River ganó otra Batalla desde los 12 pasos

Amistoso

River repitió la fórmula en Cuyo. Corrió desde atrás, pero llegó al empate y festejó en la definición con penales. Anoche, igualó 1-1 con Independiente Rivadavia, pero fue más efectivo desde los doce pasos, ganó 5-3 y levantó la Copa Toro Centenario.

Una situación idéntica se dio la semana pasada en San Juan, donde el conjunto de Marcelo Gallardo venció a San Martín de San Juan. Y otra vez, hubo un nombre clave: Augusto Batalla. Anoche atajó uno, el primero, y fue suficiente.

Con un gran trabajo de Nacho Fernández, más suelto en su “nueva” posición por derecha, el Millo fue superior en el arranque del juego. Por esa zona, llegaron las mejores acciones y Rodrigo Mora, que se mostró muy movedizo, fue el socio ideal del exvolante de Gimnasia.

Después de los 20, el dominio ya no fue claro. La Lepra mendocina se animó, atacó con más gente y especialmente entró en acción el Sapito Encina, que mostró su clase. Le faltó compañía, aunque Sergio Sosa mostró mucho despliegue y por momentos complicó a la última línea de River.

De todas maneras, lo más interesante del primer tiempo lo puso el visitante, que estuvo lejos de brillar, pero en varios pasajes de la mitad inicial sacó a relucir la diferencia de categoría. No se fue al descanso arriba en el marcador porque sus puntas no estuvieron finos y por que el arquero local, Cristian Aracena, se mostró muy seguro.

En el complemento la historia fue más pareja. A River se lo vio más claro con la pelota, pero como Independiente se dio cuenta que podía, se animó y fue al frente. Metió mas gente en campo rival y complicó por los costados.

Y en una de esas subidas por las bandas, llegó el grito local. Julián Navas se hizo un surco y envió el centro para Sosa, que definió de “caño” ante la salida de Batalla. La alegría no fue total, porque se excedió en el festejo, estaba amonestado y marcó a vestuarios con tarjeta roja.

En medio de una incesante lluvia, el Millo se vio obligado en ir a buscar la igualdad, empezaron los retoques y como ya es un clásico, los refrescos de River aportaron soluciones. Marcelo Larrondo ganó de arriba luego de un centro y la pelota le quedó a Carlos Auzqui, que la mandó al fondo de la red. El ex Estudiantes había entrado 10 segundos antes…

La Lepra sacó del medio y al toque tuvo una gran posibilidad, pero el disparo de Diego Cardozo fue salvado por Leo Ponzio en la línea. Fue lo último del local en el partido, porque desde los 35 hasta el cierre, el que lo buscó fue River. Con uno más, sintió la obligación de ganar y fue por la victoria.

Sin embargo, como ocurrió en los últimos partidos, al Millonario le faltó definición. Generó fútbol y dominó a sus rivales, pero careció de eficacia y puntería en los metros finales. Claro que las últimas dos copas tuvieron el atajo de los penales, apareció Batalla y por eso River siguió de festejo en el verano.

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