Tonolec aprende a mirar para adentro

Con fusión de folclore y música electrónica regresa el dúo a la zona. Antes de sus shows en San Martín de los Andes y Bariloche “Río Negro” habló con Diego Pérez, uno de sus integrantes.

Charo Bogarín en voz, charango y percusión, y Diego Pérez, samplers, guitarra y teclado, integrantes de Tonolec desplegarán sus obras musicales y su mirada cultural en San Martín de los Andes y Bariloche.

Tataranieta del cacique guaraní Guayraré, Charo nació en Clorinda, Formosa. El 12 de septiembre del 76, su padre Francisco Javier, congresista peronista de las ligas agrarias, fue desaparecido y asesinado por la dictadura de Videla, por lo que la cantante se mudó a la capital chaqueña, con su hermana y su mamá. “Convertí mi historia trágica en un hecho artístico”, afirma la también autora y compositora. “Pude salir de la oscuridad con la luz de la música que une, sana y alivia los males”. Casi a sus treinta años, cuando Diego, productor, músico y multiinstrumentista, se cruzó en su camino, juntos alumbraron Tonolec en 2001.

“Creo que todo tiene una raíz, la intuición y la búsqueda personal”. Comienza así Pérez el encuentro con “Río Negro”, compartiendo cafés.

“En este caso, en la dupla que hago con Charo, venimos muy en sincro desde hace unos quince años, con nuestros intereses y nuestras indagaciones. Tenemos una historia parecida, padres militantes que lucharon también por la unidad latinoamericana y cosas relacionadas con el contenido político. Después, los dos con inquietudes artísticas, en el momento que aparece la gran crisis en la Argentina, sobre todo capitalista y neoliberal, en el 2000, 2001, nos pusimos juntos con esta idea que somos una integración, que tenemos una gran influencia de nuestros pueblos originarios y queremos tenerla porque eso nos enriquece y comienza a ser el motor de nuestra búsqueda musical y personal”, agrega.

“Es un camino largo y da para profundizar mucho. En ese sentido, bueno, vemos que hace unos cuatro años comenzamos a trabajar con la comunidad guaraní donde se abrió otra puerta, pero son puertas infinitas que abren un trayecto muy largo para recorrer. Nosotros sentimos que estamos dando los primeros pasos, ¿no? Por otro lado, personalmente, ambos somos muy inquietos, exploramos constantemente ideas y generamos proyectos musicales y conceptuales, y por eso es que armamos nuestros planes individuales, además de unirnos en Tonolec. Eso hace que haya una renovación permanente porque nos nutrimos de elementos nuevos y en esta búsqueda vamos encontrando diferentes inspiraciones que hacen que haya siempre algo novedoso de qué hablar o una manera diversa de ver las mismas cosas”.

P- Al comienzo te referías a las enormes dificultades económicas, políticas y sociales del 2001. Las vueltas de la historia traen hoy pérdida de puestos de trabajo, caídas en los salarios y en el poder adquisitivo. ¿Cómo se construyen nuevas herramientas para, en el caso de ustedes, no abandonar el territorio creativo?

R- Básicamente, nosotros levantamos la bandera de la cultura y creemos que desde ella, debemos volver a pensarnos como sociedad. Eso implica un montón de cuestiones porque, por ejemplo, lo que pasó en el 2000, y ahora que estamos otra vez cayendo en la misma red del neoliberalismo, el libre mercado y demás, son fórmulas de afuera y ya nos dimos cuenta que no nos sirven. Debemos empezar a encontrar nuestras propias formas… Y eso tiene que salir de nuestra cultura.

Primero, para ello debemos saber mirar para adentro, saber escucharnos, saber reconocernos y a partir de ahí, crecer. Hay una frase que usan mucho los abuelos de los pueblos originarios que si no tenés bien firme tu raíz, cualquier viento te puede tumbar. Y nos está sucediendo más o menos cada diez, quince años, así que es hora de verlo y de tomar conciencia, sobre todo. No hay que salir a quejarse cada vez que algo nos toca, mirándonos el ombligo, sino tratar de ver un poco más allá y asimilar algo más. Creo que también hay que aprender que las cosas se viven como procesos, que no son blanco y negro, ni se resuelven en una reunión…

Así como nos enseñan nuestros originarios que la naturaleza tiene sus propios ciclos, tenemos que vivir los procesos como parte de un ciclo que muchas veces lleva años, décadas. Lo importante es saber cuál es nuestra idea y hacia dónde estamos yendo. Y ahondar en ese camino. Para que no parezca algo en el aire, creo que como sociedad todavía tenemos mucho que aprender y conocernos. La respuesta a cuál es nuestra manera y nuestra forma de ver las cosas, debemos encontrarla dentro de nuestra cultura y no afuera.

P- La receta, entonces, sería persistir en el estudio, en la formación, en la idea que los conforma.

R- Sí y seguramente persistir sería también aprender a escucharnos y mirar para adentro un poco más. A mirarnos, a reconocernos… Es verdad que somos una integración de muchas razas…

Bueno, la palabra razas no está buena, sí de culturas a las que no hay que ponerle muros, porque somos parte de lo mismo, pero para eso es indispensable reconocernos. Este es el primer paso que debemos dar, pero para ello hay que tomar una decisión. Del mismo modo que uno la toma en lo personal, también se toman decisiones comunitarias. Y en este momento tenemos que darlo para generar un cambio profundo, no de maquillaje, que de verdad nos fortalezca y nos transforme.

P- ¿Podrías describir cómo es la ceremonia de encuentro tuyo con Charo y la música que entre los dos crean?

R- Es una de las cosas que se vienen transformando en nosotros y en nuestra música, desde el contacto con los pueblos originarios…

Automáticamente uno, cuando conoce y se adentra en sus comunidades, ve que la música tiene una función muy importante dentro del grupo.

Es la que cura, es la que conecta pueblos en conflicto, es la que muchas veces permite la comunicación con los dioses, con la naturaleza y también se usa para transmitir conocimientos a los chicos.

Tonolec se integró como dúo en Resistencia, Chaco, fusionando música electrónica con canto étnico qom, casi privativo de los adultos, y guaraní, que es más de niños.

Los recitales en la cordillera

Tonolec dará dos recitales en la cordillera el primero hoy a las 21 en el Hotel Chapelco Ski, Belgrano 867 de San Martín de los Andes, y el miércoles a la misma hora en el Camping Musical, Vivaldi s/n altura Bustillo km 25 de Bariloche.

“(La música) es la que cura, es la que conecta pueblos en conflicto, es la que muchas veces permite la comunicación con los dioses, con la naturaleza”.

“Hay una frase que usan mucho los abuelos de los pueblos originarios que si no tenés bien firme tu raíz, cualquier viento te puede tumbar”.

cree el tecladista que está en constante búsqueda.

Datos

Tonolec se integró como dúo en Resistencia, Chaco, fusionando música electrónica con canto étnico qom, casi privativo de los adultos, y guaraní, que es más de niños.
“(La música) es la que cura, es la que conecta pueblos en conflicto, es la que muchas veces permite la comunicación con los dioses, con la naturaleza”.
“Hay una frase que usan mucho los abuelos de los pueblos originarios que si no tenés bien firme tu raíz, cualquier viento te puede tumbar”.

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