La carrera que ya tiene anotados

Panorama de Neuquén

La exposición del gobernador Omar Gutiérrez en la ciudad de Neuquén (con tres actos diarios) trasuntó un mecanismo necesario (para él) de generar poder político en el polo electoral por excelencia de la provincia. Con ello busca pararse en la gatera cuya meta serán las elecciones del año próximo y del 2019. El argumento formal es evidenciar los emprendimientos provinciales en la ciudad en ocasión del aniversario del traslado de la capital tras la frase: “Hoy empieza la campaña para que recuperemos Neuquén Capital”, que pronunció ante militantes de la seccional Primera.

El contexto es la disputa sin tregua que mantiene con el intendente Horacio Quiroga, quien tuvo su éxtasis en el club Pacífico en el acto de lanzamiento de Cambiemos. Estuvo en su salsa, revoleó el saco para manifestar su alegría. Fue la figura, recibió el apoyo nacional de la UCR y el Pro, y abrió la puerta a la sucesión con Marcelo Bermúdez y José Luis Artaza.

Desde el MPN miran con apetencia cómo se sentarán los protagonistas para poder montar el escenario. Desde 1999, la ciudad que agrupa a la mitad de los votantes se les cierra como el Cajón de Hualcupén en invierno.

“La última elección donde logró imponer a Pablo Bongiovani fue un logro de Omar exclusivamente”, reconocen desde adentro. Desde ese “logro” es un hecho que el gobernador busca revalidar esa acción para poder tener el poder para repetirla.

Hay un hecho que no pasó inadvertido para propios y extraños. El vicegobernador Rolando Figueroa hizo el cambio de domicilio, se radicó en la ciudad de Neuquén. Explicó que lo hizo para eliminar en Chos Malal “el fantasma” de su regreso que ponía en tensión a Hugo Gutiérrez. Parece que ese apellido lo desvela.

En caso de que él sea el elegido para reemplazar a Quiroga, deberá sortear un escollo. Está establecido en la Carta Orgánica cinco años de residencia continua e inmediata anterior a la elección. A su favor anda dando vueltas una encuesta que lo posiciona en un lugar expectante, pese a que no ha tenido una presencia notable en cuestiones de cabotaje.

Gutiérrez siempre repite que, cuando era concejal, su sueño era ser intendente, pero que las circunstancias lo llevaron a ocupar la gobernación. Siempre le atrajo ocupar el segundo piso de Roca y Avenida Argentina. Sus allegados dicen que lo que pretende es consolidar poder político para poder tener voz (y decisión) en el bautismo del candidato. Mientras tanto en el conglomerado del partido provincial circulan otros candidatos como la imagen del pollo que da vueltas en el spiedo.

El año próximo se renuevan ocho concejales en la ciudad y tres diputados nacionales. Los dos polos políticos sopesan esta competencia con cierto desapego porque interpretan que quien va a Buenos Aires pierde la territorialidad que es el plus que se requiere a la hora de recolectar votos.

Lo justo y necesario

La Legislatura sancionó por escaso margen el proyecto que había enviado Gutiérrez para ampliar los causales de prisión preventiva.

Las ausencias se justificaron acabadamente por cuestiones personales de oficialistas y opositores. En el MPN nunca vieron peligrar la ley porque la cuenta exacta contempló también el empate donde iba a hacer valer el voto doble del vicegobernador.

La interacción del poder político del MPN con el judicial nunca fue un lecho de rosas y para marcar la cancha se dice que ahora se apuntará a modificar el artículo 112 del Código Procesal Penal para ampliar a cinco, no un día, la detención porque se dice que en el caso de una violación, por ejemplo, no se puede tener una prueba contundente en tan poco tiempo.

Un objetivo que desempolvará rencillas político-judiciales que pueden ser saludables al momento de mostrarlas para visibilizarlas.

Con estas leyes el oficialismo mostró los dientes y ahora va por la presa más dura de roer que es la reforma electoral.

Ganar la intendencia de la ciudad de Neuquén se convirtió en un objetivo para Gutiérrez que espera cumplir, para lo que comenzó a diagramar estrategias.

El oficialismo mostró los dientes en Legislatura y planea ir por una nueva reforma procesal que amplíe el plazo de detención sin pruebas de uno a cinco días.