Palimpsestos: Preguntas

En nuestro país la ética es una dimensión desconocida. Es triste pero los ejemplos públicos y los no tanto que vemos a diario nos muestran que hemos abandonado un territorio esencial para los hombres y las sociedades. Es cierto que toda generalización es errónea pero hay una especie de “aire de época” que nos hace creer que “todo está permitido” o que “todo vale igual”.

Y esto se refuerza cuando vemos el nivel de corrupción que tiene nuestra sociedad en diferentes estamentos, desde el político hasta los segmentos más precarios. Quisiera rescatar un caso ocurrido no hace muchos días. Sabemos que el fútbol argentino reproduce el mismo esquema que el poder dominante, es decir una muy poca consideración por la periferia, por los más débiles y una atención casi excluyente con los equipos de primera división. Pero resulta que de vez en cuando el diablo mete la cola y lo que se creía un trámite para Estudiantes de la Plata frente al ignoto Pacífico de General Alvear fue un rotundo triunfo de los mendocinos.

Hasta allí la anécdota futbolística; pero aparecieron las declaraciones radiales de Allende, defensor de Pacífico. “-Tuve que acudir a la ‘Gran Bilardo’… (Periodista: -¿Posta tenías aguja?) -Te lo juro. Pobre negro Otero, lo maté. ¿Qué querés que haga? Se dio así, sabíamos que teníamos que ensuciar el partido porque al jugador de Primera no le gusta que le hagas tiempo, que le juegues sucio”. Y uno no sale de su asombro, porque más allá de un comportamiento deleznable en sí, Allende no tiene ni siquiera un poco de vergüenza al contar lo que hizo. Y uno se pregunta ¿por qué lo cuenta?, ¿para qué lo cuenta? ¿qué pasa por su cabeza al verbalizarlo? ¿Cuándo cruzamos ciertos límites? ¿En qué momento a determinados valores los echamos por la ventana?

No sé si el “caso Allende” es un acto de inconsciencia, me parece que no. Es el síntoma de algo mucho más profundo y doloroso. Es haber perdido como sociedad el norte de la ética. Y sin esa dimensión que es la madre de todos los valores en una comunidad es imposible construir una sociedad mejor.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios