¡Cómo en “El Secreto de sus Ojos”!

Brian Bravo era buscado por los efectivos policiales debido a un homicidio, pero cometió un error similar al que se vio en la película de Campanella: fue a la cancha a alentar a su equipo y, una vez allí, fue detenido.

¡Cómo en “El Secreto de sus Ojos”!

El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín: no puede cambiar de pasión”. La frase, pronunciada por el detective Sandoval (brillantemente personificado por Guillermo Francella), es una de las más reconocidas de la película “El Secreto de sus Ojos”, largometraje argentino que se hizo acreedor del Oscar a Mejor Película Extranjera en 2010.

En la película, uno de los acusados es atrapado en la cancha de Huracán durante un choque entre el Globo y Racing, en una escena que contiene uno de los mejores planos secuencias del cine nacional. Y, como había afirmado Sandoval, mucho tenía que ver el hecho de la pasión: no pudo dejar de acompañar a su equipo aún cuando estaba prófugo.

Este fin de semana, la realidad volvió a superar a la ficción. Es que Brian Bravo, joven mendocino acusado del homicidio de Gustavo Soto, fue detenido durante un partido de Huracán Las Heras ante Rodeo Del Medio. Los policías lo descubrieron por un tatuaje en el cuello en el ingreso al estadio.

Bravo, de 18 años, había asesinado a Soto de cinco balazos el pasado 9 de septiembre en el barrio Independencia de su localidad; y desde allí que era buscado por las fuerzas policiales.


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