Los gestos que unen a Pechi y a Omar

Panorama de Neuquén

El dedo índice de la izquierda de Horacio Quiroga apuntando a Omar Gutiérrez. La sonrisa apenas dibujada en el rostro del gobernador quien con la derecha en un gesto paternalista, busca acercarlo para caminar juntos. La mueca de superación del intendente mientras el gobernador dibuja con sus manos, levantando los hombros, un poco creíble “no tengo nada que ver”. Los dos hombres con poder se miden continuamente en la política neuquina en un círculo de adaptación y resistencia.

Ambos hablaron y caminaron en uno de los senderos del Parque Central durante un soleado mediodía invernal neuquino. Lejos de oídos indiscretos. Los colabores de ambos se preocuparon de alejarlos. El encuentro había sido pautado aunque tuvo condimentos del día.

Pechi se disgustó porque minutos antes Omar había entregado plata al rector de la Universidad Nacional del Comahue, Gustavo Crisafulli, en un gesto provocativo. Es que el intendente tiene una disputa por la apertura de la calle Libres Pensadores de uso interno del organismo educativo. Omar le reprochó que retirara los telones que cubrían el Instituto de Seguridad Social del Neuquén que administra un tercio del abultado presupuesto provincial. El momento en que cada uno hizo lo que hizo no fue elegido en forma ingenua.

El intendente necesita abrir la calle para poder darle un toque final a su gran obra de circulación este-oeste y para maximizar la inversión privada que se va a hacer en el lote de Buenos Aires, Leloir y Avenida Argentina. Se encontró con una oposición casi inesperada y con tintes ideológicos que derivó en observaciones, políticamente incorrectas, sobre la utilización del presupuesto universitario.

En el tema, el MPN no tenía nada que perder y se la dejó servida para que Omar hiciera de las suyas y, de paso, logró desviar la atención de la incomodidad que sufre cuando se habla del precio del gas, el tarifazo y la unificación de las normas jubilatorias con las de Nación. Los legisladores nacionales del MPN levantaron la mano para la ley de blanqueo de capitales que prevé, en un artículo, auditar las cajas no transferidas para, si dan pérdida, igualar las normas y, en todo caso, ayudar a financiar.

En ese ring el MPN se siente incómodo y no está dispuesto a entrar. Claro, lo puede hacer mientras tenga los fondos que sostengan el estado de bienestar de los empleados públicos.

Es un hecho indiscutido que a lo que haga uno, el otro le va a ofrecer oposición. Quedó demostrado con el basurero regional, la relación con el gobierno nacional, el ente de saneamiento y en la obra social después de que el Municipio habilitara la opción de irse a empresas prepagas para los 3.200 empleados.

Parecería que ambos hasta se sienten cómodos. El resto de la oposición se desdibuja como si fuera un estornudo más del volcán Copahue. Inclusive en las opiniones que vierte el vicegobernador sobre la política neoliberal del gobierno nacional cuando no puede con su genio y busca diferenciarse de Omar.

Ahora bien. El mutismo de ambos fue más allá de los reproches públicos. La caminata a solas por el sendero permitió asociar la imagen a la que recorrió el país de Raúl Alfonsín y Carlos Menem en los jardines de la residencia de Olivos.

Omar necesita el guiño de Pechi para encerar el camino de la reforma política –light para algunos y hard para otros– sin demasiado ruido político más allá del que produce Rolando. Pechi necesita el gesto de Omar para lustrar emprendimientos con intervención nacional y, siempre lo ha dicho, le gustaría retirarse del Municipio con el mítico contrato de concesión del EPAS.

Hay otro tema en cuestión y es la reforma de la carta orgánica del Municipio para incluir la figura del viceintendente, entre otros cambios.

Para el intendente lo que necesita es poco y para el gobernador es mucho. Ambos maximizan lo que están dispuestos a ceder, si lo hacen.

Caminaron por senderos del Parque Central sin oídos indiscretos y se negaron a hablar en público sobre el contenido de la charla bajo el sol.

Ambos necesitan el guiño del otro para acelerar la obtención de diplomas políticos que les garanticen sitios de relevancia en el escenario electoral.

Datos

Caminaron por senderos del Parque Central sin oídos indiscretos y se negaron a hablar en público sobre el contenido de la charla bajo el sol.
Ambos necesitan el guiño del otro para acelerar la obtención de diplomas políticos que les garanticen sitios de relevancia en el escenario electoral.

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