Ricardo Arjona íntimo: nos cuenta sobre su nuevo disco

“Apague la luz y escuche” es su decimoquinto disco de estudio, llevado a la mínima expresión en cuanto a producción musical, con la historia como protagonista y dieciséis canciones a pura guitarra y voz. Tras una gira para más dos millones de espectadores, el cantautor guatemalteco se alejó del ruido para reencontrarse en los silencios, en su acústica y así lo cuenta.

Ricardo Arjona íntimo: nos cuenta sobre su nuevo disco

El por qué de un disco acústico

”Apague la luz y escuche” nace de la búsqueda de la libertad, de la libertad de los espacios, de la libertad de tiempos. De la oportunidad que puedan tener las frases de abrirse territorios y ser más protagonistas, de evadir al productor necio que trata de meter muchas cosas, dos guitarras más, pongámosle cuerdas, vámonos a tal país a grabarlas, metámosle percusión en esta parte, y después tiene uno un arbolito navideño que hace que la canción que surgió así (el guatemalteco se acompaña con su Gibson): Medité en los Himalayas…” con universos abiertos, y al infierno regresé”, luego esté apretadita en un montón de información (sonríe). Y la canción pasa a un segundo plano. “Apague la luz y escuche” pretende salirse de eso.

“Eemm… Nos encontramos con un montón de problemas en el camino y el asunto era no agregarle más a los que ya teníamos. Sonaba raro. Lo explico con un ejemplo nada más, para no adentrarme demasiado en eso: la compresión de los ingenieros de grabación hace que todo suene más o menos a un mismo nivel. Lo que significa que alguien que quiera cantar (vuelve a pulsar la viola, piensa y canta suavemente) ‘Hoy te veo cazar insectos/ mientras tomo mi café’; con más fuerza porque se me antoja (dice para sus adentros) ha de tener tus defectos… La compresión genera que todo suene al mismo nivel y los matices se pierdan”.

“Había que pelear con los ingenieros, salite de la fórmula, soltá la compresión, que los matices de la guitarra y del que canta estén libres. Si se fue para arriba, dejalo porque eso es lo que quería el tipo al cantar”. (Apoya el instrumento cuerdas abajo sobre sus rodillas)

Un poco de historia

“Total que realizamos un registro de dieciocho, veinte temas que no entraron todos en el disco. Dejamos dieciséis canciones, después de pasar por todas estas tareas y liberar todo el camino. Cuando el sonido lo teníamos libre, venía alguien y lo comprimía. No, no, no, quita la compresión, vamos a dejarlo así. Ok, no sonará tan impecable como vos tenés en tu cabeza, pero vamos a tratar de hacerlo sonar bien sin recurrir a esas cosas. Y logramos un ‘Apague la luz y escuche’ que debía pasar la prueba conmigo, de apagar la luz y oír lo que había hecho y darme cuenta que ese era lo que yo quería hacer no?

”La historia empieza en Tecpán, ( Altiplano Central de Guatemala), mi padre junto con mi abuela sintonizaban la XCW mexicana en onda corta y ahí se encontraban con muchas de las canciones que después mi papá me iba a enseñar, un poco tratándome de heredar lo que el había consumido en su infancia. Por eso empiezo a componer temas a la mexicana, no a componer, a cantar canciones de México y un par de tangos que andaban por allí también. En la XCW había un programa donde contaban historias como novelas radiadas y uno de ellos se llamaba justamente ‘Apague la luz y escuche’, conducido por alguien que mi padre me mencionó tantas veces que su nombre lo acuerdo perfecto, Manuel Bernal, un tremendo locutor, un gran orador. Y nosotros, incluso, teníamos un disco suyo con varios de los poemas más famosos de la época que yo aprendí de memoria, porque a mi madre le gustaba declamar y me ponía a hacerla de declamador.

”O sea, todo nace de ese título que fue un tatuaje que mi papá llevó siempre donde se encontró con la música de otros lugares y después me lo traslada a mí. Ese nombre estuvo dando vueltas en mi cabeza desde hace tantos años, porque sabía que muchas de las canciones que yo había creado con guitarra y voz, después se habían vestido demasiado, se pusieron tan elegantes que perdieron un poco la esencia. Rescatar esa esencia es base en la tarea de este proyecto que se llama ‘Apague la luz y escuche’, como el compacto”.

Envión

“Cuando hablo con Dan Warner, un guitarrista extraordinario que se hace llamar ‘El gringo’, tiene una percepción y una piel con las canciones, una virtud que me ha costado mucho encontrar en otros músicos. Aunque no entiende de qué está hablando la canción, muchas veces yo tengo que traducir la canción al ingles para que el tipo más o menos lo sepa. Pero tiene algo que le hace sentir lo qué está pasando en el tema y adaptarse al dolor y a las lágrimas que representan muchas de las cosas que interpreto, no?

”El primero que grabé, ‘Adiós melancolía’, a pesar de que el arreglo es fantástico, el original es una especie de fusión extraordinaria con vallenato, y siempre me quedé con la sensación de que era una de las canciones más importantes que yo había escrito y quedó escondida en medio de un asunto tremendamente festivo que no le había dejado contar la historia como quería… Entonces decidí que la primera que iba a grabar para abrir el disco, tenía que ser ‘Adiós melancolía’. Cuando Dan grabó su parte, yo le monté voz y la escuché. Sabía exactamente qué andaba buscando, era la verdadera versión que escribí hace tantos años y no había vuelto a ver. De ahí el empujón de escribir muchas otras y de salvar del exceso de información a tantas otras. Sin duda es una obra vital en este proyecto porque nos dio un envión básico para animarnos y continuar en épocas de mucho ruido, como la que vivimos.

”Podemos decir que es una época en que la música se nos llenó de ruidos, nosotros nos llenamos de ruidos. Justo en este período de tanto beat, de tanto loop, de cosas que suenan bien y muchas nos gustan, hacer un disco que vaya completamente por otro lado, que evite los tiempos rigurosos, respete los silencios, es un atrevimiento fantástico. No sé qué va a pasar, pero me gusta lo que escucho y eso me ha llevado a realizar tantas cuestiones a lo largo de mi carrera. No pienso qué va a pasar con este trabajo, si le gusta o no a la gente, sino sentirme bien con lo que quise hacer”.

El precio más importante

“Mucha gente me ha venido a preguntar y en las redes y demás, está cuestionándose cómo es posible que nosotros no estemos en las plataformas digitales básicas? ¿Cómo es que hemos salido de todo eso y puesto en mi página nuestro compacto prácticamente a la mitad del precio? Es otro atrevimiento, lo sabemos, pero queremos sentirnos independientes de verdad, no de la boca para afuera. Es una manera de manifestar nuestra independencia. Salirnos un poco de lo cavernario, de lo típico, de lo establecido por la industria, sin abaratar la música sino poniéndola al acceso fácil de la gente. Por eso nos atrevimos a estar por fuera de las plataformas y tenerlo digitalmente en nuestra propia página. Nos hace sentir libres y nos hará sentir exitosos u orgullosos en un tiempo. Yo creo que el precio de la libertad es más importante que cualquier otro”.

“Nada es como tu”, millones de visitas online

Al final del video, aparece el pequeño hijo de Arjona.

A unas semanas de su salida, “Apague la luz y escuche” ya es disco de oro en Argentina y encabeza las ventas en Latinoamérica. Su primer simple “Nada es como tú” tuvo más de 100 mil descargas en menos de un minuto cuando se subió a su web, y el video ya pasó las 6 millones de visitas. Además tiene nuevo video cuya trama es la de “un hombre que ya pasó por todo y decide por su experiencia, dónde, cómo y porqué poner sus emociones en las manos y la vida de una segunda persona. Estoy contento de haber concretado este proyecto que soñé por tanto tiempo. Ya vendrá una gira por teatros de distintos países… La música se llenó de ruidos. No imaginaba mis canciones con más de una guitarra”, insiste Arjona.

Con dirección de Picky Talarico (director argentino ganador de múltiples Grammys y premios MTV por sus videos de música, y en los London International Advertising Awards, de publicidad), el clip se filmó en el teatro del “Museo del barrio” de Nueva York y cuenta con la participación de su hijo Nicolás con una pelota bajo el brazo y la camiseta de la selección de Guatemala.


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