Cuando la Regata se vive desde adentro
No todos los palistas toman la Regata con un fin competitivo. Buena parte lo hace por placer de remar, disfrutar del viaje por el río y por supuesto, llegar a Viedma.
“Viajamos las dos primeras etapas a la par, pero en las últimas dos lo dejé ir un poquito…”, bromea Alberto junto al “Cachavacha” Salazar, experimentado remero roquense y forjador de varios palistas locales. “En esta parte, el río es muy diferente al de las primeras tres etapas. Es más ancho, más lento… A nosotros no nos favorece mucho porque no viajamos tan rápido”, afirman estos dos palistas, que como muchos otros, hace rato dejaron de lado la adrenalina competitiva por el solo placer de remar.
“Disfrutamos mucho de esto, cuando empecemos a sufrir no venimos más”.
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