Guillermo Aguirre se recibió de ídolo en Deportivo Roca

En tiempos difíciles donde nada sobra, el que manda es el corazón y la entrega. El más fiel exponente de todo ello en esta hora feliz del Depo, es el ‘6’ de Roca. El autor del gol que le dio la clasificación al Naranja ante Villa Mitre, sintetiza el modelo ideal del futbolista que disimula las adversidades y juega por la camiseta.

“Hace dos o tres meses que no cobramos, pero eso no importa a la hora de jugar. Lo hacemos por la camiseta y porque queremos al club”, declaró Guillermo Aguirre apenas finalizó el partido en Bahía Blanca. Deportivo Roca le ganaba sobre la hora 2-1 a Villa Mitre y se metía en la zona campeonato por un ascenso a la B Nacional. Un sitial para el cuál el Depo no tenía ningún boleto a favor. Salvo puertas adentro.

Aguirre es de Reconquista, Santa Fe, pero ama a esta ciudad. Él y su familia. Y cuando habla del Depo, lo hace con un sentimiento como si hubiera hecho todas las inferiores en el Naranja. Lleva cinco años jugando en el club (es su segundo ciclo) y hasta no hace mucho iba en bicicleta a las prácticas. Ahora se compró una moto. Cada vez que termina un entrenamiento, se va último porque se queda practicando tiros libres. Se ha forjado como líder positivo, destila humildad y por sobre todas las cosas, es un gran jugador. Guille Aguirre se ha transformado en ídolo del Deportivo Roca y bien merecido que lo tiene.

“¿Ídolo? No sé. Uno siente un gran cariño por parte de la gente. Sabemos que disfruta con esto que acaba de pasar, pero nosotros entendemos que es sólo un pasito en un camino largo. Sí sabemos que es importante para el grupo porque la mayoría nos veía peleando el descenso y no terminando terceros en la fase regular. Pero pusimos lo que había que poner, jugamos con varios pibes que lo hacen en la Confluencia y que tienen carácter. A la gente que nos acompaña sólo hay que agradecerle y que siga confiando en este equipo”, fue la proclama de Aguirre.

El amor que el defensor le tiene a la camiseta tiene su origen en la gente misma de Roca. “Hay personas muy buenas acá, que me han ayudado mucho. A mí y a nuestro hijo. Hemos pasado momentos personales malos y la gente siempre estuvo al lado nuestro ayudándonos en lo que podían. La onda positiva que tiene la gente del Depo es muy importante para nosotros. Ojalá nos podamos quedar a vivir acá. Para eso tengo que rendir domingo a domingo, ser profesional y luchar junto al equipo para al menos seguir en esta categoría y tener la chance de jugar con algún grande en la próxima Copa Argentina”, se ilusiona Guille.

Para Aguirre, el secreto del éxito es la confianza en el uno por uno y un partido bisagra que fue el puntapié para la recuperación: el clásico que le ganaron (3-1) a Cipolletti en el Maiolino. El defensor fue el abrió el camino del triunfo con un golazo. “Era nuestra última chance, la última posibilidad. Por suerte salió perfecto. Lo jugamos como una final, como todos los partidos que vinieron después. Con garra y entrega pudimos conseguir el objetivo. Nunca bajamos los brazos. Este partido y el que ganamos a Ferro, en Pico, fueron claves”.

Ante el Albinegro, Aguirre metió un zapatazo desde 25 metros que se clavó en el ángulo, un gol que se festejó mucho en el Maiolino. Sin embargo, el zaguero afirma que no tanto como el que marcó este domingo en Bahía. “Fue un desahogo total. Casi no lo pude gritar porque no me salía nada, me explotaba el corazón. Cuando me quedó la pelota me acuerdo que le di y sólo vi que la red se movió. Era el cierre perfecto a todo lo que nos habíamos imaginado”.

“Tras ganarle el clásico a Cipolletti nos juramentamos no perder más. Y así fue, ganamos todo. Sólo perdimos con Sansinena”.

Aguirre y la levantada final del Naranja, que ganó 5 de los últimos 6 encuentros.

“Fue el mejor regalo

de navidad”

“Para mí esta camiseta significa mucho. El club me ha cobijado en mis momentos más difíciles. Hubo un tiempo en que salía de entrenar, me iba para el club y me quedaba hasta la medianoche con las inferiores, con los torneos nocturnos. Este club es mi terapia, no necesito ir al sicólogo… Uno siempre sueña con estas cosas: un gol, la clasificación, un año más en el Federal A, la posibilidad de pelear el ascenso y la Copa Argentina. Pasamos de pelear el descenso a quedar terceros. Fue el mejor regalo de Navidad”.

Datos

“Tras ganarle el clásico a Cipolletti nos juramentamos no perder más. Y así fue, ganamos todo. Sólo perdimos con Sansinena”.

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