Una Regata que recuperó emociones

Gran número de participantes, cuatro botes con chances de ganar y la primera victoria de una dupla extranjera le dieron paso a una edición inolvidable. Lejos de quedarse, van por más para el 2018.

canotaje

Hacía varios años que la Regata Internacional del río Negro había perdido el interés, incluso tras la edición de 2015, sólo siete botes en K2 senior fueron de la partida. Dos años más tarde se vieron cambios, aumentó el número de palistas y se vivió una gran fiesta.

Fue notorio el salto de calidad, con cuatro botes luchando por la punta y con el ingrediente de que Pinta-Mozzicafreddo, los más ganadores del río con 13 coronas, quedaron atrás por la calidad de sus rivales.

La paridad fue apasionante en las primeras tres etapas, con cuatro embarcaciones separadas en apenas ocho segundos. Ese “catamarán” que se formaba en el río y que era liderado por Daniel Dal Bo y Juan Cáceres.

Pero llegó la etapa contrarreloj entre Estancia Don Andrés y General Conesa que marcó un quiebre y redujo la definición de la corona entre Dal Bo-Cáceres, y el español Federico Vega Suárez junto al esloveno Jost Sakrajsek, quienes dieron vuelta la general para lograr una buena ventaja hacia la capital rionegrina y quedarse con el título.

Un dato no menor, es que fue la primera vez que un bote extranjero logra la corona luego de 41 ediciones.

Luego de arribar a la capital rionegrina, todas las duplas de elite confirmaron su participación para el próximo año, incluso Dal Bo y Cáceres, quienes a pesar de ganar seis de las siete etapas se fueron con las manos vacías.

“Habrá que esperar otro año, nos vamos a preparar mejor y ahora con más experiencia en el río. Me quedo con la satisfacción que le ganamos todos los mano a mano a Vega-Sakrajsek y quiero revancha”, aseguró Dal Bo.

En tanto, la Escuela Municipal de Patagones volvió a ser el club más ganador con cuatro triunfos en las diferentes categorías de kayak. Su entrenador, Néstor Pinta, quedó satisfecho y dijo que “somos una familia grande y todos los botes que metimos en la punta es para valorar. Me siento muy orgulloso de todos ellos”.

Otro dato que alienta a que la Regata recobró el entusiasmo son las 120 embarcaciones que largaron en Cipolletti, seis por debajo de la marca histórica que se dio en el 2005. Los organizadores adelantaron que se trabajó durante estos dos años y se abrió el juego a la opinión de los palistas más destacados.

Adelantaron que para el año próximo trabajarán para que el número de botes ascienda a 150 y van a mejorar la atención de los palistas en el alojamiento de cada etapa y la hidratación en la llegada. Además no se descartan nuevas categorías para el 2018. Por lo pronto, la edición 2017 dejó el cartel de “inolvidable”, porque recuperó las emociones.

Lo que viene,

lo que viene

los botes que esperan para

la próxima edición. La organización ya prepara algunos cambios para el 2018.

gentileza/evangelina martínez

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