Entre el BTU y el tarifazo del gas

Panorama de Neuquén

Qué incómodo lugar ocupa Omar Gutiérrez en las discusiones por el tarifazo del gas aplicado en un solo movimiento y sin escala por el gobierno nacional.

El gobernador se encuentra sentado a ambos lados del mostrador, pero si grita en exceso por las consecuencias del aumento, desde la Casa Rosada le van a recordar que se llegó hasta aquí también por el persistente reclamo de la Provincia, que lleva tiempo quejándose por el bajo precio que tenía el gas en boca de pozo.

Los 2.000 millones de pesos adicionasles en concepto de coparticipación de regalías gasíferas que Neuquén sumará entre abril y diciembre de este año por la suba del precio del millón de BTU, que pasó de un valor de 2,10 a otro que varía entre los 5,10 y 5,30 dólares, se pagarán completamente con las nuevas y abultadas facturas de gas.

Para la principal fábrica de gas del país –en Neuquén se produce el 50% del estratégico recurso–, la decisión de mejorar ese precio tiene un peso importante sobre las finanzas y genera expectativas de inversiones a futuro.

La noticia del primer aumento del gas, el que le pagan a las empresas productoras, la confirmó a principios de abril Gutiérrez desde Rincón de los Sauces. “Es un resarcimiento justo e histórico para fortalecer el desarrollo de la actividad, preservando y cuidando los puestos de trabajo, generando nuevas inversiones”, dijo entusiasmado el gobernador en una expresión que mostró más una mirada económica que social.

El llamado sinceramiento de la tarifa es como una inyección intravenosa de recursos que va directo a la industria. Como contrapartida a esos mayores ingresos que recibe el sector que extrae el recurso, no se ve acompañada, al menos por ahora, de una estrategia de desarrollo de inversiones, tal como pretende el gobierno que suceda.

En este complejo escenario de intereses navega el gobierno de Gutiérrez. Va de la alegría, porque tiene más recursos, al enfrentamiento con los usuarios, cuyas quejas se multiplican a medida que avanza el invierno.

Los primeros reclamos fuertes por el tarifazo provinieron del sector hotelero y comercial de ciudades de la cordillera. La reacción inicial de Gutiérrez fue menos enérgica que la de su par rionegrino. “No tenemos opción, el aumento es impagable para cualquier sector”, dijo Alberto Weretilneck. En cambio, el gobernador neuquino sostuvo que la tarifa anterior tenía valores “irrisorios en algunos casos”, reconoció que se empezaron a ver precios “desmedidos” y dejó planteada una promesa: “Vamos a abordar el tema, lo vamos a estudiar”.

Cuando se anunció el nuevo valor del gas en boca de pozo, los especialistas pronosticaron lo que hoy se observa en las facturas: precios finales con tres, cuatro y hasta cinco dígitos.

Este diario publicó a principios de abril proyecciones de aumento en las boletas de hasta 20 veces con respecto a los valores del año pasado. El tema se difundió pero no generó reacciones porque aún no se había liquidado ningún mes con el nuevo precio y los calefactores recién comenzaban a encenderse.

Ahora que hay que sacar la billetera el problema se hizo visible y crece la presión sobre Gutiérrez para encontrar una salida, como sucede con el resto de los gobernadores de la región.

Para mañana está pautada una reunión de los representantes de las provincias patagónicas con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. ¿Sería esa la promesa de Gutiérrez cuando dijo, sin mayores precisiones, “lo vamos a estudiar”?

Una variante bajo análisis es el diferimiento del pago de la mitad de las tarifas que llegan en invierno hacia los meses de verano, cuando el consumo es menor. De seguir este camino, el incremento se pagará igual pero en cuotas más equilibradas. Y probablemente el resultado palpable para el usuario se traduzca en la desaparición de esos dos o tres bimestres en los que los números eran más livianos para el bolsillo.

El llamado sinceramiento de las tarifas de gas es como una inyección intravenosa de recursos que va directo a la industria.

El gobernador navega entre la alegría, porque va a recibir más recursos, y el enfrentamiento con los usuarios, cuyas quejas se multiplican.

Foto: Archivo.

Datos

El llamado sinceramiento de las tarifas de gas es como una inyección intravenosa de recursos que va directo a la industria.
El gobernador navega entre la alegría, porque va a recibir más recursos, y el enfrentamiento con los usuarios, cuyas quejas se multiplican.

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