Algunas corrientes teóricas que han estudiado los debates presidenciales

Debates presidenciales

Mc Kinney y Carlin (2004) han identificado varias corrientes teóricas relevantes en el análisis de los debates presidenciales: la teoría normativa democrática, la de la agenda setting (configuración/formación de agenda), la de usos y gratificaciones y la de la argumentación.

• La teoría normativa democrática sostiene que los debates contribuyen a promover un electorado más racional, que dispone de mayor información y que mejora sus capacidades para la toma de decisión para el ejercicio de su voto. Algunos referentes de esta corriente han concluido que los debates producen un electorado mejor informado del que hubiera existido si el debate no se hubiera realizado. Sostienen, así, que la democracia se fortalece, dado que los debates permiten que una porción significativa del electorado que hubiera permanecido relativamente no informada sobre los candidatos se informe (Miller and MacKuen, 1979). También autores de esta teoría sostienen que los debates presidenciales constituyen espacios mucho más orientados a políticas públicas que las noticias o los spots de campaña (Joslyn, 1990 en McKinney y Carlin, 2004).

• La teoría de la agenda setting se ha enfocado en estudiar si los temas discutidos durante los debates adquieren relevancia e influyen a los votantes (McCombs & Shaw, 1972). Pese a que la aplicación de esta teoría se ha sostenido en el tiempo, sus efectos no han tenido el mismo grado de consistencia, según señalan los autores (McKinney y Carlin, 2004). Algunos estudios han incluido el análisis de la triple agenda en los debates: la de los candidatos, la de los panelistas y la del público, evidenciada por encuestas de opinión.

• La teoría de usos y gratificaciones ha examinado por qué y cómo los votantes evalúan los debates de las campañas en términos de utilidad. En esta línea, Chaffee (1978) reportó tres utilidades principales : 1) el deseo de conocer el posicionamiento de los candidatos sobre determinados temas, 2) comparar las personalidades de los candidatos y 3) obtener información que les permita tomar la decisión sobre a quién votar (McKinney y Carlin, 2004).

(Fuente: “Los que ganaron también debatieron”, “Experiencias internacionales para el primer debate presidencial argentino”, Argentina Debate, www.argentinadebate.org)


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