Ciudades santuario: la rebelión de los alcaldes

“Los valores, leyes y políticas de Washington DC no cambiaron con la elección presidencial”, asegura Muriel Bowser. La alcaldesa demócrata de la capital de Estados Unidos, de 44 años, es una de las autoridades que se niega a perseguir a los inmigrantes indocumentados.

No es la única. Su postura es la del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio; el de Chicago, Rahm Emanuel, y el de Seattle, Ed Murray. También la del regidor de Los Ángeles, Eric Garcetti, entre otros. Estos políticos están al frente de “ciudades santuario”, en las que los inmigrantes sin papeles saben que no serán perseguidos por las autoridades locales para ser expulsados.

Los alcaldes pretenden rebelarse si Trump intenta obligarlos a identificar a los indocumentados. El republicano amenaza con cortarles los fondos federales si no cooperan con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas . No es que los inmigrantes sin papeles no puedan ser detenidos allí . De hecho, lo son, pero sin la colaboración para ello de las autoridades locales, lo que complica hallarlos a las federales. San Francisco tiene leyes que prohíben a los empleados municipales toda cooperación con las autoridades inmigratorias para una deportación. En Chicago, la policía tiene vetado preguntar el estado migratorio.