“Como sea”, pero hay que mejorar

Argentina sólo cumplió con el objetivo de sumar los tres puntos para entrar en zona de clasificación. Quedó claro que su nivel fue muy flojo y otra vez faltaron socios para Messi.

“Como sea”, había dicho el Patón. Así ganó Argentina, y así justificó Bauza el posterior “jugamos 10 puntos”. La selección insiste con hacer un homenaje a Dr. Jekill y Mr. Hyde. O al menos esa es la sensación que dejó el jueves, cuando venció a Chile 1-0 en un encuentro que ofreció dos caras bien marcadas.

Argentina tiene poderío ofensivo. Quizás el mayor entre todas las selecciones. Bauza lo sabe, e insiste con poner a todos juntos. ¿Es comprensible? La idea de los “cuatro fantásticos” juntos respondió en algunos pasajes con Sabella y Martino, pero otro era el cantar en cuanto al nivel individual de los intérpretes.

Ante la Roja, Di María y el Kun Agüero volvieron a quedar en el ojo de la tormenta por su flojísimo nivel. Higuaín batalló contra la defensa e hizo lo que pudo ante el constante pelotazo largo, pero no logró convertir. Y Messi tuvo destellos aislados de magia en un contexto poco favorable. Lo buscaron poco, y cuando quiso asociarse tiraba una pelota y le devolvían un calefón.

En el medio… Bueno, no hubo medio. Quizás por eso se explique la poca creación y la falta de posesión. El DT prescindió del mediocampo a riesgo de ganar en desequilibrio ofensivo, pero el intercambio estuvo lejos de salir bien. Mascherano tuvo un partido irregular: por momentos fue el valuarte de la zona cortando los circuitos de juego de Chile, y por otros regaló pelotas clave en los avances argentinos. Y Biglia nuevamente tuvo un rendimiento de mayor a menor, con pasajes de intrascendencia absoluta.

La defensa fue, una vez más, el punto más bajo. Es insólito que una de las selecciones más poderosas del mundo tenga errores conceptuales en la marca. Sobre el sector de Otamendi y Musacchio (una vez que salió Mercado, el único que ofreció seguridad), el 2-1 de los puntas chilenos fue una constante. Recién sobre el final, el del City ganó algo de seguridad en el juego aéreo. Mas y Rojo tampoco cumplieron, y Romero tuvo pocas intervenciones, pero que fueron suficientes para salvar el triunfo. Aún faltaría entender el motivo por el cual, ante un despeje, la defensa insiste en mantener la posición en vez de salir y arrastrar a los delanteros con ellos.

Cuando ataca, Argentina logra asociaciones veloces y un desequilibrio inmediato. Eso si, son pocas las veces que lo hace con la pelota al pie sin depender de un pelotazo que parta desde el fondo. Y cuando defiende, muestra una inseguridad demasiado notoria.

Punto aparte para la presión. Si Argentina tuvo un cuarto de hora inicial interesante, fue en parte por el pressing alto que generaba errores en la salida de los visitantes. ¿Por qué, entonces, aflojó más tarde y dejó jugar tranquila a la Roja en los finales de ambos tiempos?

Argentina ganó, y aseguró los tres puntos en un partido durísimo. Si el objetivo es clasificar y, a partir de allí, buscar una idea de juego, vale.

Pero si no se ajustan estos temas a tiempo, la selección corre el riesgo de dedicarse a aguantar los resultados. Algo que, si no es con una ventaja previa, no sirve. No parece un equipo que pueda dar vuelta un resultado. Y es raro que, en un conjunto con tantos intérpretes de buen nivel, no sea posible armar un medio acorde a la compañía que necesita el mejor jugador del mundo. Caso contrario, será difícil aprovecharlo.

La selección jugó sin mediocampo y ahí se explica gran parte de su pobre rendimiento. Masche regaló muchas pelotas y Biglia fue intrascendente.

Datos

La selección jugó sin mediocampo y ahí se explica gran parte de su pobre rendimiento. Masche regaló muchas pelotas y Biglia fue intrascendente.

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