La protección, el pilar descuidado del rugby

La grave lesión medular sufrida por Jerónimo Bello, pilar del San Isidro Club, tras derrumbarse un scrum durante el encuentro con Newman, puso en vilo al mundo del rugby.

Máxime cuando pocos días atrás Ignacio Maeder, jugador de preintermedia de Duendes de Rosario, por el mismo motivo, padeció un duro golpe en la cervical que le provocó un paro cardiorrespiratorio. Por su parte Juan Gastaldi, un año atrás en similares circunstancias, fue internado por la rotura de la cuarta vértebra y el desplazamiento de la quinta.

“Sólo los cuatro pilares involucrados saben realmente lo que pasa dentro de un scrum”, sostuvo alguna vez el pilar Marcos Ayerza, sobre la dificultad para advertir los pormenores de esta verdadera madeja humana de cientos y cuentos de kilos, en tracción.

Colin Fuller, especialista de la Universidad de Notingham, concluyó que en Argentina el scrum concentró el 61 por ciento de lesiones catastróficas, bastante por encima del promedio de los demás países.

Si bien desde de la temporada 2013-14, cuando se puso en marcha los tres tiempos: “cuclillas”, “tomarse” y “ya”, los inconvenientes en la formación disminuyeron, Jamie Beck, profesor de Radiología de la Universidad de Bradford, aseveró que en el torneo Seis Naciones de 2015, 63 de cada 100 scrums colapsaron.

Aún cuando existe una Fundación llamada Amistad que ayuda a los jugadores accidentados, ello no es más que un paliativo para lesiones, que en muchos casos, resultan irreversibles.

Recordemos incluso que nuestra Corte Suprema de Justicia de la Nación, en la señera causa “BSJG c/ Unión Cordobesa de Rugby”, resaltó la necesidad de aplicar el reglamento que obliga en las divisiones menores practicar el scrum no disputable o simulado.

Las posiciones más extremas, como la de Fuller, sostienen que los scrums en el rugby mayor deberían estar prohibidos, una idea sobre la ya no predica en soledad.

El próximo miércoles, 32 médicos, entrenadores, árbitros, exjugadores, dirigentes y representantes de la Fundación Argentina de Rugby (FUAR) analizarán los pasos a seguir para velar por la integridad de los rugbiers en el scrum. Felipe Contepomi, Santiago Phelan y Rodrigo Roncero ya se manifestaron a favor de introducir cambios.

Será tiempo de hablar sin eufemismos sobre que medidas adoptar para evitar que jóvenes deportistas queden incapacitados de por vida, sólo por practicar un deporte tan noble como el rugby.


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