Palimpsestos: Jerigonza
Datos
- En muchos ámbitos nuestro idioma se ha convertido en una jerigonza, producto de la mezcla indiscriminada sobre todo con el inglés.
- Las lenguas también se van construyendo mediante préstamos de otras lenguas, pero esos préstamos responden a una necesidad debido a que el término en español no existe y hay que adoptar uno de otro idioma. Si nos remontamos a la historia nuestra deuda con el árabe es inmensa, y en la actualidad los préstamos aparecen en gran cantidad en el mundo de la informática en el que el español tiene pocos términos nativos, en ese caso se justifica y muy bien la adopción de estas palabras, y en muchas ocasiones se las castellaniza, por ejemplo de “computer” derivamos “computadora”.
- Pero hay casos que creo no se justifican. Antes sabíamos que en los comercios se hacían “liquidaciones de fin de temporada” ahora los carteles dicen “sale”, mi vecina concurría a las grandes tiendas a ver qué había en la sección “saldos y retazos”, y ahora queda desconcertada ya que hay “outlet”. Generalmente en el comercio, que juega a construir una imagen, es donde esta ansia de prestigio idiomático resalta con mayor nitidez y fuerza. Así ya no tenemos “nuestro salón de ventas o exposiciones”, ahora los invitamos a pasar por “nuestro showroom”, es lo mismo, pero… no es lo mismo. Mi amigo no tiene un “entrenador personal” o un profe de educación física para perder los kilos que la playa le legó, tiene un “personal trainer”, aunque de inglés sepa lo que yo de plantar cebollas.
- Y no es que uno se haya vuelto un rancio defensor del idioma y pretenda que se hable como el español del Siglo de Oro; nada más lejos de esta intención, ya que las lenguas cambian inevitablemente como la realidad que nombran; pero una cosa es un cambio en la lógica misma del sistema y otra es adoptar sin ton ni son palabras extranjeras, actitud que la sociolingüística ha explicado muy bien y que desnuda cierto complejo de inferioridad como sociedad hispanohablante con respecto a otras lenguas. Desnuda también la carencia de una política lingüística adecuada en nuestro país que concientice sobre la inconveniencia del uso de términos extranjeros cuando no son necesarios.
Comentarios