El Congreso, ¿último refugio para CFK?

Incluso en la semana de su segundo aniversario, el reclamo pasó inadvertido en medio de los cambios en el gobierno, los datos sobre empleo y la colocación de deuda en el exterior. El presidente Macri pidió en dos ocasiones a la Justicia el esclarecimiento de la muerte de Alberto Nisman y de la denuncia del fiscal contra Cristina Kirchner por encubrimiento del atentado contra la AMIA. “No nos puede volver a pasar que las cosas se dilaten décadas”, reclamó.

Las dos investigaciones salieron en los últimos meses del punto muerto, con destino aún incierto. En septiembre, la Corte Suprema devolvió al fuero penal la causa por la muerte de Nisman, con lo que cerró un debate acerca de si estuvo o no relacionada con su tarea como fiscal. Para la Corte, que se pronunció de forma unánime, lo estuvo. La causa regresó al juzgado de Julián Ercolini, que trabaja sobre esa hipótesis. Poco después, en diciembre, la Cámara de Casación dispuso que se investigue la denuncia de Nisman contra la expresidenta Kirchner, una acusación que cualquiera haya sido el camino recorrido condujo al fiscal hacia la muerte. La denuncia había sido desestimada por el juez Daniel Rafecas y por la Cámara Federal. La Sala I de Casación, con argumentaciones de los jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, ordenó su apertura “con la mayor celeridad”.

Podrían hacerse quinielas sobre cuál de las causas que enfrenta en la Justicia debería preocupar más a Cristina Kirchner. Por su espesura política, la investigación sobre una trama criminal para encubrir a los iraníes acusados por la AMIA a cambio de petróleo pelea por ese lugar. Aun cuando las penas previstas por el Código Penal no sean severas, se la acusa de un delito agravado por su condición de funcionaria y por tratarse de un atentado terrorista con 85 muertos. La denuncia alcanza al excanciller Héctor Timerman, al diputado Andrés Larroque y a los dirigentes Luis D’Elía y Fernando Esteche. Casación ordenó al juez Ariel Lijo, elegido por sorteo para tramitar la causa, que cumpla con decenas de medidas solicitadas por el fiscal Gerardo Pollicita. Veremos a partir de febrero, entre otras incontables diligencias, la declaración testimonial del ex jefe de Gabinete Alberto Fernández y de los excancilleres Rafael Bielsa y Jorge Taiana y allanamientos a Esteche y D’Elía.

Aquel fallo de Casación oscurece más el horizonte judicial de la expresidenta. El 2017 se presenta como un año bisagra en varias de las investigaciones. Cristina Kirchner enfrenta dos procesamientos: por administración infiel y fraude a la administración pública en la causa por operaciones con el dólar a futuro, que será en breve elevada a juicio oral por el juez Claudio Bonadio, y por asociación ilícita y fraude al Estado, su primer procesamiento en una causa por corrupción, que lleva el juez Julián Ercolini y tendrá igual destino, el juicio oral. Todo indica que esta causa compromete la libertad de la expresidenta. Se emparentan con ella otras dos: Hotesur, en la que Ercolini investiga lavado de dinero en sus hoteles en el sur, y Los Sauces, de Bonadio, por enriquecimiento ilícito y falsificación de documento en operaciones inmobiliarias.

La reciente denuncia sobre el “armado” de causas contra un exespía completa una agenda judicial sombría. Con este panorama, ¿c on qué discurso enfrentará Cristina Kirchner una campaña para las elecciones de octubre? Una encuesta de M&F le adjudicaba en diciembre 30% de intención de voto en la provincia de Buenos Aires, 6 puntos debajo de Sergio Massa. ¿Igual que Menem, será el Congreso su último refugio?


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