Rago explora rumbos no tan comunes

“El jugador” (2016) es la ópera prima del director Dan Gueller, enreda las ambiciones de los personajes de Alejandro Awada, Pablo Rago, Guadalupe Docampo y Lali González. La ruleta, las drogas y las traiciones familiares tejen la historia de esta película de acción, suspenso y humor, rodada en el Casino de Mar del Plata y el Hotel Provincial.

Alejandro Reynoso (Alejandro Awada), un apostador retirado que trabaja para un acaudalado empresario de la carne, viaja a Mar del Plata donde debe entregarles una considerable suma de dinero a los nietos de su jefe. Paulina (Lali González), joven y bella, reniega del mandato impuesto por su abuelo (Oscar Alegre) de administrar la empresa familiar y, gracias a la fascinación que ejerce sobre Alejandro, lo quiere convencer para que juegue por ella en la ruleta. Sergio (Pablo Rago), hermano de Paulina, tampoco aspira a seguir con el negocio de la familia y no duda en engañar a Alejandro para utilizar el dinero de la empresa en sus propios asuntos. Muy pronto el azar y sus desenlaces irán complicando las relaciones en esta tensa trama, en la cual todos se necesitan y se usan mutuamente. La ruina los espera como el resultado de decisiones equivocadas y otros desaciertos. El implacable azar, sin ley ni voluntad, les depara tanto la fugaz e inconstante fortuna, como la ruina.

P- ¿Qué te pasó cuando leíste el guión por primera vez?

R- Primero me enteré que iba a trabajar Alejandro Awada, y eso ya contaba a favor. Me pasó después que leí el guión entero en un rato, cosa que no me pasa nunca. Es que tengo como una deformación profesional con las estructuras, ya que estudié guión y enseguida me pongo metódico con eso. Más allá de esto lo leí y me pareció fascinante. Y después me ocurrió que, tengo 44 años y trabajo desde los 4, si no me sumo a gente que recién empieza, que hace su primera película y que necesita de este apoyo, me quedo en mi casa.

P- ¿Qué podés decirnos de Sergio, tu personaje?

R- Es un imbécil (risas). Tiene absolutamente todo lo que quiere, pero lo peor es que le gusta mostrarlo. Puede acceder a lo que quiera, y sin embargo, se mete en una en la que no le da el talle. Es un pobre pibe que no tiene madre ni padre y está al cuidado de su abuelo (Oscar Alegre), un extraordinario actor que murió hace algunos días y al cual le dedicamos la película.

P- “El jugador” es una película muy interesante. Tiene cosas como naturalizar situaciones bizarras, algo que tiene por ejemplo el cine de David Lynch.

R- Exactamente, como la escena en la que torturo a mi hermana Paulina (Lali González) con un pescado. Eso fue lo que, particularmente, me hizo elegir hacer esta película. Me parece muy interesante cuando exploran cosas no tan comunes sin dar demasiadas explicaciones: “En el largometraje pasa esto. ¿Y por qué? Porque es así y punto”. Me preguntaron si me parecía que había personas o situaciones como las que muestra “El jugador”; y creo que sí y mucho más extrañas. La vida real siempre supera a la ficción.

P- Otra cosa interesante, y adrede, es el vestuario de los personajes.

R- El look que tienen es espectacular, cortesía de Ruth Fischerman. Es una volada extraordinaria que tiene un instinto innato. Alejandro está hecho todo un galán francés, por ejemplo. Por esto y muchas otras cosas más creo que es una película sexy.

P- ¿Jugaste en al algún momento de tu vida?

R- Cuando empecé a jugar en el casino tenía 18 años, y además tenía una novia en Mar del Plata así que iba bastante seguido. Me pasaba que me quedaba sin dinero y volvía al departamento en donde estaba para agarrar más y seguir jugando hasta las seis de la mañana. Recuerdo que había muchos personajes famosos, y aunque yo era muy mimado en esa época, el casino es un ambiente en donde te hablan si quieren, porque estás jugando. Era muy impresionante y muy crudo todo eso. Así que tuve mi época de “enfermito” con el juego pero me di cuenta al toque de que uno nunca gana.

P- ¿Hablaron con alguien para asesorarse sobre el tema?

R- De hecho, durante la filmación tuvimos muchas charlas con croupiers y gente que estaba trabajando para la película. Primero, algo que me sorprendió es que hubiera algunos que eran jugadores

P- En los últimos años hiciste mucho cine…

R- Sí, es cierto. Es que lo que me permitía hacer “TVR” es filmar mucho, distinto sería si hubiese estado haciendo novelas o teatro. Esta seguidilla comenzó con el telefilme “Belgrano” (2010). Pero no es casualidad, porque se filman muchas más películas en los últimos tiempos porque hubo un apoyo muy importante al cine.

Recuerdo que cuando era chico, en los ochenta, se decía que el director que filmaba su primera película tenía que embocarla al ángulo porque si no después no filmaba nunca más. Y también se generó el famoso: “Yo películas argentinas no miro”. Sin embargo ahora, de un tiempo a esta parte, se apunta más alto, se hacen más filmes, hay más posibilidades de verlos, hay mejores equipos técnicos, mejoraron muchísimas cosas.

P- Debe ser una de las pocas películas filmadas en Mar del Plata en la cual no aparece la playa, sólo en una escena y en un reflejo de una ventana creo…

R- No se ve. Lo pensé eso y se lo pregunté a Dan Gueller, el director.

Son detalles que tiene la película, como también por ejemplo filmar en el Hotel Provincial, que es un lugar que parece que no tuviera época. Le da esa magia.

P- ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

R- En televisión, por el canal Space, comenzó la semana pasada la serie “Nafta Súper”, spin-off de la película “Kryptonita” (2015), en donde vuelvo a retomar a mi personaje de El Federico. Ahora ya empiezo la temporada en Carlos Paz, en una obra de Marcelo Cosentino, junto a Betiana Blum, Rodolfo Ranni y Laura Bruni. Y voy a filmar con Juan José Jusid una película que venimos retrasando hace un par de años que se llama “El viaje”. Tiene una historia que a mí me atrae muchísimo, sobre un padre y su hijo adolescente -yo tengo una de 14 años, así que me va perfecto- y es probable que comencemos a filmar en marzo del año que viene en Buenos Aires y en Brasil.