La peor versión de Del Potro

“Aletargado, sin un plan B desde lo estratégico y confundido, se mostró Del Potro durante los pocos días que estuvo en Wimbledon”. Lo cuenta desde el campo el colega Sebastián Torok, de La Nación. Agrega que “el mágico 2016 está lejos y parece haberle exprimido toda la energía”.

Torok sabe seguramente como pocos de qué está hablando.

Es autor del libro flamante “El milagro Del Potro” (Ediciones B). Una crónica sobre la vida de Delpo, pero especialmente sobre su vuelta a todo trapo de 2016, que lo sorprendió no sólo a él, sino a todo el mundo del tenis. Y que hasta incluyó la Copa Davis, el título que el tenis argentino buscó durante décadas desesperado, y a veces equivocado, en jornadas de gloria y también de polémicas y disputas. Y que terminó ganando en 2016 del modo más impensado, porque no tenía (ni tiene) tenistas con ranking suficiente y porque Del Potro, artífice del milagro, recién volvía después de su último y largo parate.

Se veía que ese 2016 había tenido altísimos picos emocionales. Imposibles de sostener. Tanto que los más prudentes avisaban que era casi inevitable que, pasada toda la adrenalina, llegara el momento del inevitable bajón. Es cierto que el letón Ernest Gulbis, su verdugo del jueves, tiene un ranking mentiroso (589). Pero es cierto que a Delpo ya no sólo le está resultando difícil enfrentar a los top ten (una parada que él parecía tener solucionada tras el grandioso 2016). Ahora se le complica también con jugadores de rankings menos glamorosos. Y él mismo contó más de una vez que, más allá de su profesionalismo, siempre se motivó mejor cuando le tocó enfrentarse contra los mejores. Por eso le costó acaso impresionar en sus partidos contra rivales menores, que resolvía por oficio, potencia y mejor tenis, pero sin jugar bien. Ya no los resuelve del mismo modo. Y el tenis, sabemos, no es como el fútbol, que, a veces, permite “cuidar el 1-0”. Es imposible ganar en el tenis “cuidando la quinta”. No se puede especular del mismo modo y esperar el minuto 90.

¿Cómo equiparar esa adrenalina tan alta de 2016 con este 2017 más chato? ¿Cómo atravesar el desierto? Delpo sabe que, mientras el deseo se mantenga, habrá que arremangarse y hacerlo. Porque la vida misma no suele ir siempre por los extremos. Por esa sensación de querer dejar todo después de tres operaciones de muñeca de dos años atrás. O por la sensación de jugar una final olímpica y ganar la Copa Davis.

Tenis

“No tuve mi día en la cancha y mi rival jugó muy bien. Sirvió fuerte todo el partido, no pude romperle el servicio en los tres sets”.

Del Potro explicó la calidad de su rival y los motivos por los que quedó eliminado.