Ricardo Kleine Samson presenta historias de trashumantes

El fotógrafo refleja en las imágenes de su “Homo trashumante” la vida de los pobladores del norte neuquino.

“Estoy casado con mi tierra. Comprometido con sus problemas y divorciado de sus riquezas”. Así se presentó una vez Ricardo Kleine Samson, un ingeniero agrónomo neuquino que por su pasión por la fotografía fue llevado a adentrarse especialmente en el alma y la vida de los pobladores del norte de su provincia. Tanto fue así que este viernes presenta “Homo trashumante”, libro declarado de interés por la Legislatura de Neuquén. La cita es a las 19:30 en la Casa de las Leyes, Corrientes 560, en la capital neuquina,

En la tapa del libro está retratado un pintoresco trashumante, Don Ramón Hernández, comúnmente llamado Don Silvestre, su veranada está camino a la naciente del río Neuquén…” allá, por aquella pirquita esta mi veranada…”, como bien dice él.

“Homo trashumante” es ficcionario y no pretende caracterizar a una nueva familia genética, comenta Kleine Samson. “Por el contrario, pretendo mostrar el contraste de su cultura con la nuestra”, agrega. “Este libro tiene más de 50.000 kilómetros recorridos, miles y miles de fotos, litros y litros de mate, kilómetros de viento, abrazos, saludos, cigarrillos, malbec, chivitos y corderos, cielos, estrellas…”, confiesa.

¿Qué sería el norte neuquino sin estos trashumantes? Con esta consulta empezó el diálogo con este fotógrafo que no sabe si es escritor o este escritor que no sabe si es fotógrafo.

P- ¿Qué sentís ahora que tenés el libro en la mano y a punto de presentarlo?

R- Una emoción incontenible. Lo imaginé, lo vi en mi mente, lo hojeé mil veces, lo olí y saborée… Ayer tenía las dudas de lo que vendía. Hoy, la dicha de lo que tengo, que no es muy distinta a la que imaginé, pero lo puedo tocar… Ayer era subjetivo, hoy objetivo. Lo que nunca termino de saber es si soy un fotógrafo que escribe o un escritor que saca fotos.

P- ¿Cómo surgió la idea de hacerlo y cuánto tiempo te llevó?

R- Mi mujer, Liliana, me dijo: “Este libro: sale o sale. Te ponés a trabajar en él”. Fue y es su absoluta responsabilidad. Los álbumes (textos y fotos) ya los tenía y siempre voy armando nuevos. Entre compilación y edición, llevó más de 5 meses. Este libro tiene más de 50.000 km recorridos, miles y miles de fotos, litros y litros de mate, kilómetros de viento, abrazos, saludos, cigarrillos, malbec, chivitos y corderos, cielos, estrellas… lo he vivido y disfrutado como pocas cosas en mi vida… Soy yo.

P- ¿Qué relación has sabido construir vos entre este libro y los distintos lugares que representan estos retratos?

R- La belleza e inmensidad de estos lugares no es muy distinta a la belleza de otros lugares del mundo. Los trashumantes le ponen esa pizca de sal, que ahora está prohibida, así que digamos… pimienta. Ellos le dan realismo y vida a esa idea casi idílica o inocente que tenemos de los paisajes hermosos llenos de lagos y cascadas… Sin ellos todo el norte sería hermoso, con ellos es real.

P- ¿Qué valor le das a esa posibilidad que brinda tu libro de incorporar retratos de neuquinos que quizás nunca lleguemos a conocer?

R- Jamás llegaremos a conocer a todas las personas del mundo. En el norte neuquino vive un puñado de todos ellos que se me ocurre, cuasi, obligatorio conocer por pertenecer a una comunidad consolidada en cientos de años y de la que tenemos mucho para aprender. Es parte del patrimonio que tiene nuestro país y nuestra provincia. En el mundo entero hay un creciente deseo por descubrir culturas distintas y queda evidenciado en la cada vez mayor cantidad de personas e instituciones que se trasladan al norte neuquino año tras año para conocerlos y documentar su trashumancia… ¿Por qué no los íbamos a conocer nosotros…? Este libro es un acto del más puro egoísmo, un gusto que me quería dar. Pero puse mis ojos, mi lente y mi lápiz en esta maravillosa cultura que invito, con este libro, a conocer.

P- ¿Cómo conociste a cada uno de ellos? ¿Estará alguno de ellos en la presentación del libro?

R- Los descubrí en diciembre del ‘79 cuando fui por primera vez al norte neuquino con un amigo en moto… En una de esas huellas se nos apareció una familia completa arreando su piño. Jamás me olvido ese momento, lo tengo grabado. Desde hace unos 5 ó 6 años no pasa un mes sin que vaya, he llegado a ir hasta 5 veces en un mes, sobre todo en la época de la trashumancia. He dormido con ellos a la intemperie, he comido y junto a Liliana hemos compartido hermosas mateadas con tortas fritas. No es difícil conocerlos, su cordialidad, su alegría, su vitalidad y hospitalidad… abren su casa y su vida. Es la llave de la relación. No olvidemos a sus perros, a su caballo, a su burro, a su piño, su arreador, su sombrero, su facón, su cielo y su montaña. Ellos, solo ellos, construyen la belleza de este norte. Le agradezco a mi hija Carolina por su dedicado prólogo, a mis hijos y nietas que hacen el esfuerzo de viajar tantos kilómetros a esta presentación. A Ana Pechen por la contratapa. A Anahí Riquelme por ser tan gentil y la anfitriona de la Casa de las Leyes. Hay algunos intendentes invitados y también algunos trashumantes, entre ellos Doña Marcelina…. veremos si llegan. Espero que sí.

Gentileza

“¿Qué sería del norte neuquino sin su gente? Un lugar bello pero no real”,

siente el autor que refleja en imágenes y experiencia.

La presentación será el viernes próximo, a las 19:30, en la Casa de las Leyes, en la capital neuquina.

Datos

“¿Qué sería del norte neuquino sin su gente? Un lugar bello pero no real”,
La presentación será el viernes próximo, a las 19:30, en la Casa de las Leyes, en la capital neuquina.

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