El imaginario ajedrez de Mauricio

Encerrado por la Gestapo en condiciones de aislamiento extremo, el joven Dr. B, abogado de la nobleza austríaca en la recién ocupada Viena, encontró por azar en el estudio obsesivo del ajedrez un ejercicio mental que prometía fortalecer su espíritu y alejarlo de la locura. Dedicó jornadas enteras, sus noches y sus días, a memorizar de un pequeño libro que atesoraba en su celda un centenar de partidas de grandes maestros hasta lograr reproducirlas, íntegramente, en su mente. El paso siguiente fue inventar sus propias partidas, imaginarias, en las que el Dr. B movía las blancas y también movía las negras. El prisionero pronto descubrió que ese desdoblamiento mental era una tarea imposible. Implicaba el absurdo de jugar racionalmente contra sí mismo.

En “La partida de ajedrez”, una exquisita novela corta de Stefan Zweig, última obra antes de su suicidio, en 1942, se pueden hallar caprichosamente límites a ciertas expectativas del comienzo del segundo año de Mauricio Macri, que pondrá en juego el futuro de su mandato. Antes de su retiro en Villa La Angostura, el presidente ratificó la política de gradualismo en las reformas económicas pero al mismo tiempo dijo que el actual nivel de déficit fiscal es insostenible y que la Argentina no puede seguir endeudándose eternamente. Blancas contra negras, movidas por una misma mano.

Esta misma clase de ambiciones aparecieron reflejadas en el discurso del nuevo ministro de Hacienda. En la prisa de seis reportajes periodísticos a lo largo de una tarde, Nicolás Dujovne, una personalidad amigable, mencionó entre sus metas inmediatas elevar el nivel de gasto y bajar el déficit y encarar una profunda reforma tributaria que alivie las cargas fiscales, sobre todo en la creación de empleo. El senador peronista Miguel Pichetto lo acusó de practicar un “excesivo declaracionismo”.

Acaso la única manera de alcanzar esas metas sea en el mediano plazo y engordando la economía. La previsión más escuchada es que el PBI crecería un 3% en el 2017. Un término que fue un mantra no aparece, o aparece lateralmente, en el discurso de Dujovne: inversión, la gran ausente de la etapa macrista. Nada indica en el mundo que el 2017 sea el año del ingreso masivo de capitales a la Argentina: el anhelo ya había sido abandonado en el gobierno durante los últimos meses para ser reemplazado por el del éxito del “blanqueo”.

La preocupación son los ingresos fiscales, como demuestra la decisión, una de las primeras de la gestión Dujovne, de eliminar la devolución del 5% del IVA a las compras con tarjeta de débito. Lo que se recaude con esa medida será el equivalente al costo de la suba del mínimo no imponible del impuesto a las Ganancias impuesta a fin de año bajo presión, del peronismo y de los gremios. El dato fue un tema de distracción para los economistas heterodoxos en Twitter. Más IVA y menos Ganancias en una sociedad cuyo ingreso individual promedio es de 11.000 pesos mensuales, o 681 dólares, según reveló el jueves la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.

Macri retomará la actividad el martes después de sus dos semanas de descanso. Ese día les tomará juramento al ministro de Hacienda y al flamante ministro de Finanzas, Luis “Toto” Caputo. Antes, asistirá a la firma del trabajoso convenio de productividad con los petroleros, en medio de un nuevo aumento de los combustibles. Más que un acuerdo, será un precedente para la gestión Dujovne.

Más IVA y menos Ganancias en una sociedad cuyo ingreso individual promedio es de 11.000 pesos mensuales, o 681 dólares, según reveló el jueves el Indec.

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Más IVA y menos Ganancias en una sociedad cuyo ingreso individual promedio es de 11.000 pesos mensuales, o 681 dólares, según reveló el jueves el Indec.

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