, en varios lugares de Argentina, pero nunca se dio la posibilidad de trabajar o compartir algo en Neuquén, cosa que me gustaría”, confesó Nahuel.

La gran ciudad le abrió sus puertas en un año particular, tal vez uno de los más complicados de la historia del país.

“Yo llegué en el año 2001, entonces fue año intenso de por si, ese primer año estuvo muy atravesado por lo que es la incertidumbre lógica de llegar a una ciudad nueva y por otro lado, por lo que estaba pasando por el país, entonces fue muy intenso ese primer año”, recordó quien se calza los zapatos de Manuel Fernández en “Zama”.

“Después apenas llegué empecé a entrenar en el Sportivo Teatral que es el espacio de Ricardo Bartís y eso fue muy importante para mi, poder encontrar un lugar de pertenencia un lugar donde a mi me parecía que se estaban haciendo cosas, produciendo teatro”, continuó relatando sobre sus primeros pasos en la ciudad de los grandes teatros, el Cabildo, la Casa Rosada y el obelisco.

“Eso fue muy bueno, recibí mucho apoyo de él (por Bartís), estuve becado casi todo el tiempo que estudie con él porque como yo estaba acá estudiando no tenía mucha plata, entonces hacía canjes, pintaba y demás. Me pasaba todo el día ahí”, agrega Nahuel haciendo notar su eterno agradecimiento a otra de las personas y lugares que le permitieron su presente.

“Después fue ir haciéndose conocido, conocer gente, ir encarando proyectos. Por suerte siempre fui encontrando lugares donde me sentía cómodo para ir probando cosas, que es como mi estilo, no me siento cómodo repitiendo, sino siempre tratando de investigar y de inventar cosas nuevas”, cerró sobre sus primeros pasos como actor, profesional y de oficio.

P- ¿Y ahora?

R- Desde hace siete años tengo mi propia compañía que dirijo, se llama “El Cuarto” y con esa compañía por suerte nos ha ido bastante bien. Hemos desarrollado bastantes proyectos y de hecho la semana que viene estrenamos una obra nueva, que yo dirijo, en el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA).

Es una obra que estamos haciendo en colaboración con Holanda y el año que viene vamos a estar trabajando en los Países Bajos en un nuevo proyecto en colaboración y en coproducción con artistas de allá.

Ahora estoy como más enfocado en mi trabajo en la compañía, aunque sigo trabajando de actor y haciendo proyectos por fuera.

Estamos también produciendo un largometraje, una película documental que está relacionada con la obra que estamos por estrenar, y estamos entusiasmados por ir incursionando en nuevos lenguajes.

De niño actor a grandes producciones y compañía propia.

gentileza

Zama

Ficha técnica

Dirección y guión: Lucrecia Martel

Ayudante de dirección: Fabiana Tiscornia

Dirección artística: Renata Pinheiro

Producción: Benjamín Domenech, Santiago Gallelli, Vania Catani

Sonido: Guido Berenblum

Vestuario: Julio Suárez

Elenco: Daniel Giménez Cacho, Lola Dueñas, Matheus Nachtergaele, Juan Minujín, Nahuel Cano, Mariana Nunes, Daniel Veronese, Carlos Defeo, Rafael Spregelburd

El Cuarto: un lugar para crear

“El Cuarto es una usina de proyectos: un espacio de creación, experimentación y formación en artes escénicas”, tal como se describe en la presentación que se encuentra en su página web y redes sociales. Se trata de una compañía fundada en 2010 por Nahuel Cano y Diego Echegoyen en la ciudad de Buenos Aires y que su trabajo artístico y proyecto educativo ha recorrido Latinoamérica y Europa.

“La compañía El Cuarto crea trabajos originales e investiga en torno a las problemáticas contemporáneas de la actuación: las potencias, modos de acción y aparición del cuerpo y la ficción en escena, relacionando teoría, historia y práctica. Las ocupaciones y los roles dentro de esta compañía se distribuyen, se intercambian, se duplican o se multiplican de acuerdo con el universo de cada proyecto”, aclaran en la presentación.

Nahuel Cano

entre premios

Ganador de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires con “Todos Mis Miedos”.

Ganador del premio a Mejor Director en los premios Teatro XXI 2014 (Getea-UBA).

El Premio Trinidad Guevara 2015 como “Revelación” por su trabajo como director

El premio a “mejor espacialización” de Teatro XXI 2016, por “La Vida Breve”.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios