Balconeando el Rocazo

El fiscal Gómez tiene una experiencia muy vívida en General Roca: en 1972 estaba en la ciudad y presenció el Rocazo, que marcó su adolescencia. –¡Fue una paliza brutal! ¿Cuándo fue exactamente el Rocazo? –En julio se cumplen 40 años… –Claro, yo tenía 12 años o por ahí. Iba a un colegio que estaba en la misma calle del Banco Nación de Roca, dos cuadras más arriba, la calle que cruza la vía. No era el colegio de curas, un poco más allá… –La escuela 42… –Sí. Mi padre era contador del Banco Nación. Vivíamos en una de las casas que tiene el banco en el primer piso, sobre ¿Sarmiento? y la central… ¿Tucumán? Cada año y medio o dos a mi padre lo trasladaban. Vivimos en Viedma, en Cipolletti… viví frente a la casa de la familia Salto. Luego en Río Gallegos. Y nos tocó el Rocazo. Yo pispeaba todo desde los balcones, tengo imágenes imborrables de esos días. Una en especial –señala el fiscal Antonio Gustavo Gómez y por segundos lo gana el silencio–. –Fue una agresión brutal. La policía había cruzado la vía a tropel rumbo a la calle central… empezaron los palos contra la gente y, en todo ese marco, agarraron a un hombre que había salido del Jockey Club y trataba de meter hacia adentro del club algunas sillas y una mesa que estaban en la vereda. Era un ordenanza… ¡cómo le pegó la policía!… bastón, patadas, golpes de toda naturaleza. El pobre, tirado en el suelo. Se ensañaron con ese hombre. Mi padre y mi madre comenzaron a gritar, indignados, que parasen de pegar… yo miraba azorado. Mire, recuerdo que mi padre bajó indignado y abrió un portón del Banco Nación para que la gente se refugiase. –Gómez “el protector”… –Gómez Wilson… el gerente del Nación en Roca era Aguas. Yo nací en Puerto Deseado… los Gómez Wilson eran una familia muy tradicional de la provincia de Santa Cruz. –¿Y qué pasó con su Wilson? –Me lo saqué cuando me recibí de abogado en la UBA. Me ofrecieron trabajo en la Justicia santacruceña y percibí que la oferta venía más por el peso de mi apellido que por mérito propio. Entonces fui Gómez a secas. Quiero mucho a Río Negro, a Neuquén, a la Patagonia toda. Hasta estoy casado con una barilochense –finaliza con una sonrisa.


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